SOY: Sonríe.

YO: Hoy pensé en ello mientras reía. Y una de las cosas que comentábamos era que para muchas personas del mundo espiritual, reírse parece significar una contraposición a la seriedad con la que deberían tomarse los conceptos trascendentales y espirituales.

SOY: Solemnidad.

YO: Exacto, esa es la palabra con la que se define muchas veces este tipo de caminos. Hay tantos preconceptos sobre lo que es la espiritualidad, que muchos consideran que vivir como un humano y actuar como humano común, no es ser espiritual, y es demostrar que estás fuera de tu eje, alejado de tu centro. ¿Por qué se considera a lo espiritual como algo que debe ser solemne?

SOY: Porque “sollemnis” es un concepto latino que proviene de las palabras “sollus” (completo) y “annus” (año), y hace referencia a las ceremonias o liturgias religiosas, fueren cuales fueren, que se celebraban una vez al año y se sostenían como concepto global. Una ceremonia solemne debía ser algo mantenido por un año completo, relacionado a la rutina, a la constancia y el dogma. Las personas provenientes de tradiciones religiosas, consideran a la espiritualidad como una forma de iluminación, un camino que debe seguir ciertas pautas rutinarias, con reglas específicas, lo cual se traduce en Solemnidad.

YO: Ah, comprendo… Es una cuestión cultural, de tradición de pensamiento. Y ¿qué hay con la espiritualidad?

SOY: La espiritualidad no es religiosa, es libre. Es respiración, es individual, es propia y expansiva, abraza toda la existencia como no juzga el oxígeno que ingresa en cada inspiración, lo respira todo, nutriéndose de cada visión, transformándolo en sí mismo. Debido a esto, sólo hay una cosa que muestra el dogma espiritual.

YO: ¿Qué cosa?

SOY: La Sonrisa. Cuando te atreves a sonreír al mundo, con la mayor de las sinceridades, estás irradiando tu espiritualidad.

YO: ¿Qué diferencia hay con la risa?

SOY: Risa, en lenguas romances, tiene su origen en la palabra “risus”, participio de “ridere”, que significa “reído”, haciendo descripción de algo que es expresado con intensidad, y en la antigüedad se distinguía entre dos conceptos: brillar (del griego “guelao”) o “katáguelao” (brillar hacia abajo). El primero se refiere a la idea de sentir la risa en el interior, de manera sana, mientras que para el segundo caso habla de reírse de los otros. En las lenguas sajonas, “laugh” proviene de “klek” que significa “gritar”. La risa, es un grito que impulsa, lo cual hace que se conecte con los conceptos más famosos y negativos de la misma: “irrisorio”, proveniente de “irrideo” (reírse de alguien en forma de burla), y “ridículo” (algo tonto, objeto de burla). Esto ha hecho que la risa se interprete históricamente como un arma para dañar a otros, para atacar. No así la sonrisa, que surge de la etimología “sub” y “ridere”, es decir, reírse por debajo, o dicho de otra manera, no gritar, sino algo expresado con suavidad y calma, en silencio. Pero la historia de la risa no es humana.

YO: Ah, no?

SOY: Proviene de todos los primates, y tiene más relación con el origen “klek”= gritar. La risa era un grito de batalla y defensa.

YO: Oh por dios… ¿En serio? ¿Nos reíamos para pelear?

SOY: Así es. La risa es un espasmo del sistema respiratorio impulsado por la zona cerebral que gestiona lo emocional, la amígdala (encargada de administrar los registros neuronales de las reacciones emocionales) y el hipocampo (sector cerebral relacionado a la memoria y la ubicación espacial). La reacción más antigua, era generar ruidos que ahuyentasen a los enemigos y potenciales peligros. En las manadas, este grito de anuncio y defensa ante un peligro, activaba a los demás, quienes imitaban este grito para generar más ruido y así asustar a los depredadores.

YO: Me hace acordar a los monos que gritan en los árboles y empiezan todos a gritar constantemente. ¿Es por esto que decimos que la risa es contagiosa?

