YO: Me encuentro aquí, sentado en Giza, supuestamente realizando mi camino. Todos hablamos de la importancia de los Caminos: el Iniciático, el Espiritual, el Destino… Y yo siento que estoy realizando mi camino, pero, ¿qué es realmente el camino?

SOY: El camino es una percepción, algo forzado a surgir con el objetivo de crear apariencia de movimiento.

YO: O sea que, ¿el camino no existe en realidad?

SOY: Bueno, existe, pero no desde la apariencia en que percibes el camino. Todo sendero a transitar que conoces, una carretera, un camino, todos ellos son una mera proyección de algo mucho más esencial y sencillo: la geometría. Primero intenta comprender lo que para ti es un camino, y me refiero a lo físico, no al mundo interior.

YO: Bueno… Es un recorrido o el espacio material en que me muevo de un punto A a un punto B.

SOY: Por lo tanto tú has creado el camino considerando cuál es A y cual es B. Lo mismo sucede a nivel social, poniendo nombres a los caminos, y generalizando su uso para llegar de un lugar a otro. Agilizando la movilidad entre destinos comunes o personales. Esto también sucede en los cuerpos físicos con los nervios: caminos de información. O con las venas: caminos de la sangre. Los ríos en la naturaleza, los senderos armados por las hormigas en los bosques, las raíces de un árbol. Todo busca expandirse o conectar un punto A con un punto B. Es decir que todo espacio posee un Origen y un Destino al que busca llegar y convertir en el nuevo Origen, punto de apoyo para otro nuevo destino. Ahora bien, dime, para tu alma, ¿cuál es su punto de vista?

YO: Pues, el camino del alma es atravesar muchas experiencias, yendo de una vida a otra, tratando de cumplir con lo que no pudo antes.

SOY: Bueno, en cierta forma, podríamos decir que el alma basa su camino en la Misión y el Propósito. El punto A es la misión, es decir, la fuerza por la que se impulsa, y el punto B sería el Propósito, que es a donde intenta llegar. En el medio, pues, se dan los eslabones que llevan a su conclusión.

YO: El paso a paso.

SOY: Simplificado a nivel de la mente, el Punto A es 0 y el punto B es 1. En el punto 0 me encuentro estático, con la potencialidad de expandirme, y entonces, al visualizar el punto 1 se proyecta saliéndose de sí, trazando una línea. Así, el concepto del camino es simple: es el conjunto de potencialidades que generan una onda de curvas positivas y negativas que impulsan al vacío a convertirse en el pleno. De la Nada al Todo. En la geometría, lo ves como dos vértices conectados por una arista. El camino es la arista que une los centros de energía, es el entramado que muestra la red conectora entre las cosas. Pero no existe en la realidad universal nada que sólo se componga por un pingpong de dos vértices y una arista, pues toda geometría es un cuerpo completo, compuesto de un mínimo de 4 vértices conectados por 6 aristas creando 4 caras triangulares. Es decir, un Tetraedro. En esta figura puedes entender que todo punto A es igual a todo punto B, pues el circuito es cerrado, y que todos los caminos llevan a todos los puntos. Así, no existe un sólo camino, sino que existen múltiples, y todos se vuelven a retomar, una y otra vez, como ecos, reflejos… “Déjà-vu”.

YO: O sea que todo camino que realizamos es cíclico, y en realidad nunca estamos avanzando ni hacia delante ni hacia arriba al cumplir misiones y propósitos, sino que estamos volviendo sobre nuestros pasos. ¿Es eso?

SOY: Así es querido amigo. El sistema de caminos universales es un engranaje cerrado, un circuito sin salida.

YO: Es a esto a lo que la gente llama Matrix entonces. Es como una telaraña que nos atrapa, en la cual no importa lo que hagamos o a dónde vayamos, siempre estaremos en el mismo lugar, subordinados a un sistema.

SOY: Aquí te haré unas preguntas. Primero: ¿conoces bien el sistema?

YO: No…

SOY: ¿Entonces por qué lo juzgas desde la ignorancia? Si no tienes una propuesta superadora, limítate a estudiar y reconocer el sistema primero. Y Segundo: ¿sabes qué hay después del sistema?

YO: No…

SOY: Entonces ¿Por qué consideras que te está atrapando si no sabes qué se esconde detrás de él? Quien busca ser libre es porque conoce que hay una libertad más allá. Pero, ¿sabes que hay una libertad?

YO: No…

SOY: ¿Y si la libertad que profesas es parte del mismo sistema?

YO: Buen punto.

SOY: El único hecho que hace que exista el concepto de libertad es porque existe la contraparte que es la privación de dicha libertad. Así pues, si no conoces qué destino implica dicha libertad, no puedes asegurar que la misma exista, pues todas las libertades que has conocido y en las que te basas, son meras proyecciones del mismo sistema de circuito cerrado.

