YO: Empieza nuestra semana de 10 días en relación al cuerpo físico, y cuando pienso en ello, no dejo de ver la imagen de un niño naciendo. ¿Por qué?

SOY: Porque este es el primer concepto a trabajar. El nacimiento. La energía de Virgo es la Tierra, y su obrar se relaciona a la cosecha de lo que fue sembrado. La semilla que ha dado sus frutos, y es momento de recogerlos. La palabra Nacer proviene del indoeuropeo “gheni”, que significa “producir”, origen de las palabras generar, gen, genética, genital. El trabajo de Virgo es precisamente la generación de los productos que comerá la comunidad, que darán vida. La genética es la producción de un ser vivo, así como los genitales son las herramientas que permiten dicha manifestación. La Tierra es el lugar donde la semilla encuentra su cobijo y se mece, absorbiendo los nutrientes y minerales del suelo, y abriéndose camino en su germinación. Así como el brote de la semilla es el nacimiento de un árbol, el nacimiento de un animal o humano es el fruto de las semillas del árbol genealógico.

YO: La creación de un cuerpo, por lo tanto, es como el proceso de la siembra y la cosecha, en que la semilla se pone en la tierra, se riega, y mediante la paciencia vemos cómo va despertando su potencial, brotando y expresando sus potenciales, multiplicándose. Y al crecer y expandirse, sus partes se comienzan a identificar y especificar, creando un nuevo ser el cual, al estar listo, durante la cosecha entregará el fruto. Pero ese fruto, a la vez, se obtiene mediante la separación de sus partes: “separar la paja del trigo”. ¿Eso es parte del nacimiento según los ojos de Virgo?

SOY: Nacer es la cara complementaria a Morir. Hemos estado hablando del proceso de negación y muerte en estos días, y la única razón por la que se nos invita a morir de manera consciente y tener presente la realidad inevitable de sus muertes, es porque se pretende que podáis volver a nacer. En el Universo no existe muerte sin nacimiento, ni nacimiento sin muerte, pues es un ciclo instantáneo. La muerte y la resurrección mediante el nacer son transversales a todas las dimensiones. Tal vez las formas se den de maneras y mecanismos diversos o diferentes, pero la transmutación y trascendencia son claves esenciales e inmutables del proceso del ser cósmico. Cuando pierdes el miedo a la muerte y sueltas la vida, no estás abandonándola, sino que estás precisamente lanzándote a renacer. Como la oruga que acepta por naturaleza y en desconocimiento morir para resurgir renacida como mariposa.

YO: Es decir que aceptar nuestra muerte física es comprender que habrá un nacimiento espiritual, y que a su vez, el espíritu también tendrá una especie de muerte, la cual nosotros aquí llamamos nacimiento. ¿No?

SOY: Así como las ondas de vibración tienen su positivo y su negativo que mueven la creación, y la energía tiene sus emociones reaccionarias y accionarias, también el cuerpo físico vive esta ondulación mediante el nacer y el morir. Te liberas de los conceptos de la muerte cuando comprendes que desde otro plano la misma se dice nacer. Te liberas del concepto de aferrarte a la vida cuando ves que el ser más eterno decide dejarse morir para nacer y vivir lo que eres hoy.

YO: ¿Por qué un ser eterno querría limitarse naciendo en un cuerpo físico?

