SOY: Y de entre todas las casas y los hogares del mundo, vives en el Hogar del Espíritu Creador.

YO: ¿Cuál es ese hogar?

SOY: Egipto. En el siglo VIII a.C., el poeta Homero, escritor de las famosas “Ilíada” y “Odisea”, describió a las tierras del Nilo como “Casa u Hogar del Espíritu Creador”; cuyo nombre en lengua egipcia sería “Hat Ka Ptah”, impronunciable para los griegos, que lo transcribieron como “Ae-gi-ptós”, dando el actual Egipto.

YO: Wow, no sabía esto… O sea que el actual nombre del país deriva de su dios creador.

SOY: Como dijimos, Ptah, el dios creador, nos acompañaría esta semana en su esencia. Éste es uno de los Nun de la mitología egipcia, de los primeros en ser creados, generados por el cosmos, y por ello, es uno de los generadores de la realidad. Su propósito es construir los mundos, las cosas que vemos, que tocamos, que podemos percibir con cada sentido, y por ello, era el patrono de los arquitectos, albañiles, artesanos y constructores en general. También conocido por ser dios de la Oscuridad, ya que en la antigüedad se comprendía a la misma como la densificación de la luz, la materialización de la mente. De esta oscuridad, lo primero que Ptah originó fue a los mismísimos dioses del panteón egipcio, surgidos de sus propios atributos manifestados. Éste separó las regiones del Nilo y dio a cada uno de los dioses un lugar, determinando en cuáles de ellas debían dirigir, gobernar, y en qué puntos estratégicos se debería erigir sus templos.

YO: O sea que él diseñó el camino iniciático del Nilo.

SOY: Al menos, es el concepto divino que inspiró a los arquitectos atlantes a realizarlo. Imagina esto: si Ptah era la noche que se dividió en fragmentos divinos, ¿a qué te suena esto?

YO: A las estrellas…

SOY: Bien, y por lo tanto, el Nilo es la Vía Láctea. Los dioses estelares, podrían descender a los suelos sólo en sitios sagrados que se consideraran fragmentos de ese cielo en la Tierra.

YO: ¡Los templos! Cada templo del Nilo, es un fragmento del cielo. “Ater Tumti”, como le decíamos, “el Cielo en la Tierra”.

SOY: Los templos eran considerados casas de los dioses. Pero recuerda, que cada templo es la casa de un dios, y cada dios es una parte del creador, Ptah. Por lo tanto, todo el territorio es el cuerpo del creador.

YO: O sea que cada templo, es un chakra, ¡un órgano!

SOY: Así es. De esta forma, el cielo que se plasmó en la tierra, se comprende como cuerpo del creador en sus partes, que componen al templo más importante de todos. Que es…

YO: …el Cuerpo Físico.

SOY: Bien. Por ello, esta semana, será importante conocer el templo físico y lo que el mismo representa en nosotros como seres conscientes. ¿Cómo volver consciente al cuerpo, y cómo entenderlo nos ayudará a plasmar ese cielo, ese espíritu divino, en nosotros.

YO: Suena a un camino arduo…

SOY: Viajaremos por nuestros cuerpos, entendiendo lo que representa. Es necesario conocer sus partes para entender el todo.

YO: Sí, comprendo.

SOY: Pero antes que nada, debemos entender algo fundamental.

YO: ¿Qué?

SOY: La pregunta que debes hacerte es por qué llamar al Cuerpo como Templo, es decir, ¿qué es un Templo?

YO: Es verdad. Solemos referirnos al templo como el espacio sagrado construido por arquitectos normalmente, donde se colocan estatuas de los dioses o santos, o también sitios de rezo y reflexión, donde honrar lo divino, construcciones sagradas.

SOY: Aunque en el principio de los tiempos humanos, no eran construcciones, sino espacios. Veamos entonces la historia del primer templo.

YO: ¿Cuál fue el primer templo?

SOY: El Cielo.

YO: Oh… No me lo esperaba.

SOY: En la antigüedad, las culturas totémicas y animistas comprendían que lo divino habitaba todas las cosas, y existían en toda la naturaleza. Lo inalcanzable e intocable, invisible, era aún más representativo de lo divino, pues allí estaba lo inexplicable: el Cielo. Las estrellas, el Sol, la Luna, las estrellas fugaces, eran parte de esa magia. Y las únicas capaces de alcanzarla eran las aves. Los pájaros eran los únicos que podían comunicarse con los dioses, acercarse lo suficiente como para hablar con ellos y traer los mensajes al mundo de los vivos.

YO: Por eso tantas culturas ponen al cóndor, águila, halcón, buitre y tantas otras aves que vuelan alto, en el lugar de mensajeros de dios o el mismísimo cuerpo divino encarnado.

SOY: Y su vuelo codificaba los mensajes, creaban el lenguaje. Así los chamanes usaban las plumas de las aves para obtener o demostrar sabiduría divina, y los escribas plasmaban los textos sagrados mojando la tinta en pluma de aves. Las plumas tenían la información de los cielos.

YO: Tiene lógica pensarlo así… Claro.

SOY: La observación de las aves en los cielos era una forma de interpretar lo que los dioses deparaban al mundo. Los chamanes, sacerdotes, solían sentarse horas lanzando preguntas a los Cielos, esperando que las aves respondan. En latín, los romanos tenían un termino exacto para esta acción: “avis spicium” (observación de aves), la cual pasó comúnmente a ser llamada “auspicius”.