SOY: Así es. En nuestro cerebro permanece la información de que reír es algo que nos hace sobrevivir, que nos permite anunciar lo que queremos, necesitamos, así, el grupo responde inmediatamente, pues en la memoria celular, el cerebro indica que debe imitarse para tener éxito en el grupo, en el conjunto de individuos, ante los depredadores. Pero con el tiempo, este espasmo generado como una función meramente de defensa, pasó a ser otra cosa muy diferente. Los espasmos producidos por el cuerpo de manera involuntaria por el sistema respiratorio, producían una reacción química en el cerebro que despertaba no sólo adrenalina, sino también endorfina. Esta es una mezcla excelente para producir placer, excitación. Así, tras la risa compartida para ahuyentar al enemigo, todos quedaban en un estado de excitación, una sensación orgásmica. Los primates empezaron a utilizar este mecanismo para el placer, y buscaban maneras de provocar la risa, normalmente con ciertas sensaciones de peligro.

YO: ¿Como qué?

SOY: Asustar, o hacer cosquillas. La base de las risas, observando cómo el otro reacciona. El juego, la burla, la persecución, la provocación alterada del sistema nervioso ante lo que parece un ataque, producía una sensación de placer incontenible, que activa la necesidad de gritar para defenderse, la risa.

YO: Ahora entiendo por qué algunas personas ríen cuando tienen miedo, o ven una película de terror, o tienen que dar un discurso frente a otros, a veces la risa surge en momentos de vergüenza, de presión, de agotamiento, estrés, miedo, como una reacción involuntaria. Es porque el cuerpo busca defenderse…

SOY: La risa, entre los homínidos, pasó de ser una forma de defensa y aviso de posibles peligros a los individuos que estaban dispersos por las ramas de los árboles, y se convirtió en una herramienta de interacción social que fortalecía el vínculo entre los individuos, incluso comenzando a formar parte de la conquista para la reproducción. Los machos hacían “el ridículo” para hacer reír a las hembras, y así tener asegurada la reproducción.

YO: Así nace el sentido del humor como una clave en el romanticismo: hacer reír al otro.

SOY: Pero en tanto la risa producía placer, dejó de ser solamente una cuestión de reproducción, para ser una forma de intercambio y comunicación entre individuos. Esto hizo que en los primates surgiera una cultura homosexual. Aunque no sólo en éstos, sino en muchas otras especies de mamíferos también, como elefantes, caballos, vacunos, perros…

YO: La risa pasó a ser sinónimo de amor.

SOY: Pero el humano empezó a condicionar la risa, pues le consideró una falta de respeto. Mostrar los dientes es un acto de guerra, de lucha, desde los tiempos de los primates, pues al reírse se mostraban los dientes delanteros, los colmillos e incisivos, que denotaban agresividad. “Cuidado que puedo morder”. Así, en las guerras, en la ira, rabia, mostrar los dientes frunciendo el rostro era una muestra de ataque. Para algunas tradiciones, hacer esto era sólo sinónimo de lucha, y por lo tanto, mostrar los dientes era una falta de respeto. Por esto preferían mantener la boca cerrada.

YO: Y así nace la sonrisa…

SOY: Bueno… No exactamente, pero está relacionado. La sonrisa forzada, es la represión de una rabia reprimida, o una emoción silenciada. Sinónimo de vergüenza a mostrar lo que soy por completo. En Europa, la risa empezó a estar muy mal vista cuando el cristianismo se volvió la religión oficial, pues se consideraba que la vida en la Tierra era un sacrificio, y era necesario sufrirla para demostrar que se merecía el Reino de los Cielos tras la muerte. Si el Salvador sufrió por todos, reírse era una falta de respeto a su sufrimiento. Reírse en público, mostrar los dientes al reír, era una falta de respeto y educación, que se extendió en las culturas del continente europeo, y que fue llevada al mundo por la colonización.

