YO: “Numi mai, ah, numi mai… Numi mai khaal nam hai… Na an ur nha ni deh… na ha nur nha ni nei.”

SOY: “Hijos míos, oh, hijos míos… Hijos míos jugad en nombre de la vida… De la luz ellos son entregados… Y a ella retornan en forma de frutos”.

YO: Hoy en la pirámide, un espíritu maternal se presentó con esta canción mientras parecía acunar a la humanidad en el centro de la cámara principal. ¿Por qué, de todas las canciones que vibran, ésta me afectó tanto hoy, hasta recordar su letra?

SOY: Por lo que hablamos ayer. Los nuevos hijos, aquellos que nacerán en el mundo tras la Reconexión. Y menciona algo interesante: son aquellos que vienen de la luz, y que en ella darán sus frutos como retorno.

YO: Parece el proceso de una planta… Fotosíntesis, absorbiendo la luz, y luego, con ella, se producen los frutos.

SOY: Así es, de la misma forma en la que los humanos entregan sus frutos al mundo cuando absorben la energía de la luz, de la consciencia, de la claridad. Esta es la clave del Crecimiento. Crecer proviene del indoeuropeo “ker”, significando crear o crecer, es decir, que en el proceso de creación y manifestación, se encuentra la expansión de un ser. En inglés, puedes encontrar “increase” como una forma que proviene de la misma raíz, sin embargo, aquí hablamos del verbo “grow” o el concepto “growth”, proveniente del indoeuropeo “ghre”, que implica el crecimiento de las plantas, desarrollo en la agricultura, de donde nace la palabra “green” (verde) o “grass” (pasto). El concepto etimológico nos recuerda cómo algo se expande al incorporar energía, al crear, desarrollándose en otra cosa, expandiéndose en otras formas. De una semilla a un árbol, de una flor a un fruto, de una célula a una persona, de un grano de arena a una montaña. Y quiero remarcarte algo: las cosas no crecen porque se unen entre sí, sino porque se dividen a sí mismas.

YO: ¿Cómo? Esto me acaba de romper un poco la imagen. O sea… “La unión hace a la fuerza”.

SOY: Sí, porque los que se unen ejercen fuerzas dispares y con distintas inercias. Una masa única no puede ejercer fuerza alguna, pues no tendría contraposición o polaridad que le mueva a ejercer su fuerza y demostrar su poder. La Unidad no surge de la conformación de un único ser, sino de la aglomeración de millones de ellos, únicos e irrepetibles. Un árbol se hace fuerte porque sus células se han dividido por millones incorporando energía mineral y lumínica. A mayor cantidad de divisiones multiplicando su ser, mayor fortaleza, firmeza, integridad.

YO: Claro… Es lógico. O sea, si una célula nunca se hubiera dividido, y cada una de ellas no se hubieran convertido en un organismo único y especial, hoy no existiríamos. No habría ningún animal ni planta…

SOY: Serían todos células procariotas, organismos unicelulares sin núcleo. Bacterias.

YO: …Seguiríamos siendo bacterias…

SOY: Debido a la reproducción, y su complejización en los mecanismos de intercambio de información, los organismos unicelulares se agruparon en organismos pluricelulares que permitieron que, al colaborar en la consumición de energía, cada una de las células pudiera especializarse en el desarrollo de una actividad especial, creando organismos complejos, conformados por órganos. A mayor cantidad de células especializadas, los órganos y sistemas se fueron perfeccionando, y la acumulación de las mismas, dio como resultado la expansión del cuerpo celular, produciendo el crecimiento.

YO: Crecer… Es, pues, en cierta forma, aumentar el volumen de algo, la multiplicación de las partes que le componen debido a la reproducción de las mismas. ¿Qué hay de lo que llamamos como “crecimiento interior, crecimiento personal?

SOY: Es lo mismo, pero con las células neuronales.

YO: Vaya… Jeje bueno, qué poco romántico el concepto.

SOY: Tal vez sea raro que un ser espiritual fundamente el crecimiento espiritual en la multiplicación de células y su interacción en el cerebro y en las redes de tejidos de un cuerpo, pero, vuelvo a repetirte algo por si no lo recuerdas: el cuerpo es una extensión del espíritu, es la manifestación de lo intangible, no es algo aparte. Nada en el universo está separado, sino que toda existencia es una consecuencia de una anterior. Con lo cual, tu cuerpo registra los datos del espíritu, es el alma manifestada, no está separada del plano espiritual. De esta manera puedes entender que las neuronas son las células por las que el espíritu se comunica en la existencia física, por las que razona. El crecimiento interior está relacionado al crecimiento cognitivo, a la capacidad inteligente de las neuronas de relacionar datos intercambiando información, y es la forma en que el espíritu crece.