SOY: Porque la eternidad no puede conocer a fondo lo que ha pensado, no puede entenderlo sin vivirlo, no conoce la perspectiva sin separarse, no entiende el gozo sin el dolor, el proceso pierde sentido sin tiempo, no siente sin el espacio. El Ser Eterno necesita limitarse para saber de lo que es capaz. ¿Cuál sería el sentido de la creación si no fuera poder sentir, si la mente simplemente hubiera permanecido en silencio dentro de la iluminación? Dios no lo sabe todo, pues no ha experimentado. La Sabiduría sólo se adquiere en la experiencia, el Amor sólo se siente cuando te reconoces en los demás, la Voluntad sólo se despierta cuando hay una necesidad e intención de avanzar y ser libre. Es por esto que la Mente Universal ha diseñado, en su amplia y libre mente, los planos de la limitación. Las ideas se volvieron contemplación. Lo observado se expresó en cantos, los cantos despertaron la vibración, que en su ampliación de frecuencia creó luz y energía, y las energías se estructuraron en disonancias, ramificándose en electricidad, pulsos, magnetismo, uniendo vibraciones en patrones, creando formas, que en sus combinaciones generaron elementos que en su multiplicación evolucionaron en biología. Así, el espíritu encontró la forma de multiplicarse y expandirse en las millones de versiones que soñó. Las células contuvieron su potencial, co-creado en patrones geométricos genéticos. Es decir que la vida fue la producción espiritual. Como aquel arquitecto que diseña su propia casa, como el ingeniero que construye una ciudad donde moverse, como el empresario que genera un emprendimiento de utilidad, la vida fue un diseño capaz de permitirle producir su propio hogar, su propio coche, su propio alimento, sus propias herramientas, y así, verse capaz de manifestar su mente, de realizarse a sí mismo. A esto llamamos “realización” del ser, a volver una idea algo real, a ser capaz de ver el resultado de lo planificado.

YO: El espíritu, la mente, pues, ha diseñado un sistema de multiplicación, distorsión y error sólo para poder ver de lo que era capaz de generar… De producir, y por ello necesita nacer una y otra vez.

SOY: En esencia todo espíritu está dispuesto a morir en la eternidad para manifestarse en el éter, donde diseña los 4 elementos que darán lugar a su vida. El nacimiento es la clave de entender que nuestro propio ser no ha venido a la vida para escaparse de ella mediante la iluminación, sino para justamente vivir lo que su iluminación le ha permitido crear. El nacimiento no es un castigo divino, sino una bendición espiritual. Es el artista que se sumerge en el amor de su obra, es el ingeniero que se atreve a vivir en la casa que él mismo diseñó.

YO: ¿Cómo la hace?

SOY: Busca los positivos y los negativos con los que resuena, por ley de vibración, la resonancia le muestra el camino. Por ley de Ritmo, se le muestra naturalmente lo que ha de enfrentar. Por ley de dualidad, entiende a ambas energías con que resuena como la madre y el padre. Y sin ver sus rostros, sólo oyendo la vibración que les constituye, desciende la velocidad de su vibración para crear un vínculo con ambos que se manifiesta en la materia.

YO: ¿Es necesario el amor para esto?

SOY: ¿Amor humano?

YO: Sí, de pareja. Dicen que es necesario que el acto conlleve amor.

SOY: Oh, no, no hace falta el amor humano. El amor debe ser celular, y se llama atracción, magnetismo. La fuerza del amor universal no es romántica, es magnética. El romanticismo es la culturalización del amor universal, que es más libre de expectativas, es biológico. La vibración del amor es la resonancia, y la misma se expresa magnéticamente, no culturalmente. Desde luego que el amor romántico, el enamoramiento, o la toma de consciencia plena del acto, sacraliza el vínculo y fortalece el canal. Pero, dime, ¿crees que cuando yo elegí manifestarme en ti, como Matías, busqué un canal de un hombre y una mujer que se amaban profundamente?

YO: Bueno… Claramente no, pues mis padres sólo tuvieron sexo una noche, una vez, sin amor.

SOY: ¿Y eso te hizo menos conectado o divino?

YO: No, de hecho me permitió amar más libremente a ambos, sin juicios.

SOY: Porque no tiene nada que ver con el amor de la ideología, sino con la energía apropiada y útil para la descarga de información. A veces, los canales de nacimiento son útiles, pero no tiene nada que ver con los conceptos padre, madre o pareja. Sino, podríamos decir que todos los adoptados no poseen alma o amor, y en realidad no es así. Cada individuo vive una vida diferente y específica y no depende del vínculo entre los canales, sino del estado de percepción de quien es manifestado. Tú podrías haber tenido un trauma por tu historia con tu padre, como muchos han sufrido la falta del mismo, cuando tú no lo has sufrido. De hecho, lo has agradecido y hoy te llevas muy bien con tu padre por ello. Cada uno es diferente, no se puede pretender creer que un ser equilibrado o iluminado sólo nace del producto de amor de un hombre y una mujer, porque no es así. El espíritu es neutro, ama incondicionalmente, no está limitado a un cuerpo biológico maternal o paternal. Un espíritu nace libre y muere libre de las expectativas culturales humanas. Lo que nos lleva al tema de hoy y la pregunta. “¿Cómo naciste?”.