YO: Auspicio… Hoy tiene dos significados…

SOY: Pero un mismo origen. Auspicio proviene de una señal o indicio que es tomado como un anuncio o aviso de un hecho futuro, ya que las personas que tenían un emprendimiento (fuera ésta una construcción, una batalla, o la toma de una decisión), hacían la pregunta a los cielos, y las aves marcarían las señales de si era un buen día para hacerlo o no. En nuestros tiempos actuales, comprendemos esta palabra como quien pone la fe en un emprendimiento y apoya para que el mismo salga adelante, lo que nos dio la idea de auspiciante, quien confía en que saldrá bien.

YO: Hay palabras que no dejan de sorprenderme en lo extraño de su origen…

SOY: Ayuda a comprender sobre qué nos fundamentamos. Y hablando de fundamentos, estos antiguos tuvieron una revelación. Los sitios donde las aves daban las señales con normalidad, parecían ser lugares estratégicos donde los dioses se comunicaban con el mundo. Sitios donde los pájaros recurrentemente realizaban vuelos espiralados ascendiendo o descendiendo. Esto marcaba lugares estratégicos para la observación. De esta forma, los sacerdotes mandaban a abrir el espacio, talar árboles si era necesario, cortar la montaña si era necesario, para poder tener mejor punto de vista y observar con mayor calidad los mensajes de estas aves. Así, este corte o apertura de espacio, se consideraba como una ventana del Cielo en la Tierra. En lenguas indoeuropeas, cortar o abrir un espacio se dice “tem”. Con el agregado de sufijos y prefijos, surgió el concepto “contemplar” (cum+tem+lo= corte de un sitio junto).

YO: O sea que contemplar no describe el mirar, sino el espacio creado para mirar… Qué raro.

SOY: Sí, es una palabra que habla sobre “desde dónde”, no el “hacia dónde”. Con el tiempo, los sacerdotes decidieron vivir en esos espacios cortados, donde se honraría a los dioses y se realizarían ofrendas. De esta manera, el “tem-lo” se convirtió en “templo”, lugar donde vivían los sacerdotes llamados “augures”. Su nombre proviene de “augere”, que significa “incrementar, expandir”, y esto originó el nombre “augurio”, como un presagio, algo que nos anuncia el futuro, debido a que los mismos eran consultados por reyes y emperadores para que les den los “buenos augurios”, para el crecimiento.

YO: Una historia muy diferente a la que yo me imaginaba sobre estas palabras.

SOY: ¿Qué esperabas?

YO: Algo más mágico, no tan lógico o concreto. Pero de todas formas, hace que ponga los pies en el suelo respecto a lo que es un Templo.

SOY: Oh, claro que sí, porque los templos hablan de la materialización de lo divino, de poner los pies del dios en el mundo. Ptah, creador de los dioses, estableció los sitios y maneras en que los mismos bajarían a la Tierra, en cierta forma, la manera en que su propio cuerpo sería capaz de comunicarse en la creación. El espíritu, pues, se comunicaría con la materia mediante estos sitios sagrados, estos templos en la materia. Su cuerpo.

YO: Lo que pretendes decir, es que de igual manera en que la tradición dice que los templos son los espacios en que los cielos descienden su mensaje, como un espíritu habla con el cuerpo, nuestra consciencia se comunicaría con nosotros a través de los órganos…

SOY: Y por ello, necesitas conocer los templos que conforman tu “Hat Ka Ptah”, el camino iniciático de tu vida, el cuerpo biológico que es la casa del espíritu creador que vive en ti.

YO: Mi cuerpo es el templo divino de mi consciencia…

SOY: Y por ello, debes “auspiciar” sus mensajes, y debes “augurar” su desarrollo, comprendiendo cada parte, cada sitio, cada fragmento de ese cielo en ti, en cada uno de tus cortes, de tus “templos”.

YO: ¿Cuáles son?

SOY: A lo largo del Nilo, diversos templos conectaban este cuerpo en la época Atlante, hoy, la mayoría inexistentes tras 12 mil años de historia. Sin embargo algunos de ellos permanecen reconstruidos de los tiempos egipcios y grecorromanos. Para comprender el cuerpo de Ptah, visitaremos los templos que aún permanecen de pie, como en Abu Simbel, Philae, Kom Ombo, Edfú, Luxor, Karnak, Dendera, Abydos, Tel El Amarna, Dahshur, Saqqara y Giza. Estos 12 territorios nos recordarán la esencia de este camino, recorriéndolo de norte a sur, descendiendo el Cielo a la Tierra.

YO: ¿Y en nuestro templo, cuáles son esos 12 templos?

SOY: Los llamas “Sistemas Biológicos”. Pasando por el Nervioso, Endocrino, Circulatorio, Respiratorio, Inmune, Digestivo, Excretor, Linfático, Reproductor, Óseo, Muscular y Tegumentario.

YO: Nuestra biología…

SOY: Y el sentido de la misma, pues estos templos que son nuestros cuerpos, son los pilares entre el cielo y la tierra, puentes, portales y ventanas de comunicación entre lo divino y lo mundano, manifestación del alma, voluntad del espíritu. Reconócete arquitecto de tu biología, y recuerda que eres artista de la creación. Es tiempo de comprender el templo que has creado para poder comunicarte con el universo que eres.

YO: Me dispongo a comprender el templo que soy.

SOY: Abre las puertas. “Gnothi Seautón”.

YO: “Conócete a ti mismo”…

SOY: …Y conocerás el Universo.