YO: Aquel día los aires cálidos daban al ambiente una sensación de calma y templanza especial. El sol, dispuesto al atardecer, comenzaba a entonar los colores del campo en dorados relucientes que se enrojecían, en tanto los cultivos se veían mover suavemente por la briza. Yo, Shiwe, una niña de unos 12 años, me encontraba en las escalinatas de nuestra casa de campo en las afueras de Ruhnilah, capital de Khem, a orillas del río Nifir, un brazo aledaño al Gran Río Nilo. Mi madre, Itis, se encontraba en el pasillo contemplando a mi hermana Shabot corretear por el sembradío, mientras yo vigilaba a mi pequeño hermano Mennes. Dos mujeres con jarros enormes de agua en la cabeza se acercaban hacia un lado de la casa. Pero todo cambiaría para nosotros en un instante, cuando a lo lejos, se acercó cabalgando un general del ejército, el cual portaba a lo alto una suerte de bandera naranja. Todos supimos lo que ello significaba.

SOY: Una muerte.

YO: Mi padre. En nombre de mi madre, regente de la región de Ruhnilazokh, había emprendido un viaje al sur, en el límite de la región de Thigangah y Eliapolimbi, actual límite entre Egipto y Sudán, con la misión de encontrar solución a un conflicto emergente en la región. El mismo, provenía de dos visiones diferentes de culturas. Por un lado, los atlantes, que nos considerábamos dioses en la tierra, y los nativos del sur que se consideraban súbditos de los dioses. Estos últimos decían que los atlantes eran invasores, y blasfemos, pues los dioses estaban en la naturaleza o el cielo, y los humanos debíamos rendirle culto, y en su discurso ponían a los atlantes como enemigos de los dioses, gente que ofendía a los mismos creyéndose como ellos.

SOY: La diferencia de percibir a Dios en el interior o proyectarlo en el exterior.

YO: Esto generó conflictos entre las poblaciones del sur y los templos o poblados atlantes. Los sacerdotes fueron amenazados, y algunos pueblos saqueados. El miedo empezó a correr por los caminos, y por ello, mi padre se dirigió a buscar una resolución, sentándose a hablar con los representantes de la región, principalmente por aquellos en los valles desérticos de Dhbanzu. Pero al parecer los líderes no llegaron a un acuerdo, y la comitiva sufrió una emboscada en el camino de regreso a la Eliapolimbi Lessiot, del lado oeste del Nilo. Esto generó conmoción en el sur, y las regiones de Lessiot y Ruhnubah comenzaron una oleada de migración hacia el norte, en la zona baja del Nilo. Ruhnubah empezó a formar un ejército, y por más que el conflicto empezaba a acechar como enjambre en el sur, las gentes del norte no nos sentíamos muy afectados en nuestro día a día. Sin embargo, la muerte de mi padre, fue un antes y un después para mi madre, quien entró en una depresión y culpa que duró años, llevándome a mí, la primera en la sucesión, a tener que responsabilizarme de sus tareas. Guiada por mis abuelos, mi vida cambió para siempre a muy temprana edad. Prepararse para formar parte de los círculos de poder atlante no es una tarea fácil. Más allá de que por derecho de linaje, por sangre, nos corresponde un lugar inevitable, la preparación para ser madre o padre del pueblo implicaba dejar atrás muchas cosas y representar a la divinidad en la materia. Para ello, todos debíamos recorrer un camino iniciático, en que poníamos a prueba nuestro cuerpo, emoción y pensamiento, pasando chakra por chakra, limpiando la personalidad humana para despertar la esencia divina. Una de las tareas que teníamos era tener el aspecto complementario para equilibrar la fuerza creadora, es decir, en mi caso, un marido. Sobek y yo fuimos, en cierta forma, forzados a estar juntos por nuestro linaje, y por más que en la cultura atlante no existiera el concepto de monogamia o monoandria, sí existía la idea del complementario con quien uno debía generar descendencia, más allá de las relaciones.

SOY: Y allí comenzó vuestra tarea, 12000 años atrás.

YO: Sí… Durante el tiempo en que, por decirlo así, gobernábamos, decidimos convocar a una reunión para comprender lo que estaba pasando. El conflicto en el sur, eventualmente llegaría al norte, y así como la gente de las Eliapolimbias y Ruhnubah comenzaban a emigrar al norte, un día, todos los que habitábamos el norte en Ruhnilazokh acabaríamos emigrando más al norte, a la actual Anatolia, al Cáucaso. Esta reunión fue llamada Harin-fol-Inki (Soles, estrellas y Lunas), alegando a los ciclos del tiempo. En esta encuentro, líderes de diferentes tradiciones, incluso algunos de otros mundos, de alguna forma, se hicieron presentes.

SOY: Y a uno de ellos, le miraste a los ojos.