YO: ¿Por qué implicaría mostrar los dientes dejar al descubierto lo que uno es en realidad?

SOY: Porque los dientes son el reflejo físico de la memoria del alma, y mostrarlos es desnudarse, como en una profunda mirada. Un humano posee 32 dientes y muelas en total, y cada una es una extensión de su ser. Los mismos son una construcción ósea recubierta en el cristal de esmalte, unos de los más duros de la naturaleza, y su ubicación y posición mantienen el registro de toda la historia interna de un individuo. En la parte superior yacen 16 dientes y muelas, espejadas en la parte inferior de la boca. Al mirar a una persona de frente, la parte superior derecha de la boca te hablará del rol del padre en tu vida, de tu relación con él, de la obediencia, del abandono, de la traición, del clan, la exclusión y el objetivo. La parte superior izquierda comenzará con el rol de la madre en tu vida, tu relación con ella, la sumisión, el desamor, el engaño, la Tierra, la alianza y los remordimientos. En la parte inferior derecha, encontrarás el combate, la protección, cooperación, lo fraternal, frustración, la sociedad, la semilla gestadora y el pudor. En la parte inferior izquierda, encontrarás la dulzura, la acogida, el servicio, la pareja, el rechazo, el hogar, el fruto y la penitencia.

YO: O sea que los problemas en mis dientes me hablan de los problemas de mi vida.

SOY: Son un reflejo. Son a su vez un escudo. La risa es un grito que dice: “Este es mi territorio, mi familia, esto es lo mío, no te acerques”, mostrando los dientes diciendo quién eres y lo que te pertenece, territorialidad. La sonrisa es la que susurra “este soy yo, y me abro a enseñarte lo que soy”.

YO: ¿Pero si no muestro los dientes? ¿Es acaso una falsa sonrisa?

SOY: Habrá dos tipos de sonrisa en este caso. La falsa sonrisa es la que busca no ser expulsada del grupo, mantenerse en el clan, la manada, no ser rechazado. Y la otra, la natural, es un espasmo orgásmico de relación placentera, que muestra la comodidad y realización del ser. La sonrisa es la voz del alma, es la forma en que habla el espíritu.

YO: Me gusta mucho eso… Verlo así… “La voz del espíritu y el alma”.

SOY: En silencio, una sonrisa produce un reconocimiento. La reacción muscular de los nervios del rostro se contraen cuando interiormente hay un pulso nervioso que describe una necesidad orgásmica de expresar comprensión, de afirmar lo que resuena, lo que le hace sentir seguro. Es el cerebro unificando la consciencia del espíritu y las sensaciones del alma, manifestándose en el rostro en la seguridad de la sonrisa. Cuando sonríes por naturaleza, muestras la satisfacción de la plenitud que el alma y el espíritu sienten en unidad con tu cuerpo. Y cuando fuerzas la sonrisa, envías el mensaje contrario. Cuando fuerzas la sonrisa, el cerebro interpreta una señal de bienestar inevitable, por lo que segrega las hormonas de placer y felicidad, cambiando la percepción de cualquier realidad que estés viviendo.

YO: ¿O sea que sonreír aunque no esté feliz, puede generar una reacción química que me haga sentir feliz?

SOY: El espíritu creó la energía en su canto, y la energía moldeó al alma en su esencia, lo que dio lugar a los patrones que conformaron al cuerpo. Cuando el espíritu y el alma se unen, se manifiestan en la sonrisa, pero si no encuentran unidad y están en conflicto, sólo queda pedirle al cuerpo que les una, y por ello, una sonrisa del cuerpo, alinea al alma con el espíritu, otorgando claridad a todo proceso…

YO: La forma de encontrar la coherencia de mi ser, es sonriendo…

SOY: La sonrisa es tu mayor verdad manifestada.

YO: Tan simple… Tan… Fácil…

SOY: Así que, si eres un espíritu libre en búsqueda de la consciencia, ya sabes qué hacer…

YO: Sonríe. 🙂