SOY: ¿Cómo vives las crisis y conflictos? ¿Cómo asimilas las derrotas y los retos? ¿Tienes enemigos? ¿Son reales o inventados?

YO: Tras 6 meses de buscar las respuestas más profundas del universo, creo que hablar de enemigos o pensar que los tengo es casi absurdo.

SOY: ¿De qué color es el cielo?

YO: Emmm… Celeste? Aunque ya hablamos de que en realidad no es celeste, sino que es como mis ojos perciben los fotones reflejando los átomos de argón, nitrógeno y oxígeno…

SOY: O sea que el color celeste no existe, es sólo tu percepción de la luz reflejada en ciertos átomos.

YO: Sí…

SOY: Pero aún así, lo ves celeste, no?

YO: Sí, lo veo celeste.

SOY: Por lo tanto, esa distorsión, para tu cerebro, se reconoce como celeste. Esencialmente, no existe, es una creencia, pero conceptualmente sí existe, pues te ayuda a interpretar el espacio en que te encuentras. Sino, no podrías diferenciar la tierra del cielo.

YO: ¿Con esto intentas decirme que más allá de que yo sepa que esencialmente los enemigos no existen pues todo es Uno, mi cerebro necesita crear enemigos para tener puntos de referencia?

SOY: Sí, lo has entendido bien.

YO: Entonces… Uf, explícame. ¿Son necesarios los enemigos?

SOY: Sí, pero sólo conceptualmente.

YO: Cómo diferenciar un enemigo real de uno conceptual.

SOY: Fácil. Los enemigos reales no existen, sólo los crea la mente.

YO: ¿Cómo? Pero, cuando hay una guerra, hay enemigos reales pues la amenaza es real.

SOY: ¿Por qué surge una guerra?

YO: Conflictos de intereses. Ya sea religiosos, culturales, ideologías y filosofías o por recursos económicos, naturales, territoriales… O a veces simples malentendidos…

SOY: Define interés.

YO: Algo que deseo, que busco para mi propio beneficio.

SOY: Interés surge de las palabras “inter” (entre) y “esse” (ser), es decir: “estar entre algo”. El interés define al concepto de aquellos que mantiene a alguien conectado a otro. Podemos decir que un sinónimo de “interés” es “importante”, que proviene del latín “traer algo hacia mí”. Lo que nos importa, es una materia, material, que se intercambia por interés. ¿Qué hace que algo nos importe y lo consideremos importante o interesante?

YO: Nuestra necesidad sobre ello… Por el valor que le damos.

SOY: ¿Qué es el valor?

YO: Un peso o fuerza conceptual que atribuimos a las cosas.

SOY: Es decir que el valor es subjetivo.

YO: Sí, para algunas culturas el oro es lo más valioso, para otras es una piedra más. Para alguien el dinero tiene valor, para otros lo tiene una semilla. Para unos una relación tiene más valor que una posesión material, o al revés. Es subjetivo.

SOY: Por lo tanto, el interés nunca se fundamenta en algo real sino conceptual, basado en la percepción que yo poseo sobre el mundo. De igual modo que ves el cielo celeste.

YO: Entiendo…

SOY: Es decir, que la creación de un amigo o un amigo es meramente conceptual. El conflicto que posees es por un interés de valores que surgen de defender lo que observas desde tu punto de vista. Una religión que genera un conflicto no es más que un conflicto de ilusiones no fundamentadas en hechos objetivos. La pertenencia de algo físico es la subjetividad de creer que algo te pertenece y al otro no, cuando la base del interés es el compartir, no el poseer. La lucha por una filosofía entre seres humanos, es totalmente subjetiva, no fundamentada en los procesos naturales, sino en los imaginarios utópicos. Un conflicto emocional surge de las necesidades no atendidas de un ser que siente vacío y espera en el otro que llene ese hueco para sentirse completo. Pero el vacío es conceptual, pues en tu interior tienes todo lo que necesitas. Una guerra es un conflicto de intereses nacido de la confusión y el desorden interno de un ser o grupo. La palabra guerra proviene del indoeuropeo “wers”, que significa desorden, mezcla, confuso, distorsión. Pero, ¿qué otra palabra origina el sonido “wers”?

YO: Supongo que “verso”…

SOY: Como Universo.

YO: Ah!, claro! Universo: el giro único, todo vuelve a la unidad, lo que dobla sobre sí mismo, la torsión del uno.

SOY: Pero eso es lo que define el volver a la Unidad. ¿Cómo se definiría aquello que se tuerce hacia afuera y sólo busca la división, distorsión y confusión?

YO: …Adverso.

SOY: Del latín “ad” (hacia) y “versus” (torsión).

YO: La adversidad sería iniciar el conflicto externo. El Universo expandiéndose, alejándose del Uno para crear todas las experiencias…

SOY: El Universo sabe que nada fuera de sí realmente existe, pero necesita posicionarse en su reflejo, distorsionar su imagen para poder ver distintas opciones. Así, en los doblegamientos del tiempo y el espacio, encuentra diversas formas, encuentra nuevas perspectivas, se percibe de diferentes modos, y esto le lleva a aprender, evolucionar.

YO: Mediante la distorsión uno se nutre de distintas opciones…

SOY: Y allí es donde la adversidad cobra sentido. Aquí es donde el conflicto encuentra su lógica.

YO: Wow…

SOY: La lucha es el mismo ser observándose desde distintas direcciones contrapuestas, relacionadas por un mismo interés. Tras millones de dobleces, el Soy se convierte en el Yo, y el Yo busca sobrevivir, tiene miedo de volver a doblarse y perder lo que construyó, es decir, teme a la muerte, y en ese temor a perder, se aferra a lo que puede, y el interés se convierte en una lucha por poseer, por ocupar espacios que le lleva al conflicto con su entorno.

