YO: Cuanto más adulto me volvía, pensaba que más estructuras crearía en mi mente, en mi alma, en mi vida; condicionándome en mis creencias, en mis sentimientos y en mis actos. Lo típico de ver cómo los adultos encuentran sus metodologías y se aferran a ellas. Sin embargo, me da la sensación de que fue al revés. Crecí con muchas ideas y preconceptos, y cada vez tengo menos sistemas propios. Hoy en la charla a los 144 lo dije y me di cuenta de ello mientras hablaba: “no tengo un sistema, no tengo idea de lo que haré, aprendí a fluir, y es lo que suelo hacer siempre”.

SOY: Sólo debes reconocer que fluir no se convierta en tu sistema.

YO: ¿A qué te refieres?

SOY: A que hay muchas maneras de moverse por la realidad, y todas son mediante el flujo, pues las cosas pasan, fluyen entre el tiempo y el espacio. Sin embargo, la manera en que lo hacen puede determinar la belleza o el desastre. Pues una avalancha provocada por el fluir de una represa que colapsó no es lo mismo que un arroyo que alimenta al bosque en su paso. Es necesario fluir dentro de unos parámetros que ayuden a mantener equilibrio en tu paso. Fluir viene del indoeuropeo “Bhleu”, que significa derramar, rebosar, dejar caer por encima. La fuerza con la que fluyes puede destrozar todo a su paso, derramarse sobre la vida, o nutrirla.

YO: Entonces no es una simple cuestión de “dejar fluir”, hay más detrás de ello. Porque siempre escucho, y sostengo en muchos casos, la importancia de dejarse fluir, de dejar que las cosas pasen…

SOY: Vamos a comprender cómo funciona esto. El Universo es como un Océano, y el mismo está lleno de corrientes. En los océanos de la Tierra existen varias, como la Circumpolar Antártica, la corriente Noruega, la Corriente del Golfo, la Corriente de Madagascar, la Corriente Australiana… Las mismas se producen por el efecto Coriolis, de giro centrífugo del planeta, y además, por las altas o bajas presiones generadas por el calor y frío de la atmósfera. Así, el agua caliente viaja por la superficie, descendiendo como cataratas hacia los abismos cuando se enfría, creando ríos de agua fresca que recorren los fondos oceánicos. Esto genera corrientes frías y cálidas, que fluyen por los grandes cuerpos de agua. Como dijimos, el Universo es un océano, y esto implica que las fuerzas magnéticas positivas y negativas, se comportan como los flujos del agua cálida y fría, y cada gota de agua en estas corrientes, es un ser vivo, transportado entre los caminos positivos y negativos. Hay zonas donde estas corrientes son neutras, y no empujan a las aguas, ni animales y barcos, como desiertos en medio del agua. Allí se encuentra neutralidad, pero no hay movimiento. No pasa nada. Por ello, tarde o temprano, todos quieren subirse a la corriente.

YO: Me recuerda a la película de Disney, “Buscando a Nemo”, cuando para viajar a Sydney deben meterse en la corriente australiana, y las tortugas marinas les dicen: “gira y fluye”. Le explicaban al pequeño pez la importancia de fluir para encontrar comida, seguridad, destino, seguir avanzando, una especie de autopista a la que todos se suben para llegar lejos con el mínimo esfuerzo.

SOY: Aquí es donde toma sentido el fluir, y donde a la vez, confunde a aquellos que fluyen. Las corrientes son caminos energéticos para facilitar el desarrollo colectivo. Recuerda que en el Océano de la Subconsciencia, las corrientes son el Inconsciente. Es decir, que si en lugar de utilizar la corriente, vives en ella porque es más fácil, nunca saldrás de la Inconsciencia. Tomar la vida como un simple acto constante de fluir, te posiciona en un lugar de irresponsabilidad, en que no tomas tus propias decisiones, sino que las mismas quedan en manos del entorno, de su velocidad, de su movimiento y presión sobre ti.

YO: O sea que tomar el Fluir como filosofía de vida me hace inconsciente. ¿Cómo le uso para ser Consciente?

