SOY: ¿Qué esperas de los demás? ¿Los consideras herramientas? ¿Cómo son tus vínculos? ¿Son libres o se basan en la necesidad?

YO: ¿No son todos los vínculos una relación de necesidad?

SOY: Exactamente así es. ¿Sabes lo que es una necesidad?

YO: La búsqueda de algo que no tengo, llenar un vacío con algo externo…

SOY: Ese es el sentido que se le ha dado a la palabra necesidad. Sin embargo, no es su verdadero origen. “Necesidad” viene de los conceptos latinos “Ne” (No) y “Cessare” (parar, detenerse). Es decir, que el término se refiere a algo que no cesa, que no termina nunca, eterno. El concepto “cesar” se refiere a encontrar un punto de tranquilidad, de quietud, con lo cual negar la quietud, implica movimiento, algo que no se detiene jamás.

YO: Acabas de romperme la cabeza… Es decir, estamos en un mundo lleno de necesidades, y buscamos todo el tiempo suplir las necesidades, de eliminar las necesidades, incluso como si fueran malas palabras, y de repente, en tu explicación, es casi como si de repente la necesidad cobrase un sentido muy diferente…

SOY: Y te diré por qué. Porque la visión que tienes del mundo culturalmente hablando es desde la negatividad, la crítica, el dolor, el martirio. Dependiendo el punto desde el cual mires el mundo, sus mismas palabras o hechos cobrarán un sentido mucho más amplio. La necesidad vista desde lo negativo habla de algo que no encuentra calma, que se ve ansioso, nervioso, y busca la tranquilidad desesperadamente, sin cesar (no cease). Esto nace de la concepción de que los humanos, la vida en general, no se detiene nunca y por lo tanto en ese cambio constante busca la estabilidad, la quietud, la seguridad. Pero desde el lado positivo, lo que se detiene, lo que cesa, se enferma y muere (lo que origina la palabra enfermedad en inglés: “disease”). Por esto, es inevitable moverse, avanzar. Recuerda: el eje se encuentra en el movimiento, la estabilidad se encuentra en la expansión. La evolución es una necesidad, pues nunca se detiene, es un constante aprendizaje en expansión que lleva lo que está dentro hacia afuera, una y otra vez. ¿Sabes cómo se dice en latín “la acción de expandirse una y otra vez”?

YO: ¿Cómo?

SOY: “Relación”. Proviene de la palabra “Re” (otra vez), “Latio” (expandir, lleva hacia, extensión), y “-tio” (acción). Esta palabra tiene codificada la palabra Latín, que tanto hemos utilizado. Hace referencia a la región llana y extensa de la península itálica rodeada de la cordillera de los Apeninos, una región llamada “La Extensión Llana”, es decir: “Latio”, que origina la región italiana de “Lazio”, donde se origina el imperio Romano, y por ello, al pueblo surgido del rey Rómulo, se le conocía como “la gente de la llanura extensa”, es decir: los “latinus”. Hoy la palabra Latino se refiere a todos los surgidos de las culturas del Lazio extendidas al mundo por la expansión y colonización global de las culturas Romances, es decir, del Imperio Romano, como Francia, Italia, España y Portugal.

YO: Todos están “relacionados”, debido a la expansión…

SOY: Así es. Los pulsos de la historia terrestre, la historia humana y la historia individual, hacen que las cosas se repitan una y otra vez, como el latido del corazón.

YO: Recuerdo que en español la palabra latir, latido, viene del latín “ladrar” (glattire, con la g áfona), aunque filosóficamente tiene más sentido decir que el corazón se expande y lleva la sangre, que suena igual: “latire”.

SOY: Está en resonancia. La expansión del corazón es una clave para entender las relaciones. Así como Europa es el corazón del mundo que en cada expansión ha conquistado a otros a su alrededor, cada persona es también un corazón que se expande a su alrededor conquistando otros corazones. Ahora bien, ¿no te parece extraño que cuando se habla de un país conquistando a otro es considerado una invasión a los derechos humanos, pero cuando se trata del concepto de una persona conquistando a otra se considera romántico?

YO: Es… Absurdo, sí. Además, la palabra “romántico” proviene justamente de Roma, del imperio, que conquistaba a otros pueblos…

SOY: Porque en la época medieval, los escritores romances, es decir, los que utilizaban las lenguas romanas para describir la belleza de las culturas latinas del Medio Evo, eran llamados “Románticos”, es decir: aquellos que se relacionan a Roma. Ya que los otros escritores sajones, otomanos o eslavos eran incomprensibles, debido a que sus lenguas sonaban como “bla-bla-bar-bar”, y por ello les llamaban “Bárbaros o Barbáricos”, es decir relacionados con los que hablan “bar-bar”.