YO: ¿Te refieres a la manera? ¿Parto natural, cesárea, o esas cosas?

SOY: La vida de un ser espiritual está marcada por el momento del nacimiento, más allá de lo astrológico. La forma en que ha sido recibido al mundo, contemplando el horizonte de la vida del otro lado. La mayoría de los traumas provienen de este instante, la mayoría de percepciones y vínculos se generan en ese momento. ¿Fue placentero? ¿Fue doloroso? ¿Me sentí abandonado? ¿Lloré? ¿Qué sentí? ¿Cuál fue tu reacción al nacer? Tomar consciencia de este momento te ayudará a reconocer el primer pulso con el que llegaste a este mundo.

YO: Yo nací por cesárea. Debía nacer el 12 de Agosto de 1987, pero el médico se iba de vacaciones esa semana y como mi madre tenía 17 años prefería hacerle cesárea por ser primeriza. Algo muy común en los 80’s, en que se tomaba el parto como una operación y extirpación de un órgano o tumor. No hubo opción a parto natural, y a veces pensé que eso era antinatural y malo para mí. Aún creo que es absurdo y antinatural. Sin embargo, con el tiempo entendí que en mí tuvo efectos muy positivos. Recuerdo el momento en que salí del vientre, con los ojos bien abiertos, recuerdo las gafas del doctor delante de mí, y expectante, no lloré, sino que miré a todos. Mi abuela recuerda que cuando el médico me llevó a la sala, había tanta gente esperando que me levantó como al rey león para que todos me vieran, y dice que yo los miré en silencio a los ojos uno a uno, como tomando lista para saber si estaban todos allí o no. No recuerdo mi parto con dolor, y mi madre tampoco lo recuerda así. Sino que la energía fue “no hay tiempo, hagámoslo rápido, y veamos si están todos listos”. Esto definió el cómo vivo mi vida. Llegué al mundo sin llorar, llegué al mundo sin hacer esfuerzos, todo servido, no tuve que luchar para nacer, no tuve que presionar nada, todo llegó a mí con calma. Siempre veo al mundo analizando si todo está ahí, si vinieron todos los que tenían que venir para empezar, como una maestra que pasa lista a sus alumnos para empezar la clase o comenzar la misión. A pesar de las dificultades de ser diferente, mi vida ha sido muy fácil, nunca tuve que luchar ni sentirme excluido, siempre supe salir adelante de la manera más fácil gracias a no haber luchado al principio por vivir al nacer. Debo agradecerte por mostrarme un camino resonante tan abierto y fácil…

SOY: Lo necesitábamos. Sino, no podríamos estar aquí ahora teniendo esta libre conversación. Hacerse la pregunta de cómo fue el parto, cómo llegué al mundo, qué emociones hubo en el entorno cuando se nació, ayuda a comprender esa energía con la que pusimos la primera impronta en nuestras vidas. Así que escríbelo, desarrolla esto: “¿cómo, dónde, quién, qué emociones?”, y reconoce el nacimiento de tu ser en el flujo de la Vida. Los diferentes caminos, el entramado de todo lo que el espíritu ha diseñado, se manifiesta en el momento de tu nacer. Observa y vuélvete consciente de tu nacimiento, y podrás morir y renacer una y otra vez con la plena consciencia de que sabrás sobrellevar las dificultades de tu vida.

YO: Muero y renazco en el entramado de la mente universal, aquí y ahora, decido volver a nacer aceptando mi nacimiento.

SOY: Aceptar tu nacimiento es valorar la decisión de tu espíritu. Honra ese momento que unió al Soy con el Yo, y sólo así podrás retornar al Yo junto al Soy.