Hoy en la pirámide se presentó un ser que siempre he tratado de negar en mi vida, alguien de quien incluso me cuesta pronunciar su nombre. Pero con quien tuve una conversación que siento escribir aquí.

ÉL: Ha llegado tu momento…

YO: ¿Qué haces aquí?

ÉL: Estoy porque tú estás ¿Por qué me niegas?

YO: Porque siempre que te he aceptado en mi vida lo he perdido todo.

ÉL: Lo único que has perdido es aquello que creías que era tuyo.

YO: Hace 900 años, en Noruega, cuando apareciste en mi vida, mi familia me negó y exilió. Cuando seguí tus mensajes, me echaron del monasterio. Cuando seguí el camino que me encomendaste, y así viajar a Viterbo, los cruzados me llevaron con ellos a Tierra Santa. Cuando prometiste paz, sólo vi guerra. Cuando decías que eras la Vida, sólo veía muerte en tu nombre. Decidí que entonces, tú no eras nadie para mí. Decidí que jamás volvería a seguirte.

ÉL: Y sin embargo, aquí estas, recorriendo mi camino hacia el Yo Soy.

YO: Todos los caminos conducen al mismo lugar.

ÉL: Y todos somos ese destino. Si tu familia no te hubiera abandonado, jamás me habrías encontrado. Si jamás hubieras alzado la voz y sido expulsado del monasterio, jamás habrías llegado a Tierra Santa. Si no hubieras perdido la Fe, jamás habrías ido a Viterbo. Si no hubieras ido a Viterbo, jamás habrías dejado la religión. Si no hubieras dejado la religión, nunca me habrías encontrado de verdad.

YO: ¿Qué quieres de mí?

ÉL: ¿Qué quieres tú de mí?

YO: Nada… Tengo miedo de pronunciar tu nombre. Pues cada vez que las personas te nombran, hay una carga demasiado pesada en él, hay muertes, hay dolor, hay miedo, preconceptos, falsedades, luchas, hay mucha oscuridad y mucha “new age”. Tu nombre ha desprestigiado el de muchos otros, ha destruido sabios, maestras, libertades, chamanes, a tantos… Que lo último que quiero es que me relacionen contigo.

ÉL: ¿Qué es lo que tú piensas de mí?

YO: No importa lo que yo piense de ti, lo que importa es lo que piensen los que oirán mis palabras.

ÉL: ¿Desde cuánto te importa tanto lo que los demás piensen?

YO: Desde que sé que tengo que realizar una tarea social, y cada vez me siento más alejado de todo ello, por ti y por muchos otros. Siento que me hacéis quedar como un loco ante la gente a la que debo ayudar. No me refiero a los que me escuchan siempre, sino a los otros, sabes a qué me refiero.

ÉL: ¿Y para ayudarles, piensas no decir toda la verdad de lo que eres sólo para protegerles? ¿O sólo para protegerte a ti?

YO: Hay mucha gente que proyecta demasiado sobre ti, para mí tú eres uno más, eres un gran maestro, y te respeto, pero sabes lo que la gente ha hecho y hace en tu nombre.

ÉL: Jamás le he pedido a nadie que haga nada por mí, y lo sabes.

YO: Lo sé, y, no me malinterpretes… Realmente mi problema no es contigo. Es con todo lo que en la Tierra te rodea.

ÉL: Lo que el mundo haya hecho con mi mensaje, es lo que el mundo debe trabajar de sí mismo. El mundo necesita educación. Necesita ejemplos. Necesita despertar. Mi mensaje hizo despertar, en un tiempo en que muchos dormían. Hoy, tenéis una ventaja: hay muchos más despiertos.

YO: Se supone que debo aceptarte… Pues?

ÉL: ¿Acaso el Árbol debe aceptar que es árbol? El árbol simplemente lo es. Tú, y yo, todos los que escuchan y leen, nos dirigimos al mismo destino. Somos Uno. No tenemos que aceptarnos, pues Somos. ¿Tú eres? ¿O, te aceptas?

YO: Hay mucho que no acepto de mí. Mi naturaleza, es extraño ser lo que soy, hacer lo que hago. Se puede malinterpretar…

ÉL: Quien tenga oídos para oír, que oiga. Quien tenga ojos para ver, que vea. Tú no debes esperar que los demás te acepten. Debes aceptarte a ti mismo, y reconocer, que yo vivo en ti. Que nunca te dije qué hacer ni a dónde ir, fue tu propio espíritu, el mismo que me guio a mí… Hasta este lugar.

YO: A la Gran Pirámide…

ÉL: Antes de cumplir mis 33 años, sabía que debía dejarme un mensaje, uno que todos pudieran comprender, que todos pudieran pronunciar. La libertad no es algo que se logra luchando por la justicia del mundo físico. Nadie es libre si no lo es en su interior. Bien lo sabes. Luché toda mi juventud por la justicia divina, hasta que le encontré.