YO: El otro día escuchaba el video de un científico que hacía una crítica a la física cuántica, y me surgió una duda que quería preguntarte, y se relaciona con esto creo. El tema era sobre la problemática cuántica que, por no encajar en la lógica de la física, quiere ser en cierta forma descartada por la física. Aunque los datos, números, cálculos, todos demuestren que es real, plantea un problema fundamental. El científico explicaba que una de las formas de explicar la física cuántica es mediante la paradoja del Gato de Schrödinger: basado en la idea de la dualidad “onda – partícula”, el principio de indeterminación, efecto túnel, entrelazamiento y aleatoriedad, que lograban matemáticamente explicar de una manera exacta todas las leyes de la física, surgió el dilema de cómo algo inestable y que determina su estabilidad en función de la observación, perspectiva de un sujeto, podría ser realmente la teoría que explicase todo lo que conocemos como real y físico. Todo esto ha hecho que, a pesar de su utilidad práctica en el día de hoy, mantenga a los físicos un tanto dubitativos a aceptar que la cuántica sea la teoría fundamental de la mecánica del universo. Lo cual lleva a la duda de si la teoría cuántica no es más que el inicio o la punta del iceberg de una teoría mayor que da lógica a todo lo demás. Pero debido a que sus cálculos son tan exactos, la única forma de “atacar” esta teoría es mediante la epistemología (estudio filosófico de los fundamentos científicos). Y es aquí donde entra el experimento del gato. El fundamento dice que para interpretar la realidad de una cosa, es necesario medir “la función de onda”, es decir, cómo se mueve una onda a través de los factores tiempo y espacio. Sin embargo, esta forma de realizar un experimento es complicada, ya que los mismos, en cuántica, sólo pueden medirse mediante la matemática; ya que hablamos de un mundo intangible, simplemente datos, inmensurables. Como en un experimento, los factores de tiempo y espacio deben poder ser medidos, que es el vocabulario de la física. El problema surge en el momento en que lo inmensurable busca ser medido, con lo cual, ¿cuál es la relación entre lo medible y la onda? Pues, que es aleatoria, y por lo tanto basada en la Probabilidad. La paradoja del gato consiste en un experimento mental que describe a un gato encerrado en una caja sellada, donde se encuentra un dispositivo radiactivo y un frasco de veneno. Si el dispositivo detecta radiación, se activa y rompe el frasco de veneno matando al gato. En la teoría de probabilidad cuántica, el gato está vivo y muerto al mismo instante, llamado “superposición”, y lo que determinará el resultado es sólo la observación de quien realiza el experimento. Es decir, que, teniendo en cuenta que existe el mundo de lo medible, y el mundo de la medición (quien mide y sus herramientas para medir), la paradoja implica que la realidad existe sólo por la relación del observador y el observado. Y aquí introduce un tema más: “la paradoja del amigo de Wigner”, que describe cómo un tercer sujeto aparece en la habitación para conocer el resultado del experimento. De repente, el gato y el científico se convirtieron también en el experimento, estando el gato en la caja y el científico en la habitación, y un tercero que al ingresar, cuando compara los resultados, encuentra que el suyo con el del científico son opuestos. Es decir, que la paradoja puede seguir eternamente, siendo que la evolución nos determina, y sólo se manifiesta en función del observador. Bueno… Todo esto para llegar a lo siguiente: el comentario que se hace respecto a este conflicto epistemológico es que la mecánica cuántica debe tener un enorme fallo ya que no puede ser que las cosas existan sólo si alguien las observa, ya que en tal caso, antes de que existieran ojos, no podría haber habido nada. Y esto lleva a una frase que dijo Einstein: “Me niego a creer que la Luna no está allí cuando no la miramos”. Entonces, mi pregunta es: ¿esto es así? Es decir… ¿Si no miramos las cosas, las cosas no existen? Porque en tal caso, sería absurdo, ilógico, no tendría sentido que el universo exista sólo porque le puedo ver.

SOY: ¿Recuerda la canción Saturno, de la banda “Sleeping at Last”?

YO: Ah, sí, ya sé a qué te refieres. A la frase de la canción: “I’d give anything to hear you say it one more time, that the universe was made just to be seen by my eyes” (Daría lo que fuera por oírte decir una vez más, que el universo fue hecho sólo para ser visto por mis ojos).

