YO: De la empatía me queda una cuestión… ¿Por qué la patía? Es decir… La necesidad del dolor. ¿Por qué?

SOY: Como dijimos, Patía es la palabra griega para sufrimiento, y proviene de los conceptos indoeuropeos de dolor. Como hemos dicho, los conceptos sutiles, emocionales, conceptuales, en el principio de las lenguas y la comunicación humana, se relacionaba estrictamente a la descripción de cosas o situaciones objetivas, ya que lo subjetivo era imposible de expresar sin una comparación. Como describimos el concepto de Ser, que en realidad se refería a “estar en un lugar”, un verbo de posicionamiento espacial más que de descripción esencial, el concepto de Patía describe también una realidad objetiva de la sensación que se produce en el cuerpo ante su reacción con el medio. El dolor tiene diferentes grados, en sus escalas de lo denso a lo sutil. Podríamos poner en un extremo negativo el Sufrimiento, y en un extremo positivo el Placer. Sin embargo, el cuerpo interpreta a ambos como dolor. Una caricia, una cosquilla, es una tortura para el sistema nervioso, sin embargo, el cerebro colapsa al sentir esta sensación, generando una segregación de hormonas, morfina, endorfina, que tratan de contrarrestar el dolor percibido, como una especie de anestesia para aminorar el sufrimiento, y esto es lo que produce la sensación placentera que describes ante una caricia o juego de cosquillas. El placer sexual, el orgasmo, es parte de la escala de dolores, pues se relaciona a una irrupción violenta del cuerpo físico, convertida en placer debido a la voluntad e intención de ambas personas en vivir esa experiencia. De no haber intención, se llama violación, abuso sexual. Es la mente la que, al aceptarlo, encuentra las maneras de hacer que ese dolor se traduzca en hormonas placebo, es decir, que producen calma, placer. Cuanto más consciente es el dolor, más placer, éxtasis, orgasmo. Cuando más inconsciente es el dolor, más pesar, sufrimiento, padecimiento.

YO: ¿O sea que el dolor es una forma de medida sensorial del cuerpo?

SOY: Y te explico por qué. Simple: el cuerpo fue diseñado para sobrevivir. ¿Te acuerdas de los 5 sentidos? Los mismos son manifestaciones nerviosas que ayudan al cerebro a interpretar el mundo a su alrededor. Esto facilita a las células a su movilidad en el ambiente, reconociendo los espacios, y posibles peligros, así como alimentos y seguridad. Los sentidos fueron desarrollados por el cuerpo para recibir las señales del mundo exterior, para alimentarse y protegerse del mismo. Así, los sentidos se desarrollaron para defenderse de un entorno hostil, y para ello, necesitaban recibir las señales de dicho entorno como pulsos de posibles amenazas. Así, cada pulso eléctrico recibido del exterior, era traducido como una señal intensa, punzante, que se percibía en el cerebro como una alerta. Y desde luego, una alerta no es suave. Si debes estar atento a defenderte, no puede ser que el anuncio de una posible muerte sea tan suave como una nube. Debe ser veloz. Así entendían esta señal como un golpe, un llamado de atención, algo que se rompe, se parte, y hace un ruido que asusta. En lengua indoeuropea cortar, partir, se dice “dél”, que da origen a “dólor”, es decir dolor. En inglés, además de “dolence”, tenemos “pain”, que proviene de “penal”, que se refiere a la consecuencia de un acto, del indoeuropeo “kwei”, que significa compensar algo, responder a un llamado, pagar por lo realizado. El llamado de atención que recibe el cerebro ante los impulsos de lo externo, genera una respuesta inmediata, enviando señales de segregar hormonas que compensen la señal de dolor, amortiguando el peso, el sufrimiento. Esta respuesta es eléctrica, es decir, energía que pasa entre las células, lo que llamamos emoción. Así, toda emoción estaba relacionada al dolor provocado por ciertas cosas externas en distintas medidas. “Angustia” con el vacío por la falta de comida, “Amor” con el hormigueo de la sangre cuando nos preparamos para correr, “Frustración” con el dolor producido por el gasto de energía innecesario en una caza sin conseguir la presa. Y así todas las emociones, en cierta medida, se relacionan a distintos grados de dolor. Cuanto más consciente uno se vuelve, el dolor es controlable. Al principio, la reproducción era dolorosa, pues se realizaba por instinto, un fuego que debía ser apagado, cuando las hormonas preparaban al cuerpo para la reproducción, algo que era biológico y no psicológico. Pero cuando las mentes empezaron a discernir y elegir sobre sus actos, la reproducción dejó de ser una necesidad solamente, y pasó a convertirse en una voluntad propia, más allá de los periodos de reproducción. Una mente relajada, hace que el cerebro no esté alerta, sino que convierta los impulsos de dolor, de golpes, en simples flujos de energía, descargas en las células, haciendo que el dolor se convierta en sensación… Y la sensación en sensibilidad.

YO: O sea que el dolor es la clave de la sensibilidad del alma…

SOY: Al menos lo es en la materia. A tu pregunta de ¿”por qué el dolor”? La lógica biológica sería al revés: ¿Por qué la Sensibilidad?

YO: Claro… Porque el dolor tiene una función práctica en la supervivencia biológica, pero la sensibilidad no tiene un uso práctico en la vida terrenal.

SOY: Hasta que lo tuvo.

YO: ¿Cuándo?

