YO: Cuando hablamos de Leyes Universales, por alguna razón suena fuerte, como si hubiera una obligación. Y además está esta idea de que toda la Ley se hizo para romperse. Entonces, ¿qué implica una Ley Universal?

SOY: El uso de esta palabra tiene dos connotaciones, pero la que le ha dado peso a tu percepción de la ley radica en un tema cultural. Veamos primero qué significa Ley, como lo hemos dicho en otros momentos. Ley viene de “Leg” en lengua indoeuropea, significando “elegir”. Por principio etimológico, la ley no es una obligación, sino una elección. Ahora bien, vayamos al contexto humano de hace 10000 a 2500 años. Durante este periodo, la humanidad se sumió nuevamente en una época de conflicto y perdición, en que todos los pueblos se dividieron, lucharon entre sí, y las civilizaciones se convirtieron nuevamente en tribus que formaban imperios que se alzaban y caían. Pero primordialmente, la mayoría de las culturas se componían de tribus alrededor de Asia, Europa y África. El contexto cambiante hacía que hubiera mucha confusión entre los individuos, y por lo tanto, era necesario establecer ciertas reglas acorde a los ambientes.

YO: Hablamos de esto, lo que llamamos “moral”, aquellas normas establecidas por la normalidad de un pueblo habitando un sitio concreto, entendiendo que “habitar” en latín se dice “moris”.

SOY: En en el espacio habitado, se realizan ciertas acciones que por naturaleza pueden interpretarse como buenas o malas para la comunidad: acciones como matar, todos saben que genera desarmonía social, y acciones como sembrar, todos saben que produce algo bueno para el conjunto. Así, se constituye la idea de lo objetivamente “justo” que en latín llamaron “ius”, origen de la palabra Justicia. Pero a esta moralidad justa, le faltaba algo más: un consenso de reglas que dieran calma a los conceptos subjetivos de lo que está bien o mal, como podríamos decir hoy: cruzar un semáforo en rojo, invadir la propiedad privada, etc… Estas reglas se establecen en una asamblea, donde se “eligen” las normativas, y por lo tanto, donde por consenso se “legisla”. Así nace la ley. Mientras la Moral es la norma que hace a una cultura que habita un espacio y tiempo concretos, y la Justicia es el derecho natural objetivo de lo que está bien y lo que está mal, la Ley es un consenso subjetivo de normas o guías elegidas por la moral para mantener viva la justicia.

YO: O sea que las leyes son las páginas de un libro donde se escriben subjetivamente las reglas de un juego, en el cual por más que sepamos que hacer trampa está mal, sin las reglas no tendríamos idea de cuál es el límite entre la estrategia y la trampa.

SOY: Así es.

YO: ¿Y por qué se las llama Leyes Universales?

SOY: Porque el Universo es un Juego con libre albedrío. Entonces, la Mente, dividida en sus tres niveles: consciente, inconsciente y subconsciente, eligió ciertas reglas subjetivas que le ayudasen a mantenerse en orden dentro del juego. La ley no está allí como una imposición, pues, sino como una guía.

YO: Entiendo… Pasa que a lo largo de la historia humana, las leyes no han favorecido a todos en el juego, y han creado esta idea subconsciente de que una ley debe romperse, de que no son justas para el pueblo.

SOY: Esto se debe a que no son los ciudadanos quienes escriben las leyes, sino políticos. Las leyes, en la mayoría de los casos, representan a los ideales de los poderosos y no a la perspectiva de los pobladores. Durante mucho tiempo, los sistemas se han abusado del Poder Legislativo, utilizándolo según sus ideales o necesidades propias, ajustadas a sus intenciones por sobre otros. No es la gente quien elige las leyes, sino individuos presionados por gente (ya sea pueblo, empresas, ideales o políticas). No son objetivas, están cargadas de intereses y condiciones. La Ley ayuda a que no exista el caos, y la misma aparece de distintas formas. La Ley constituye la idea o intención conjunta de una tribu o nación. Por ello los países poseen su propia “Constitución”, que significa: “aquello que está unido”. Y a veces, se han unido a la fuerza. En un reino, es el Rey y los señores feudales quienes establecen las leyes. En una Dictadura, es el dictador, según el humor del día; en un Imperio es el emperador o la Junta parlamentaria; en una república es el Parlamento; en un plano religioso es el líder espiritual quien las elige; y en una democracia, es la asamblea popular.

YO: ¿Hoy existen asambleas populares?

SOY: No, al menos a nivel republicano. Todas las repúblicas existentes utilizan el sistema representativo parlamentario, por lo que no hay pueblo involucrado. La gente no elige leyes, elige personas que elegirán leyes.

YO: O sea que no existe la democracia…

SOY: No. Pero eso es otro tema. Lo que nos concierne aquí hoy es la creación de la Ley que, como verás, a lo largo de la historia, pocas veces los individuos de un pueblo han podido elegir realmente todas las leyes bajo las cuales viven en un consenso común.

YO: Igual es difícil que todos se pongan de acuerdo…

SOY: No es necesario. Pues es imposible. El sistema democrático justamente tiene como objetivo permitir que la mayor cantidad de personas que piensan de una forma puedan plasmar la ley, pues representan a la mayoría de ese pueblo. Imponer una ley que represente a la minoría no tendría sentido, para ello, la minoría deberá proponer mejores formas que sean aceptadas por la mayoría, y así se evoluciona. Así ves cómo la ley, que es subjetiva, depende más de la democracia que de otros sistemas, pues fuera de la república parlamentaria representativa, todos los demás sistemas no tienen Leyes, tienen mecanismos de control y castigo.