SOY: En la lógica científica sobre la cuántica, en la teoría de probabilidad, se escapa algo mucho más grande. Los científicos suelen ser como el caballo, que provisto de anteojeras, avanza en una dirección focalizado en una sola, cosa cuando el universo es todo. Negándose a ver los 360 grados por considerar que al menos 180 grados de la esfera visual es ilógica y cultura humana. Pero la verdad es que desde los tiempos inmemoriales de la historia humana, la imagen de Dios, de la Divinidad, ha sido la de un Ojo.

YO: El ojo que todo lo ve.

SOY: El Ojo es la clave para entender esto. El Ojo se comparaba con el Sol en los cielos, y el sol irradia luz, genera luz en su combustión, y la luz brilla en trillones de rayos emanados al espacio cósmico, de los cuales muchos de ellos iluminan nuestro mundo, y sus partículas, los fotones, nutren las plantas mediante la fotosíntesis, haciendo de algo casi intangible, algo tangible: frutos, energía que consumen las células, que hacen crecer nuestros cuerpos, desarrollando organismos, para que esa misma luz pueda verse, y buscarse de miles de formas. Ahora bien, la observación de un humano no es la que determina la creación, es la observación del Todo, que se contempla, y en algunos sectores de este pequeño planeta, ha logrado evolucionar hasta observarse con ojos y consciencia. El Universo es una sola mente en creación constante, buscando observarse a sí mismo. El error no está en la física cuántica, sino en el concepto de que, aunque sepamos que los mismos átomos que conforman nuestros cuerpos son aquellos que forman al Sol, los humanos seguimos rehusándonos a pensar que somos una extensión del universo, en lugar de su observador. Los humanos son como esas neuronas que tejen redes, mejorando el entendimiento de lo observable. Es el espíritu divino, como quieras llamarle, observándose mediante los ojos y sentidos de sus creaciones. Es la luz jugando a ser sombra, es el átomo jugando a ser célula, es la célula jugando a ser humano, es el humano jugando a ser Dios. Einstein dijo: “Dios no juega a los dados”, y sin embargo, se olvidó que Dios es un niño que no juega a los dados, sino que juega a todo.

YO: Como la canción de hoy: “Hijos míos, jugad en nombre de la vida”.

SOY: Crecer, es jugar, el universo es un juego que descubre sus reglas en el proceso de creación. Las reglas del universo no se establecen en la intención inicial, sino en la probabilidad. Un niño construye lo que es mediante el juego, la risa. Jugar es la clave del crecimiento espiritual, jugar imaginando, agiliza a las neuronas a tener mejores sinapsis, a administrar los datos de maneras superadoras y trascendentales, el juego es la clave del desarrollo propicio de un ser. Jugar mejora los sistemas motrices, los reflejos físicos, jugar desarrolla la inteligencia emocional, jugar despierta la imaginación que nutre al cerebro mediante la inteligencia. Jugar es la clave del desarrollo cognitivo, del despertar de los potenciales. El crecimiento de un ser, externo e interno, se vale del juego. Jugar viene de “iocus” (broma), acto de hacer reír, relacionado a los juglares, de la misma raíz, que se dedicaban a informar de manera artística y graciosa. En inglés, “play” proviene de “pleigh”, relacionado a cultivar, a labrar la tierra, arar, a aprender cómo hacer las cosas. Jugar, es la forma en que comprendemos el crecimiento en todos sus sentidos: físico, emocional y cognitivo. El juego es la forma en que las neuronas crean un ser íntegro, completo, desarrollado, con mejores capacidades y agilidad de pensamiento, acción y sentimiento. Y así como una neurona realiza este juego en tu cerebro, tú realizas este juego en la Tierra, como otros seres orgánicos o inorgánicos realizan este juego en la galaxia, y así en todo el Universo.

YO: Entonces, en resumen, la paradoja probabilística no es más que una falta de entendimiento de que todos somos una consecuencia eterna de un único ser que se ha dividido en trillones para expandir sus visiones y así crear probabilidades de su verdad con el fin de crecer y reconocerse, manifestando distintas opciones de sí mismo en cada observación, creando redes de pensamiento que trasciendan y superen sus ideas de sí mismo, y la clave para esto es el juego.

SOY: Recuerda ¿En qué se convierte el Universo cuando se separa en dos opciones?

YO: En “Diverso”.

SOY: Así que ya sabes, la única forma de crecer en la vida, es mediante la Diversión. Como los niños que jugando manifiestan sus ideas en el mundo, conviértete en el creador de tu propio mundo.

YO: Yo Soy el Diseñador de la Materia…

SOY: Diviértete, y lo serás.