SOY: Inspira…

YO: Inspiro…

SOY: Sostén…

YO: Sostengo…

SOY: Exhala…

YO: Exhalo…

SOY: Y vuelve a comenzar, una y otra vez…

YO: Respiro…

SOY: “Re spirare”, del latín = “volver a soplar”. Es el acto constante automático más importante que realizamos a cada instante, y tal vez, la única de las funciones biológicas controladas por el sistema parasimpático de la que somos claramente conscientes.

YO: Clave para nuestras vidas…

SOY: El Sistema Respiratorio es un sistema sagrado en el cuerpo, que nos recuerda los pulsos e impulsos de la mente universal. La respiración da vida, y el aliento que emerge de este sistema es lo que se conocía como el Alma. Se creía que el último suspiro que uno realiza en su vida, es el que libera al alma de dentro del cuerpo, es la parte más sutil de la existencia física. Por esta razón, llamamos al plano de lo sutil como “Espiritual”, palabra surgida de “spirare”, siendo “spiritualis” el atributo del soplo, la cualidad de respirar que nos da la vida.

YO: El plano espiritual del ser, por lo tanto, a nivel universal, se relaciona al sistema respiratorio del Universo…

SOY: Exactamente. Tomando la noción de fractales, podríamos entender que el Cosmos inspira la mente universal y exhala energía cósmica, o dicho de otra forma, se inspira en lo espiritual y exhala lo álmico, anímico. Todo el universo es una red de respiración que absorbe las esencias sutiles del espacio para llevarlas por conductos de tiempo, líneas históricas, por canales de densificación, agujeros de gusano, que distribuyen a los espíritus por distintos mundos, donde serán encarnados para nutrir la historia, volviéndose parte activa del cuerpo manifestado de la consciencia divina, creando más mundos, y devolviendo sus experiencias nuevamente a la esencia universal, donde las redes interdimensionales le utilizarán como base para crear más y mejores seres con información trascendental.

YO: Wow, podía imaginarme los conductos… El proceso, lo recuerdo…

SOY: Pues en tu cuerpo sucede lo mismo, y ese es el camino que recorreremos. Muchas veces las personas que buscan respuestas en el mundo espiritual suelen mirar a los cielos, imaginar a todos esos espíritus atravesando dimensiones, creando almas, naciendo en el mundo, y otros volviendo a los planos sutiles tras morir, y al imaginar esta magia, no hacen más que describir el sistema respiratorio, un sistema que se encuentra tan cerca, que no prestan atención. 

YO: Por ello se dice que lo más importante para conectar con el universo es la respiración, es la herramienta más poderosa para unirse al cosmos…

SOY: Respira, siente el aire ingresar a tus pulmones, y cómo el mismo sale caliente hacia fuera. Repitiendo el ciclo incesantemente. Pues ahora, recorrámoslo como el universo que es. Y para ello, debes recordar: ¿qué respiras?

YO: Aire…

SOY: ¿El Aire de qué está compuesto?

YO: Oxígeno…

SOY: Podría decirse que sí, pero en realidad es el segundo más presente. El Aire es el conjunto de gases que componen la atmósfera de la Tierra, es decir, los gases que se encuentran presionados sobre la superficie del mundo por la fuerza de gravedad. Esta atmósfera se divide en 5 capas principales: desde la parte más externa, cerca al espacio, comienza la Exosfera, seguida hacia abajo de la Termosfera, la Mesosfera, la Estratosfera y la que nos incumbe a nosotros, la Troposfera, en la cual es posible la respiración. La misma tiene una altura de 7 km en los polos y de 16 km hacia los trópicos y ecuador, y es donde se dan todos los fenómenos climáticos. Tanto la Troposfera como la Estratosfera están compuestas de un 78% de nitrógeno, un 21% de oxígeno, un 1% de argón, un 0,40% de dióxido de carbono y el resto de gases nobles como el neón.

YO: Oh, o sea que hay más nitrógeno que oxígeno.