YO: Entonces, quiero entenderlo.

SOY: Bien. Te llevará toda esta vida y otras más comprenderlo, pero trataré de esbozarlo desde la perspectiva más humana posible. El punto 0 o A del origen necesita proyectarse en su dual para poder crear opciones de sí mismo. Así se polariza proyectándose en el punto 1 o B, en el cual se contempla. El eco de esta creación genera el primer camino, de ondas positivas y negativas. Pero la proyección es inviable para la evolución, pues es un juego de ida y vuelta infinito sin crecimiento, equitativo. Para que haya crecimiento tiene que haber entendimiento y superación, salirse del circuito y generar una apertura de imperfección o contemplación, que permita el error o la observación del mismo. Así, del 0 y el 1 surge un nuevo 1, llamado 2, que es el observador del proceso. Podríamos imaginar esto como una partida de tenis en la que dos jugadores se pasan la pelota constantemente, y cada uno ve su punto de vista, su reflejo. Sin embargo, al agregar un tercer miembro, es decir, el juez o árbitro, quien observa imparcial la jugada, esto compone una tríada, la trinidad. El observador marcará la diferencia, cambiando los roles, indicando los tiempos, proyectando su versión de los hechos. Pero hay un observador superior, uno que contempla todo desde todas las perspectivas posibles. Aquí, sería el público en las gradas superiores, un vértice por encima de los tres. Este concepto nos hace entender que cada punto de vista es válido, que los 4 tienen su postura, su punto de visión, su energía y proyección sobre el hecho. Los 4 vértices son destino y los 4 son origen. Esto mismo pasa en la naturaleza: los 4 vértices son tierra, aire, fuego y agua. Cada uno de ellos posee su propio origen, y es a su vez destino del otro. En el espacio, son las 4 direcciones: arriba, abajo, derecha e izquierda, o los puntos cardinales, norte, sur, este y oeste. En los procesos universales, les conoces como expresión, experimentación, integración y trascendencia, los cuales en tu vida temporal son nacer, crecer, producir y morir. Así, cada uno de estos 4 depende de los otros. El tetraedro es la estructura firme más poderosa, que permite a todas las cosas existir y manifestarse. Ahora bien, para que estos 4 se conecten, deben recorrer 6 caminos, 6 aristas que les conectan. A nivel sutil, a los 6 le llamamos “Atributos”: Sabiduría, Voluntad, Amor, Mente, Emoción y Acción. Reconoce la forma del tetraedro, y observa sus caras.

YO: 4 caras triangulares.

SOY: Por lo tanto, 4 trinidades que componen el camino completo. Si cada uno es un elemento, significa que para ser integrado, para cumplir el propósito, el ser deberá recorrer 4 caminos: el camino del agua, el del fuego, el del aire y el de la tierra. Estos 4 caminos tendrán 3 orígenes y 3 destinos en sí mismos, uno de ida y otro de retorno, completando un circuito. Desde el punto de vista del camino humano, a estas trinidades les llamáis: Aries, Leo y Sagitario para el fuego y la integración; Tauro, Virgo y Capricornio para la tierra y experimentación; Géminis, Libra y Acuario para el aire y trascendencia; Cáncer, Escorpio y Piscis para el agua y expresión. Los 12 caminos viven en tu interior, son parte de tu personalidad, y debes recorrerles a los 12, uno por uno para integrarles. Ahora bien, si cada uno de ellos es origen y destino de sí mismo, significa que los 12 deben realizar su camino de ida y de retorno a través de los 6 atributos. En una primera instancia recorriendo el camino de la Mente, la Emoción y la Acción, y en una segunda instancia el camino de la Sabiduría, Amor y Voluntad, las aristas de la consciencia. Por lo tanto, 24 caminos en total, 12 en positivo y 12 en negativo.

YO: Espera, entonces, básicamente el diseño del tetraedro es el diagrama de nuestro mundo interior, de todo lo que debemos recorrer dentro de nosotros.

SOY: Y esto se complica un poco más, temo decir. Pues, una vez que haces todo esto desde la perspectiva de Aries, entonces luego, al morir, debes nacer y hacerlo desde la perspectiva de Leo, y luego Sagitario, y luego Tauro, y así sucesivamente, entretejiendo todo 12 veces.

YO: ¿Cuántas veces debo nacer y morir para completar el circuito?

SOY: 12 veces 12, es decir, 144.

YO: ¿¡144 VIDAS!?

SOY: ¿Es mucho? Ah… Siempre me pareció poco. Obviamente esto teniendo en cuenta que lo has hecho bien.

YO: ¿Y qué es bien?

SOY: Sin querer huir de ti mismo. De buscar esa absurda libertad externa.