SOY: Debes recordar que la corriente del flujo oceánico del universo es sólo un medio de transporte, no una forma de vida. Ayuda a los seres a distribuirse, pero luego, cada ser debe salirse de la corriente y tomar su propio camino. Los animales utilizan la corriente no para vivir sino para llegar o volver a un sitio. Nadar por los desiertos donde no hay corrientes, o viajar por espacios sin impulso, es absurdo, es hacer un esfuerzo titánico e innecesario, es decir, aquellos que luchan en la vida por conseguir lo que quieren, llegar a un lugar concreto que está en sus cabezas, y se desviven contracorriente para llegar a tal destino, las personas esquemáticas y metódicas que no se permiten fluir, están desaprovechado el flujo de las corrientes que impulsan y mueven a los seres a lo largo del Cosmos.

YO: Éstas son las personas que deben aprender a fluir, a las que se le dice: “calma, deja que las cosas fluyan, que pasen y déjate llevar por la corriente hasta encontrar el destino propicio”.

SOY: Así es. Y por el otro lado, encuentras aquellos que nunca cesan de decir: “fluye, no hay nada más que hacer”. Pues esta versión de los hechos, va en contra de la manifestación, de tu poder creador, de tu consciencia para manifestar tu realidad, de vivir tu aquí y ahora, plasmar tus sueños.

YO: Esa visión Pisciana de dejar pasar todo, de fluir por la vida, de no tener estructura, entonces, hace que la gente que ingresa en las nuevas corrientes espirituales, confunda Fluir con indiferencia, con dejar ir, y nunca ser responsable, pues, “el Universo se encargará”.

SOY: Y es necesario que sepas, reconozcas, que el universo eres tú, y tú debes encargarte de la parte que te toca en él. Imagina que las células decidieran fluir libremente liberándose de sus tareas y dejando todo en manos del sistema nervioso. Tarde o temprano el cuerpo colapsaría y morirías. Por ello, es necesario reconocer que existe un torrente sanguíneo, que como los ríos, fluyen, distribuyendo la información, pero de la misma forma que existen bloques de células que almacenan la información transportada, formando órganos que realizan tareas específicas. Sin las células, no hay sangre fluyendo; sin la sangre fluyendo, no hay células. Las estructuras, los patrones, las normas, la rutina, los esquemas, son útiles para la consecuencia, para la continuidad de un ser, para la manifestación de su sueño.

YO: El problema estaría en aferrarse al sistema, a la estructura como única forma.

SOY: Exactamente, y es aquí donde entra la importancia del Fluir. Es aquí donde el ser descubre la importancia del soltar. Las grandes montañas fueron cortadas y moldeadas por el constante flujo. El agua avanza mejor que un grupo de piedras entre las rocas de un valle. Cuanto más firme y rígido te vuelvas, no llegarás muy lejos, nunca verás el mar, pero cuanto más flexible, suelto, libre te sientas, fluirás entre las rocas como si las mismas no existieran, fluyendo sin cesar hacia el océano. El fluir nos enseña, nos recuerda, que es importante ser flexible para evolucionar, adaptarse, continuar realizando la transformación. A nivel físico, a nivel emocional, a nivel mental, ser flexible, fluir, es la clave de la trascendencia.

YO: Aún así, vivir del fluir impide construir, tener fundamentos, sostener una realidad.

SOY: Las maravillas orográficas, como las grandes montañas, los bellos valles, los cañones con sus distintos estratos, son producto del flujo del agua y el viento moldeando las estructuras del espacio, de la tierra y el fuego de la lava. Puedes ver, pues, que es el flujo el que diseña las estructuras más bellas y alucinantes de los paisajes de un mundo. Los pilares, las columnas del mundo, las realidades que observas, no son más que estructuras y patrones moldeados por el flujo, aceptando ser materia.

YO: Entonces, la clave del fluir está en reconocer que no es una forma de vida, sino un camino hacia los destinos de la misma, donde luego he de construir mi realidad.

SOY: Debes ser el ser consciente que se atreve a sumergirse en las corrientes del océano inconsciente, impulsado por el colectivo, sabiendo nadar, aprendiendo a salir de la corriente cuando es justo y necesario, para poder manifestarte, y no vivir del sueño de los demás, impulsado por sus intenciones. Que el fluir no se convierta en la excusa de tu irresponsabilidad, sino en la herramienta de tu empoderamiento.

YO: Ahora puedo decir que yo fluyo en el orden necesario a mi voluntad.

SOY: La voluntad de ser guiado y de guiar. El flujo es el que te indica hacia dónde, pero dependerá de ti lo que hagas al llegar.

YO: Yo fluyo, pues yo soy Aquí y Ahora.

SOY: Sé como el río, y moverás montañas.