YO: Esto indica que la Ley fue hecha para transformarse según el contexto evolutivo… No para ser algo fijo.

SOY: Las reglas del juego cambian. Por ello las leyes universales son moldeables. No siempre tienes por qué estar en baja vibración, no es una ley, es un estado evolutivo, y las leyes se amoldarán a él. Eres libre de cambiar tu vibración y usar las leyes a tu favor en lugar de en tu contra. Juzgar a las leyes universales con los ojos de la dictadura, la opresión, es como juzgar a la comida por hacerte gordo.

YO: Claro… Entiendo, la comida es una opción, que mi cuerpo necesita hasta el día en que logre vivir del prana, de la luz. Mientras tanto, seguiré usando la comida, pero sólo yo soy quien decide cuánto como, y qué como y la manera en que lo hago…

SOY: Por ello percibes que la ley fue hecha para romperse, pero no es así… Fue hecha para transformarse en función de tu propia transformación. La Ley no es tu enemiga, la Ley es quien te guía en la existencia cuando estás perdido y sin poder propio. La ley te protege, y por ello, la ley es un Patrón (de “Pater”: proteger).

YO: Y me protegerá hasta que yo recupere mi propio poder y moldee la ley para mi siguiente nivel, en consenso con mi nueva realidad… Los patrones son leyes que me limitan tratando de guiarme…

SOY: Pero si le entregas tu poder, en lugar de guiarte te controlarán, creerán que ellos tienen el poder. Y el poder es la Voluntad, tener poder no es controlar, es tener responsabilidad, es decir, responder acorde al conjunto. Un ser sin responsabilidad personal recibe todo el peso natural de la ley y se ve prisionero de los patrones. El poder no te posiciona por encima de los demás, el poder te otorga responsabilidades de acción para el equilibrio de todas las partes, libre de condicionamientos.

YO: Por esto creemos que las leyes nos limitan, porque somos irresponsables… Entonces la ley se pone más intensa… O se corrompe.

SOY: La corrupción de la Ley demuestra un sistema sin poder alguno, sin responsabilidad conjunta. El Universo no oprime con leyes, no castiga. No existe Cielo que premia a los justos ni Infierno que castiga a los injustos. Esa fue una ley religiosa que se aseguraba la estabilidad social en tiempos de caos. La verdad es que el Universo sólo ha dado 7 leyes, y mediante ellas aspira a que cada uno encuentre la responsabilidad de saber manejar las reglas del juego con libertad.

YO: La Ley es el Patrón que me cuida en mi tiempo de inconsciencia. Un pueblo consciente no necesita más que 7 leyes…

SOY: Un pueblo que reconoce que su mente es creadora, que responde en coherencia al mundo según su sentir interior, que vibra en la verdad, que se adapta a los ritmos de la existencia, que es consecuente en sus actos, que vive en eje en sus emociones, y que es capaz de permitirse manifestar su potencial interior, no es controlado por patrones, sino que es libre de usarlos para crear realidades. Es un ser humano que no necesita más que las 7 Leyes Universales para vivir en armonía.

YO: Así como las Leyes conforman una Constitución Nacional, los Patrones conforman la Constitución de un Individuo. Si el individuo cambia, también lo hace su constitución, y modifica sus patrones con libertad y responsabilidad… Y lo mismo una Nación.

SOY: Toda norma fue hecha para guiarnos, y sólo se ha vuelto control sobre las personas en el momento en que las mismas han olvidado su responsabilidad en la existencia. Recupera tu poder siguiendo las leyes universales, y no necesitarás nadie más afuera para recordarte lo que ya sabes.

YO: Podemos decirles Principios Universales entonces…

SOY: Los 7 son el inicio de todas las cosas. “Principio”, el que toma el primer lugar… Los 7 surgen en el mismo instante, y son aspectos entre sí, como los diferentes ángulos en que puedes ver  a una persona. Hablar de Principios Universales nos recuerda que son los fundamentos de la Existencia, pero no nos recuerda que son una guía, una forma de no perderse, por ello les conocerás como Leyes. Son los Patrones de Dios… Y cuando seas capaz de ser como Él, como el Universo, podrá establecer tus propias Leyes. Mientras tanto, presta atención a tus patrones, ¿cuáles son tus mayores patrones? Aquellos que te controlan, que te condicionan en la vida. ¿Dónde has perdido el poder? Es decir ¿dónde, cuándo y en qué has dejado de ser responsable?

YO: Aquello de lo que no soy responsable, me controla…

SOY: Te somete… Así que, conoce tus patrones, y conocerás tus leyes. Y si eres digno de recuperar tu poder, serás Justo.

YO: “De los Justos será el Reino de los Cielos”.

SOY: La Tierra ya flota en los Cielos… Sólo falta que recuerdes que eres un Rey Justo.

YO: Y lo seré cuando reconozca todos los patrones heredados por aquellos que componen mi Árbol Genealógico, que escriben mi Constitución.

SOY: Transforma tu idea de ti, y extiende tus ramas escribiendo nuevas leyes.

YO: Yo Soy la Ley…

SOY: Yo Soy la Ley Universal.