YO: Entonces… El sistema, la Matrix, básicamente soy yo… Es mi ser, mi propia construcción…

SOY: Muy bien! ¿Ves lo ridículo que suena liberarse de un sistema que no existe realmente porque eres tú mismo? Desde luego que cada tetraedro está dentro de otro mayor, y podemos así ir hacia el infinito: una célula en un órgano, un órgano en un cuerpo, un cuerpo es humano, un humano en una familia, la familia en una sociedad, que está en una cultura, en un país, que está en un continente, que vive en un planeta, que está en un sistema solar, dentro de un cúmulo estelar, dentro de un brazo galáctico que está dentro de una galaxia que es fractal de un cúmulo galáctico dentro de un brazo cósmico dentro de esta realidad que está dentro de una dimensión, la cual está dentro de un cúmulo dimensional de tiempo… Etc. Esto da la sensación de que hay sistemas por encima de nosotros que nos controlan.

YO: Marea… Y parece interminable.

SOY: Y sí, por eso debes ocuparte de ti mismo, porque tú eres un fractal de eso. Cuanto más te acerques al límite del espacio, encontrarás el tiempo, y allí irás a la nada, y te encontrarás con el nivel subatómico, y de nuevo a ti. Es un circuito cerrado, pero tú eres ese circuito. Lo que haces una y otra vez es mejorar tu percepción y habilidades dentro del circuito. No puedes escapar de ti mismo, la consciencia universal es una sola, es la Mente.

YO: Cuando me planteo cuál es mi destino, entonces, la respuesta siempre es “Yo”.

SOY: Cada aspecto de mí mismo. Conocerse es una ardua tarea, pues sólo creemos que nos conocemos, creemos saber quiénes somos y lo que somos capaces de hacer. Pero ya has visto, con simples 6 líneas y 4 puntos hemos construido 144 complejas realidades en las cuales debemos percibirnos a nosotros mismos desde puntos de vistas diversos tomando a los demás como espejos para recordárnoslo.

YO: Entonces, los caminos que realizamos en nuestra vida, ¿qué son?

SOY: Son la voluntad que nos impulsa a buscar Amor para adquirir Sabiduría, nutriendo la Mente y despertando la Emoción que nos lleva a la Acción Transformadora. Sin aristas no hay camino, sin camino, sin andar, no hay geometría.

YO: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

SOY: Caminante no hay destino, tan sólo el amar…

YO: Aceptar que, no hay pues un destino, que no hay un propósito, y que no importa si no sé cuál es mi destino, misión o propósito en la vida, lo importante es descubrirme, lo que puedo hacer sólo en tanto realizo mis caminos.

SOY: La geometría me llevará inevitablemente a cumplir mi propósito, pero si en lugar de andarle le espero en la incertidumbre y me consumo en la expectativa, jamás le caminaré ni descubriré. Por ello tantos os han dicho “no importa el destino sino el camino”, pues los puntos solos no forman geometría, no tienen lógica, las estrellas no tienen alma sin darles la forma de una constelación. Une los puntos, y verás la forma. No busques llegar al destino, busca comprender el mapa. El mapa es el mismo para todos los destinos que desees.

YO: Respetar el paso a paso sin desesperarme por llegar.

SOY: Sé que es algo que te carcome y corroe por dentro: crearte un propósito, un destino, tener una misión, siempre. Pareciera que si no tienes algo hacia lo que correr, tu vida se desmorona. Pero no es porque ello exista, sino porque tu diseño te lo pide. Eres Leonino, necesitas tener un propósito que engrandezca tu alma. Tienes luna en Sagitario, hallarás siempre la gracia del vivir en moverte a un nuevo destino. Tu ascendente, Capricornio, te impedirá creer que lo has hecho bien y que siempre puedes hacerlo mejor. Tu destino, como ves, no existe fuera, está impuesto en ti, en tu diseño.

YO: ¿Y con esto qué quieres decirme, que me relaje y que da igual lo que haga?

SOY: Oh, no, claro que no… Lo que te digo es que no pongas en el mundo exterior una carga sobre ti que sólo tú te has impuesto. El Universo no impone misiones ni destinos, no sientas el peso del cosmos sobre ti, pues este peso es tu propia prisión. Resignifica tu destino, deja de mirarlo como un karma, y conviértelo en un atributo, en una gracia, en un don, en tu elección. Es así como se sale de la Matrix, convirtiéndote en ella. Es así como cumples tu propósito, convirtiéndote en él.

YO: Entiendo… Nadie espera que yo cambie el mundo, nadie espera que recuerde y transforme la sociedad. Si mañana quiero irme y no seguir con todo esto, vendrá otro, o en pocos días o meses todos seguirán con sus vidas… Es decir que yo sólo he construido esto para mí, y por ello no puede ser un peso para mi cuerpo ni mi alma ni espíritu.

SOY: Pues tú construyes tu propio destino.

YO: Porque Yo Soy el Camino.