SOY: En el momento en que las células se dieron cuenta de que la sensibilidad fortalecía los vínculos en los individuos, mantenía unida a la manada, aseguraba la supervivencia de los grupos, la trascendencia de los sistemas y culturas. La sensibilidad se volvió clave en muchos animales para mantener la subsistencia de la especie. El humano empezó a desarrollarla como su mayor fortaleza. La Sensibilidad pasó a ser más importante que el dolor, aunque haya nacido del mismo, razón por la cual aún podemos entender que una persona sensible sufra más por todo que una persona insensible. Los insensibles no tienen una respuesta sutil del mundo exterior, no pueden percibir el amor o el odio, el dolor o el placer como lo hacen los demás, no puede relacionarse emocionalmente con el mundo. Sólo logran hacerlo consigo mismos, por ello se ven desprovistos de sensibilidad, lo cual les convierte en ermitaños, seres solitarios, hoscos, negativos. Pero un ser sensible, a pesar de su empatía, tiene más posibilidades de trascender, de ser aceptado, amado, protegido, y por lo tanto de sobrevivir.

YO: Pero en las sociedades está mal visto en muchos casos que las personas sean muy sensibles, sobre todo los hombres…

SOY: Porque interpretan la sensibilidad con debilidad, pues la sensibilidad fue un atributo más trabajado por las mujeres. Esto se relaciona a que durante miles de años, las mujeres debían mantener a la manada junta, mientras que los hombres salían a cazar. Esto hizo que los hombres fueran cazadores solitarios que proveen mediante el sufrimiento y el esfuerzo, y las mujeres hayan sido quienes contenían y mantenían a la familia unida. Y para hacerlo debían pasar tiempo con todos, comprenderles, ser empáticas, y por lo tanto, sensibles, entender el dolor del otro. Esta idea hizo que los hombres, culturalmente, construyeran la idea de que ser sensible impedía cazar, y agudizaba el dolor de la soledad, del frío, del viaje, de alejarse, de matar, luchar por sus vidas. El dolor se tradujo para ellos en Fortaleza, opuesto a la sensibilidad: Sin embargo, lo que permitió sostener la unidad humana con verdadera fortaleza fue la sensibilidad femenina. Estos últimos 100 años de historia tras millones de años de supervivencia, con excepción de algunos periodos durante la época mesopotámica, atlante, egipcia, griega y romana, así como en sociedades matriarcales, fueron los primeros momentos en que a nivel global el hombre dejó de cazar y trabajar, mientras que la mujer pudo ocupar su lugar. Así es que la sensibilidad masculina pudo al fin salir a flote tras milenios de represión, con el único objetivo de sobrevivir. Ya no es necesario, la sociedad evolucionó al punto en que ya no hay roles por género, y la sensibilidad se volvió algo andrógino (del griego andrós= hombre, y giné= mujer). El dolor comienza al fin a convertirse en placer, pues los tabúes se disipan, liberan. Así, la capacidad sensorial de las personas deja de ser una herramienta de unidad social y supervivencia del clan, y pasan a ser una característica trascendental, del alma, de la interconexión de los seres del mundo, más allá de un clan, sino de toda la humanidad, en relación a los mundos animal, vegetal y mineral, entendiéndoles como hermanos, sintiéndoles como parte de uno mismo. La sensibilidad toma un rol global, universal y cósmico, que trasciende los límites del dolor.

YO: Así interpretamos al despertar de la consciencia como el dolor del alma, o un dolor que lleva a la crisis espiritual. El dolor se volvió sutil, pero seguimos asociándolo a los dolores terrenales.

SOY: El dolor tiene una utilidad de interpretación del entorno. Las personas que sufren, que viven en dolor y depresión constante, están abiertas a recibir los estímulos del mundo sin consciencia, viviéndolo desde los pulsos de la inconsciencia.

YO: ¿Pero qué hay de los que sufren aún sabiendo desde la consciencia?

SOY: Nadie sufre desde la consciencia. Sufrir y creer que eres consciente del sufrimiento, no te hace más que un inconsciente de tu propia psiquis. Si sufres, si duele, es porque hay aspectos aún no trabajados, es porque hay mucho que limpiar y comprender aún. No te juzgues al sentir dolor, simplemente sigue indagando para llevar luz, sensibilidad. Nadie consciente sufre, pues en la consciencia no existe el sufrimiento, sólo opciones, placer, gozo. No juzgues tu dolor, sólo conócelo, y vuélvete consciente de él, paso a paso. Y para lograrlo, debes abrirte a sentir, a ser sensible, a dejar de lado lo que crees, lo que sabes, y comprender lo que sientes y percibes.

YO: La sensibilidad abre mi mundo interno hacia el externo. Interpreta la realidad, y mediante el barómetro del dolor me muestra en qué estado de consciencia me encuentro.

SOY: Así es. Por lo tanto, dime qué te duele, y te diré quién eres.

YO: Me duelen los ojos hoy, me duele la espalda, y sé muy bien que aún me duele un vacío interno que no logro completar…

SOY: Tu sensibilidad está abierta a reconocer que tu dolor es el enamoramiento, el cual tapas con personas, ideas, imágenes que consideras amor cuando no lo es. Tus ojos están cansados de ver lo que ya no puedes sostener en el eje de tu columna, ese vacío que pesa más que un todo, y que nadie es capaz de llenar. Pues ese vacío está demasiado lleno con tus expectativas de lo que debe ser, y no dejas espacio para lo que es.

YO: Pf… Gracias…

SOY: ¿Por qué?  

YO: Por hacerme ver esto…

SOY: Siempre es agradable compartir lo que sentimos. Libera el peso, expande el alma, sensibiliza al cuerpo, y fortalece al espíritu.

YO: Manifiesto mi intención de despertar la sensibilidad en mí.

SOY: Y es así que la sensibilidad completará el espacio vacío, manifestando una coherente y acorde realidad.