YO: Wow… Acabamos de matar todo el romanticismo moderno y contemporáneo…

SOY: El Amor está visto hoy desde una tradición imperialista, machista, dominante, controladora, de conquista e inquisición.

YO: Madre de Dios… Cada vez es peor jajaja, ya no sé si quiero ser romántico…

SOY: Bueno, habrá que resignificar la palabra tal vez. Podrías llamarle “Parísico, o Hollywoodístico”.

YO: Sí, más conectado hoy a quienes producen o venden las ideas de amor… Jeje.

SOY: Sin embargo, más allá de los datos históricos, vemos cómo ha encarnado en el subconsciente e inconsciente colectivo la idea de que el amor y las relaciones se tratan de conquista, de romance, de tener, de querer. La palabra conquista surge de “conquerir”, es decir del latín: querer todo junto. Cuando en español se dice: “te quiero”, la palabra surge de la voluntad de posesión, de tomarlo todo para uno mismo. En inglés el equivalente es “I want you”, aunque su “I love you” proviene de la necesidad sexual de la lujuria y el placer.

YO: Toda nuestra idea de una relación está condicionada por la historia de dominar a otro. Como cuando se vendían o daban en matrimonio a las niñas de entre 11 y 15 años a hombres con tierras o negocios, ya que entraban en etapa reproductiva y así agrandaban sus recursos uniendo por sangre a dos familias. Los hombres conquistaban a las jóvenes niñas para asegurarse su legado, no por amor. Igual que los profesores que se acostaban con sus alumnos para asegurarse su relación con los discípulos. Las niñas aseguraban su futuro, los niños aseguraban su lugar en la élite. Los conceptos sociales cambiaron, pero en muchos este concepto sigue existiendo en el subconsciente, en la genética.

SOY: La pederastia, pues, es una herencia cultural no sanada en la memoria celular de individuos estancados en un sistema que preparaba a los niños y niñas para un contexto caótico desde hace 1500 años hacia atrás en el tiempo. Esto condicionó a que las relaciones no se dieran por amor, sino por continuidad, por necesidad de supervivencia y presión social. Así, las palabras romance, conquista, relación, se construyeron para describir un contexto socio-cultural de la edad antigua, y que, debido a los poetas medievales, se reutilizaron para describir conceptos del alma y no de la sociedad. Así, hemos heredado estas palabras para el amor, y hemos pasado sus ideologías a nuestras relaciones.

YO: O sea que no existen relaciones sanas propiamente dichas…

SOY: Vamos a partir de la base universal: todo es una red interconectada, todos son aspectos del Uno, y por lo tanto, hay una continuidad de la conectividad inevitable, que es la Expansión de la Consciencia, algo que llamaremos “la primera Relación universal”, entre el Consciente, el Inconsciente y el Subconsciente. Seguimos por los principios del Ser: los tres niveles de consciencia mencionados, se vuelven lo que llamamos Espíritu, Alma y Cuerpo, los que entran en una relación directa, que llamamos la Expansión del Ser. El tercer paso es el físico-biológico: cada individuo posee interiormente una relación inevitable entre sus células, órganos, moléculas y partículas, lo que llamaremos Expansión Evolutiva, que se da mediante la alimentación y la reproducción. El cuarto paso sería la interacción entre individuos: aquí, las relaciones se basan en la capacidad de interconexión de personas que comparten ideas, emociones y acciones, con el objetivo de trascender y expandir su ser a otros, lo que llamaríamos Expansión Interpersonal. Todos son distintos tipos de relación, todos relacionados a la necesidad intrínseca de expandir su ser, de trascenderse, de continuar, y ese “sin cesar”, esa “necesidad”, ese sin fin, constante, eterno, nunca muere (“amor” en lenguas latinas) y produce un enorme gozo divino (“love”, en lenguas sajonas).

YO: ¿Cómo hago para tener una relación libre entonces?

