SOY: Dhu Ater Tumti, ke dhu Ur’nus Aterti

YO: Trae el Cielo a la Tierra, y lleva su Luz al Cielo.

SOY: El Plan Universal

YO: Cuando a mis 12 años comencé a recordar lo que una parte de mí había vivido hace 12000 años en las costas del Nilo, esta frase de un sacerdote resumió mi misión. Los antiguos solían llamar al río Nilo como El Cielo en la Tierra. Mi abuelo, cuyo abuelo había emigrado de Khef (Atlántida), me contó la historia…

SOY: “Existen dos grandes caminos, uno en el cielo, y otro en la tierra. Aquél en el cielo es el camino de los dioses, que recorren las estrellas mediante la luz a través de la vía láctea. Mientras que aquél que recorren los mortales se extiende a lo largo del sur a norte y de norte a sur por las orillas del río Nilo. Nuestros ancestros, los Azules, nos enseñaron que dioses y mortales son lo mismo, sólo que recorren senderos diferentes, como dos serpientes que se entrelazan, y que nuestra misión era construir puentes entre el cielo y la tierra, bajar las estrellas al firmamento, para que los mortales puedan ascender a los cielos y los dioses caminar sobre el mundo”.

YO:  Por ello construyeron templos y pirámides, la tecnología mineral basada en sonido, como semillas del gran árbol de la vida universal, para que los humanos ingresen a su interior, y ocupen el lugar de lo divino.

SOY: El plan de Ater Tumti, era convertir al Humano en Dios, y permitir a Dios sentirse humano. Despertar ambos caminos, el físico y el etérico, en nuestro interior. Mediante la construcción de pirámides, se creaba el canal del elemento químico fósforo, que recorre el fuego divino del cielo y de la tierra, creando la kundalini, las serpientes de la Sabiduría y la Vida, conectados por los elementos de la naturaleza: agua, fuego, tierra y aire, o también llamados guanina, timina, citosina y adenina. En tanto el humano recorre su camino interior a lo largo del Nilo, despierta el camino divino, creando puentes entre reinos, dimensiones, que vuelven a los mortales en eternos, y a los eternos en mortales, volviéndolos uno.

YO: A mis 21 años me invitaron a dar mi primer charla en un congreso de educación, y me pidieron que ponga un nombre a mi conferencia. En ese momento dije: Ater Tumti. Esta charla fue grabada y alguien la subió a youtube. Así fue como todo esto comenzó. Con mi poco entendimiento y vocabulario de mi infancia y adolescencia, traté de explicar lo que había aprendido miles de años antes. El Plan Universal se volvió mi antorcha, siendo mis primeras charlas y talleres, los cuales comenzaron a unir desde 2009 a los primeros caminantes que resonaban, que recordaban, este plan.

SOY: Y para abrir las puertas del camino, hubo que recorrer la espalda de la serpiente del Árbol de la Vida. El Camino del Norte al Sur.

YO: Harwitum. Es una palabra atlante que resume la frase “Haru Wifut Atume”, el Camino del Norte al Sur. En aquel tiempo, el norte era el sur, es decir, que el Nilo comenzaba en el norte, Etiopía y Uganda, y culminaba en el sur, mar Mediterráneo. Hoy es al revés. Pero la tradición decía que el Nilo, circulando de forma vertical en el mundo, hacía una cruz con el río estelar de la vía láctea que recorre de manera horizontal. El mundo era el Árbol de Vida, o huevo de gestación, rodeado por una serpiente hecha de montañas, que comienza en Turquía, y sigue las fallas tectónicas de Irán, Tibet, Siberia y las Américas hasta terminar en la Patagonia. Y a lo largo de su cuerpo, sus dibujos y escamas contienen portales.

SOY: Y por ello entregaste como ofrenda las Llaves.

YO: Towei Lümbar, las Llaves de la Casa del Sol. Repartidas durante el año 2012 a lo largo de la kundalini de la Tierra. Harwitum fue mi primer proyecto viajando por el mundo, escribiendo en un blog, haciendo videos, realizando encuentros públicos, todo ello sostenido y financiado por la gente que confiaba en la misión del camino, en un tiempo sin redes sociales ni teléfonos inteligentes.

SOY: Y una vez que se depositaron las llaves, debía despertarse a la Madre Tierra.

YO: La Gran Mujer, el camino que recorrí por Sudamérica en el cuerpo de la geografía de Argentina, Chile, Perú y Bolivia. Igual que la imagen de Isis o la Madre María, la madre que gesta la humanidad, de pie sobre la cola de la serpiente, representando la vida y sabiduría sobre la muerte y la confusión.

SOY: Convertir el Veneno en Medicina. Allí tomaste el báculo de Hermes, de Thoth, y mediante la alquimia, reconociste dónde se encontraba el veneno de la confusión.

YO: En Roma. Ciudad fundada por troyanos que se escaparon de Troade, en el noroeste de Turquía, tras ser tomada la ciudad de Ilon por parte de los griegos con su caballo de madera, ciudad construida sobre la colina hogar de Ate, diosa de la confusión, quien llevó su ira a esta nueva ciudad que dominaría el mundo conquistando las mentes hasta el día de hoy.

SOY: pasar de Roma a Amor, su espejo, y encontrar la medicina de la sabiduría dentro del veneno de la confusión.

YO: Fue el inicio del proyecto RomaamoR.

SOY: Y cuando la Serpiente despierta su consciencia, pasando de los suelos a elevarse hacia los cielos… encuentra el norte, el propósito, el eje del mundo.

YO: La estrella fija del norte, la que observa todo inmutable, Drako, del griego: Mirar fijo.

SOY: El Ojo del Dragón. Desde su mirada pudiste ver todas las partes, el Dragón que custodia el Jardín de las Hespérides, las tierras de Atlántida en el Atlántico, con su mirada desde el Polo Norte, la tierra de Arktos, el oso blanco.

YO: Los Arkturianos, los azules.

SOY: Comienza así la tarea de unir las partes del Dragón, el Camino del Dragón, conectando los frutos dorados del árbol, los nodos de la geometría del árbol de la vida, del Trono del Rey Arturo: Metatrón.

YO: Y allí, el ojo del Dragón se vuelve cientos, en cada nodo del dodecaedro, icosaedro, octaedro, hexaedro y tetraedro.

SOY: La Red Planetaria, que conecta cada portal tiempo y espacio, donde los 144 aspectos del Ser observan al centro, y allí pudiste escucharme.

YO: Yo Soy…

SOY: El Camino que une todos los caminos. Único lugar desde donde todas las historias pueden conectarse. Y desde la cual pueden manifestarse.

YO: Por ello ahora que te he visto, puedo empezar a traer el Cielo a la Tierra.

SOY: Y recuerda, no es tu tarea, es la del YOSOY. Cada individuo, tanto en el reino atómico, mineral, vegetal, animal, humano, extraterrestre y divino, en muchos espacios y diversos tiempos, en su propia forma y modo, están haciendo su parte de traer el Cielo a la Tierra y llevar su Luz al Cielo. Conectar el ADN del tiempo y el espacio. Esta es tu historia dentro de la historia de todos aquellos que lo han hecho, lo hacen y lo harán.

YO: Entonces, a traer mi Cielo a mi Tierra… En resonancia al cielo y la tierra de cada uno.

SOY: Y aquellos que escuchen tu misma canción, se sumarán a manifestarlo. Por ello has de volver a donde todo comenzó. ¿Recuerdas?

YO: La historia que inspiró mi historia.

SOY: Cuéntamela, Cuentacuentos.