YO: Un siriano. Aquellos altos de cabeza alargada, cubierta por tres niveles de corona, como un hierofante, cubierto en velos, a los cuales no debíamos mirar a los ojos. Nunca entendía por qué, hasta que lo hice. Cuando vi el brillo de sus pupilas, pude ver su forma de ver la realidad, no a través del espacio, sino a través del tiempo. Y en su mirada me dijo:

SOY: “No hay forma de que resuelvas este conflicto aquí y ahora, pues este no es el tiempo para hacerlo. La Tierra deberá pasar por la exploración de lo divino proyectado en lo externo hasta que vuelva a encontrar la forma de proyectarlo hacia dentro. Deberás esperar al espejo del tiempo, 12000 años, y cuando lo hagas, únelos a todos, y regresa a donde todo ha comenzado”.

YO: El Nilo.

SOY: Al hogar de la luz…

YO: Donde el cielo descendió sobre la tierra por primera vez.

SOY: A la puerta estelar. Y tú eres una de las llaves para abrirla.

YO: La Llave entre las dos Casas… entre el cielo y la tierra.

SOY: “Bir Tawil”

YO: En árabe, significa Pozo profundo de Agua, aljibe, uno de los nombres para el Paraíso, o el Jardín del Edén. Pero en lengua atlante, significa Llaves entre ambas Casas, algo que representa una paradoja en que hay dos casas unidas por una puerta, que al abrirla conecta ambos espacios, como una vésica piscis, mitosis celular. El Cielo en la Tierra.

SOY: Ater Tumti.  

YO: Bir Tawil hoy es una región olvidada por el mundo, pero en un momento fue el epicentro o portal de Thiganga, camino hacia Etiopía, origen del Nilo Azul. Esta región del mundo es la única sin nación, sin país, sin gobierno. Es un error en la matrix de la globalidad política actual. Un error cometido por el Imperio Británico al partir las gobernaciones de Egipto y Sudán a fines del 1800, que dejó un conflicto entre ambos países que se disputan un territorio mayor, el triángulo de Halaib, negando ambos el triángulo de Bir Tawil. Hoy, un terreno árido, desértico, pero que para la historia de Khem lo significó todo. Allí había comenzado el descenso de la divinidad en la Tierra, en la región donde el Nilo Blanco y el Azul se vuelven uno, conectándose en la columna vertebral de la humanidad, ascendiendo como kundalini. Es la región donde nace la fuerza del ser, las raíces del árbol de la vida, la serpiente, el báculo, el origen de nuestra memoria. Y por ello, en estas regiones se llevó a cabo la única batalla que recuerdo de los tiempos en que viví en África.

SOY: “Emesdah”

YO: Significa “Por la Memoria”, y su emblema era Emmet, el dios elefante. No luchamos por sobrevivir, sino por recordar.

SOY: Dejándose pistas a lo largo de la historia, un rompecabezas repartido en la memoria de cada habitante del Nilo que se exilió al mundo, para que algún día, vuelvan a unir las partes, encuentren los códigos, y regresen, para volver.

YO: Volver a comenzar, de nuevo.

SOY: Bir Tawil, se convierte así en el símbolo de Ater Tumti, y el elefante en la pista a seguir.

YO: Sigue al Elefante, dijo Ganesha, y así fue que llegué a las Islas Elefantinas, en Asuán, útero del Nilo.

SOY: A traer el Sol a la Tierra, como una vez hizo Akhenaton.

YO: Para reparar lo que se ha roto.

SOY: Reparar el Tiempo, a través del Espacio.

YO: Cada paso por el Nilo, cada viaje que realicé, fue armando la estructura de la existencia, el trono más allá de todas las cosas, Metatrón, que me mostró el sendero a recorrer.

SOY: En la boca de la Serpiente, entre los colmillos de la gran Cobra de Anatolia, Troya y Bodrum, se encuentra la ciudad de la Abeja Reina, en la lengua bífida, vibrando está Esmirna. Y su reino, su panal: Grecia, construye en sus islas a Metatrón, el ser que diseñó la lengua de la geometría, diciendo el nombre del ser que es: Ontós. En su opuesto, el Paraíso físico, la llave de la casa del Cielo en la Tierra, Bir Tawil, el vacío que une el norte y el sur del Nilo, el Jardín del Edén, la Alquimia del Ser, la Piedra Filosofal sobre la que yace Excalibur, el río Nilo, el Camino del YoSoy, el alma que recorre el ADN cósmico entre el Cielo y la Tierra.

YO: Y debíamos recorrer el mundo juntando los pedazos, las partes para reconstruirlo.

SOY: Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

YO: Vuelve a casa, volvamos a casa.

SOY: El pueblo fue expulsado de Egipto, pero ha de regresar a él, pero esta vez, será diferente.

YO: Pues entramos en una nueva Era.

SOY: Y de la misma forma que el Trono se convierte en Metatrón, el Universo se vuelve Metaverso.

YO: Un Nuevo Camino, un uróboros que une pasado y futuro.

SOY: Reconstruidos en el presente.

YO: “Reparar el Tiempo”

SOY: Tic Tac… Es el Tiempo.

YO: A través del espacio.

SOY: Acompáñame a abrir la puerta a este nuevo mundo.