SOY: Siendo consciente de tus necesidades. No existe tal cosa como una relación libre en el universo, pues todo es una constante consecuencia de relaciones, de enlaces, vínculos que intercambian, y de igual manera que una partícula de electrón y una de protón se necesitan la una a la otra, tú necesitarás de otras también para crear un átomo, y necesitarás expandirte, abrir tus posibilidades de nuevas necesidades que se conviertan en moléculas, y expandirte a más relaciones que se conviertan en sociedades, culturas, en la humanidad. La clave no está en ver cómo amar libremente o liberarte de las relaciones, sino en entender realmente desde dónde y por qué te unes a los demás.

YO: Hay relaciones de diversas índoles… Negativas, dañinas, positivas, familiares, de amistad, de amor, de pareja, de maestría… ¿Cómo sé cuáles son las mejores para mí?

SOY: Todas. Porque todas son claves para tu expansión. Pues de todas aprendes algo nuevo de ti.

YO: ¿Podría decir que entonces yo uso a todas mis relaciones con un interés personal? Recuerdo que cuando era adolescente solía decir: “las personas son como escalones que hay que subir”, luego sentí que era horrible pensar así.

SOY: Recuerda, las personas son sólo aspectos de ti mismo, Si les usas, sólo te estás usando a ti mismo. Pero si intercambias, estás expandiéndote. Cuando una persona usa a otra para su propio beneficio, no entendió que todo es Uno. Cuando una persona se niega a usar a otros, a la vez está negando el entendimiento de que todos somos uno.

YO: ¿Cuál es el punto medio?

SOY: Comprender que toda relación surge por una necesidad de volver a expandirse, que los demás son catapultas para crecer, aprender, expandirse, y siempre sacarás algo bueno de los demás al relacionarte con ellos. El punto medio se encuentra en saber aprovechar esa energía de expansión sin creer que para lograrlo debes poseer o conquistar al otro.

YO: A nivel de imperios y naciones, sería como por ejemplo España conquistando las Américas para obtener minerales para la Corona Europea quitando los recursos de los Andes y las Rocosas, en contraposición a la idea de permitir que los países andinos sean libres y generar una relación de intercambio en que España da algo a los países Andinos y éstos intercambian igual valor a España. En equilibrio. Allí hay necesidad desde los dos lados, pero desde la libertad del otro, una relación sana de interacción.

SOY: Y lo mismo sucede con las relaciones interpersonales, en que las parejas, los amigos, los familiares, los amantes que buscan poseer, controlar, dominar al otro, conquistar mediante el querer, amar mediante el recelo, enamorar mediante la condición, romantizar por la imposición de cariño (palabra que se origina en el concepto latino de proteger lo que está falto de algo), todo ello es la colonización de un ser libre buscando obtener un resultado. ¿Y tú, conquistas o intercambias?

YO: Sinceramente, he utilizado la conquista muchas veces en mi vida, el romanticismo como una forma de utilizar a los demás, de manipular desde las emociones y el amor para obtener los resultados esperados… En muchos casos me he relacionado desde el condicionamiento, desde el usar al otro. Ese concepto de los escalones, pero antes no me daba cuenta de esto tan claramente…

SOY: Todos lo han hecho alguna vez, está en las células… En la programación.

YO: Ahora me doy cuenta de ello, pero no sé si soy libre del mecanismo… ¿Cómo hago para relacionarme sin esperar nada de los otros?

SOY: No puedes, siempre esperas algo de los demás en una relación. A no ser…

YO: ¿Qué?

SOY: …Que recuerdes que los demás no son más que aspectos de ti, y que lo único que esperas de los otros es lo que aún no has descubierto en ti mismo…

YO: En tal caso, sólo esperaría cosas de mí, y los demás serían las herramientas para recordarme lo que no veo aún en mí.

SOY: Allí liberas a los demás del peso de ser quienes tú esperas, pues ahora sabes que eres tú quien proyecta la necesidad en los otros, y puedes hacer lo mismo con todo el mundo en esta red. Así, siendo consciente de esto, liberas a los demás del peso de ser, y simplemente les dejas ser quienes son.

YO: Y allí está la incondicionalidad…

SOY: Recuerda, las relaciones son inevitables, son una necesidad, el amor es eterno, los vínculos son necesarios, pues somos seres en constante expansión…

YO: Y mi corazón sólo podrá expandirse en libertad si en lugar de conquistar a los otros, les invito a expandirse conmigo.

SOY: Nuestra relación es de expansión constante.

YO: Yo Soy Expansión, y mi hogar es el Corazón expandido.

SOY: Y desde él podrás dar ese abrazo intenso sintiendo que cuanto más apretados se encuentren, más libres se sentirán.