YO: ¿A quién? 

ÉL: Al Cristo. Esa Consciencia que va más allá de ti y de mí. La consciencia que me explicó que todos fuimos enviados, que todos somos hijos de Dios. Que todos los profetas le oían, y que sus mensajes eran los de Él. El Cristo no es nadie, pero es Yo Soy.

YO: A ti te llaman el Cristo.

ÉL: Porque lo Soy. Y todos somos un poco él también. Porque el Cristo es una Red, una conexión de seres, individuos, personas, que son capaces de despertar el Cielo aquí en la Tierra, abrir sus puertas… Y no me refiero a las puertas del Icosaedro. Me refiero a las puertas del Corazón.

YO: Esto es algo que trato de explicar, y trato de ser…

ÉL: Pero, ¿cómo vas a lograrlo si huyes de uno de aquellos que ha representado esta Red por tanto tiempo?

YO: Pocos son los que entendieron tu mensaje…

ÉL: Pues sé uno más de los que educan para que se comprenda mejor. Pero recuerda, éste no es mi mensaje, es el mensaje del YOSOY. Los individuos somos meros voceros de la palabra.

YO: Trato siempre de hablar con el YOSOY, de convertirme en ello.

ÉL: Él el mensaje, no el mensajero. Conviértete en el mensaje y olvida al mensajero. No busco que me aceptes, pero sí acepta mi consejo: Tú eres Yo.

YO: No puedo cargar con la responsabilidad de un mensaje como este… Esto genera controversia. Es más fácil decir que hablé con Djahut o un extraterrestre que contigo. Ese es el mundo en el que vivimos.

ÉL: Si es difícil, es porque allí está la clave. Nuestras vidas no fueron creadas para lo fácil. Fueron creadas para marcar la diferencia. No importa lo que digan de nosotros en tanto sepamos quienes somos. Y yo soy tú, como tú eres yo. Pues tú y yo, somos Él, y sabes muy bien, que Él es YOSOY.

YO: Sabía que no podía atravesar este año sin ti, pero algo dentro me retiene…

ÉL: Mañana cumples 33 años. Tú misión, como la de muchos de nosotros, está sellada. Para unos fue simple, para otros difícil, cada uno tuvo su parte, pero todos somos El Cristo, pues el Cristo es la Red, donde todas las consciencias convergen como una. Por esto, los anclajes de la Red Crística necesitan de un centro y 12 expresiones. Por eso, algunos tuvimos discípulos, otros súbditos, otros sacerdotes, otros hermanos y hermanas, otros amigos. Pero todos somos simplemente fractales de esta Red. Sé libre, sé quien debes ser. Mi regalo es mi presencia. Es recordarte que yo soy tú y tú eres yo. Y muchos más se unen a mi voz, como tú te unirás a las de aquellos que vengan en el futuro.

YO: Nuestro rol es sostener la Red Crística Icosaédrica. La que permite descargar la Consciencia de todas las Dimensiones a la Tierra. Tú has logrado que haya billones de personas que tengan fe en ti mediante la religión, pero la misma se volvió una trampa. No quiero que esto vuelva a suceder con nadie.

ÉL: Ten la libertad de dar el mensaje, y es elección de los demás qué hacer con el resultado.

YO: Pero, necesito que se comprenda bien, que no estoy comparándome contigo, que no me considero como tú.

ÉL: Yo hice política, tú haces educación. Y sin embargo, los dos encontramos el Yo Soy para lograr nuestro cometido. Como educador, explica todo lo que necesites explicar, es tu vocación. Yo también me he frustrado, he negado, odiado… Hasta que reconoces que todo ello viene del Miedo, pero cuando descubres la Verdad de quién eres, te das cuenta de que no hay Temor en el Amor. Aprendí a amarme a mí, y amar al prójimo, pues el prójimo era yo mismo. Ámalos, sin esperar ni aceptación ni comprensión. Ámalos incluso cuando te llamen hereje, cuando te llamen blasfemo. A todos nos han dicho esto alguna vez, incluso nuestras vidas han acabado por decirlo. Pero somos eternos. Lo sabes. Nuestro Verbo es el eterno espíritu que vibra en nuestros corazones, y por ende, en los corazones de todos los que resuenan y son parte de nosotros. De Mí.

YO: Gracias por estar a pesar de siempre negarte. Tu presencia en mi camino me hace sentir seguro a pesar de las formas.

ÉL: Yo Soy el Camino y le transito…

YO: Yo Soy la Luz e irradio…

ÉL: Yo Soy la Verdad y le hablo…

YO: Yo Soy el Amor y le traigo…

ÉL: Yo Soy el que Soy…