YO: ¿Esto justifica la guerra?

SOY: No, no justifica la guerra, la explica. El Universo no genera Guerras, genera opciones, y lo que sus partes deciden hacer con las opciones es libre albedrío. Y esa libertad, a veces, provoca confusión, lo que lleva a vivir adversidades que, desde la consciencia, nutren a la experiencia. Pero desde la inconsciencia, generan guerras, desde lo mental, emocional y físico.

YO: Entonces un enemigo es la construcción mental de nuestro ser tratando de trascender un conflicto.

SOY: Es la idea a resolver. La mente necesita proyectar el conflicto interno en algo externo para poder observarlo. Así, la imagen del opositor, del adversario, del enemigo, es útil a la mente consciente para ver sus propios defectos fuera cuando no puede verlos dentro. Al ver la proyección, puede analizar todos los conflictos surgidos de este reflejo, y así honrar al enemigo como quien te permitió trascenderte a ti mismo a un nivel superador de consciencia.

YO: Pero…

SOY: Sin embargo, la mente subconsciente busca sobrevivir, e interpreta todo lo externo como una amenaza, creando preconceptos, creencias limitantes, patrones; que consideran esa proyección una amenaza real, y por lo tanto, la lucha es una forma de defensa. Así, el inconsciente cultural crea enemigos comunes, como otras naciones, culturas, religiones, sistemas o individuos, los cuales, al echarles la culpa de la amenaza, liberan al subconsciente de la presión de tener que transformarse mediante la observación.

YO: Es decir que en una necesidad biológica de ahorrar energía para no transformarse, es más fácil colocar lo que debes trabajar en un enemigo externo y culparle e incluso tratar de destruirle pensando que así desaparecerá la amenaza.

SOY: Así es. Entonces, tienes dos caminos para elegir aquí. El Universo se proyectó en lo Adverso, para buscar vías de manifestación, de desarrollo, de experiencia. Y en este aspecto Adverso, ahora debes elegir entre vivirlo desde la Consciencia o la Inconsciencia.

YO: Desde la Inconsciencia generaré enemigos todo el tiempo afuera: ex parejas, familiares, abusadores, dictadores, iluminati, reptilianos, religiones, el Papa, las empresas, los gobiernos, los extraterrestres, otras naciones, razas, culturas o filosofías… Buscando liberarme a mí mismo de la responsabilidad de transformarme, trascenderme y encontrar la coherencia. Desde la Consciencia veré las adversidades como mecanismos de evolución, aprendizaje, que nutren mi experiencia y me hacer expandirme hacia niveles superiores de entendimiento y manifestación.

SOY: Como verás, la adversidad no es el problema, sino tu posición mental ante la misma. Es tu percepción de las cosas la que genera el conflicto. Y la misma se ha vuelto sistémica tras millones de años de repetición cíclica. Si realmente buscas transformar el mundo, entonces deberás perdonar a tus enemigos y crear una nueva realidad donde no seas víctima de la adversidad, sino que la uses para la expansión de tu infinito ser creador.

YO: Aún así, creo que muchas personas no entenderán esto, pues han vivido en la lucha, y al ver o escuchar esto suelen pensar que entonces todo vale, que no hay que hacer nada ante las injusticias.

SOY: Bueno, vamos a explicarlo muy fácil. Cuando alguien está tejiendo una bufanda, los hilos se entrelazan creando un entramado. Pero si se produce un nudo en medio, si se genera un conflicto, ¿cuál es la solución que buscarás? ¿Cortarlos? ¿Quemar la bufanda? ¿O remendarlo, buscando dónde está el problema desde el origen y empezar a tejer esa parte nuevamente?

YO: Lo que dices me trae un recuerdo muy emocional que está estancado en mi mente. Una vez, mi madre estaba tejiendo una bufanda de regalo a mi pareja para su cumpleaños. Pero la bufanda había quedado con nudos en medio y ella no sabía bien porqué. Entonces, con mi carácter de querer solucionar todo ya, le dije: “puedes cortar eso que sobresale con una tijera, no afectará”. La convencí y le ayudé, pero el resultado final fue que la bufanda quedó con muchos agujeritos en medio. Mi madre había estado mucho tiempo haciendo ese hermoso tejido, y yo lo arruiné en 1 minuto queriendo ayudarla. Sentí su dolor y frustración, y aún hoy me duele, porque quiso disimular lo que sentía. Luego se tomó un tiempo más para reparar lo agujeros… Pero aún hoy siento el dolor de todo lo que significó hacer eso… Me di cuenta que al querer eliminar las cosas que creía malas en el entramado, lo único que hice fue arruinar todo el tejido, todo el esfuerzo que una madre había hecho con cariño. A veces veo a la humanidad como me vi a mí mismo, creyendo que al eliminar lo que consideramos que está mal mejoramos el tejido del mundo, cuando tal vez sólo hacemos agujeros en el hermoso tejido de la madre Tierra, que tardó millones de años en hacerlo. Y sí, hay nudos, pero es necesario enmendarlos con cuidado, con delicadeza, entendiendo de dónde vienen, por qué, y retejer desde allí, entendiendo el patrón.

SOY: Las guerras no sólo se producen por los nudos, sino por cortar dichos nudos. Ahora entiendes que las adversidades son sólo herramientas de evolución, son nudos que están allí para recordarnos que siempre podemos mejorar.

YO: Me enfrento a las adversidades, pues, no para luchar contra ellas, sino para mejorar lo que soy.

SOY: Tú eres tu mayor aspecto Adverso, obsérvate y recordarás el Universo.