SOY: Elemento fundamental para los seres vivos, sobre todo las plantas que le utilizan para su alimentación. El oxígeno, como hemos dicho una vez, no era un elemento presente en la atmósfera terrestre. Fue gracias a la aparición de bacterias y del fitoplancton, estructuras vegetales unicelulares (los primeros en realizar la fotosíntesis), que el oxígeno empezó a llenar la atmósfera. Esto sucedió, pues, en el procesamiento del dióxido de carbono, necesario para la absorción de la luz en las plantas, el cual llenaba la Tierra por su profunda actividad volcánica. Al descomponer las moléculas, el carbono era tomado como fuente de energía, liberando así las moléculas de oxígeno, inútiles para el proceso fotosintético. Estas bacterias empezaron a llenar la atmósfera hace unos 2300 millones de años. Hasta el día de hoy, por más que uno crea que son los bosques y las selvas las que generan el oxígeno del mundo, en realidad representan una pequeña parte de su producción, pues es el fitoplacton de los océanos el encargado de generar el oxígeno que respiramos. Los organismos unicelulares del reino animal, empezaron a utilizar el oxígeno como una fuente de energía, la cual les permitía moverse. Los animales adquirían las fuentes de carbono y nitrógeno entre otras consumiendo plantas, mientras que el oxígeno impulsaba a las células a moverse. El oxígeno, como bien dice su nombre, oxida los elementos internos del cuerpo, que para los animales es la clave de la purificación: destruye elementos dañinos, descomponiéndolos por oxigenación, lo que hace que los mismos sean liberados de las células para ser excretados. Es así la oxigenación lo que permite que el cuerpo esté saludable, y no tenga que procesar tantas toxinas, lo que agota las energías.

YO: Oh, interesante… O sea que el oxígeno no nos nutre, sino que nos limpia… Purga.

SOY: Así es. Ayuda a la regeneración celular. Comprendido esto, entenderás que los átomos de oxígeno son semejantes al mundo espiritual, que encarna en los mundos para purgar, limpiar asperezas, quitar el peso de las células vivas, el karma, para poder expandirse…

YO: Wow, tiene sentido…

SOY: Ahora hagamos el recorrido que los espíritus hacen en tu cuerpo. El plano espiritual está lleno de muchas otras criaturas más densas que no son necesarias para realizar este proceso de purga, como el dióxido de carbono, que representa a los seres oscuros que nutren la materia, pero que implican un peso en el organismo, una densificación. Por ello, el sistema respiratorio es el encargado de discernir el oxígeno del resto, permitiéndole sólo a estos átomos ingresar al organismo, mientras que toma el resto de los innecesarios para eliminarlos.

YO: Karma y Dharma. 

SOY: El sistema Respiratorio comienza por la nariz, por donde ingresa el aire con todas sus partículas externas. El mismo circula por la cavidad nasal, la cual encuentra su límite en la cavidad esfenoidal, donde se apoya la Hipófisis. Así, con cada respiración, la vibración mantiene al espíritu encendido en la materia. Desciende por la faringe donde se encuentra con la cavidad oral, razón por la cual puedes además respirar con la boca, aunque no es lo recomendable, debido a que la boca tiene otro propósito, y la oxigenación no se da de la misma forma (respirar por la boca indica necesidad, mientras que por la nariz es templanza). La faringe se cruza con el esófago para encontrar la laringe, por donde el aire encontrará el camino a los pulmones. Allí se ubica el aparato fonador, las cuerdas vocales,  que marcan el límite entre la laringe y la tráquea. La tráquea es el conducto rugoso que semeja al tronco de un árbol, la cual comienza a dividirse de la misma forma que el vegetal, en ramificación. Esas ramas se llaman bronquios (que podemos relacionar con “branquia” y “branch”= rama), y los principales se dividen en 2, que conducen a los órganos llamados Pulmones (esta palabra viene del griego “pleu”= fluir, y “pneu”= respirar, que nos da pneumático, pneumonía; con el sufijo “món”= agente, sujeto). Los mismos se constituyen por una ramificación cada vez más pequeña por miles y miles de ramas pequeñas, que se subdividen desde bronquios lobulares superiores, medios e inferiores, hacia los bronquios segmentarios o bronquiolos de los cuales surgen los pequeños tallos llamados alvéolos, contenidos por los sacos alveolares, los que se encuentran recubiertos de venas y arterias, capilares sanguíneos; vasos diminutos que reciben las moléculas de oxígeno filtradas por los alvéolos, al mismo tiempo que desde las arterias, los alvéolos reciben las moléculas de dióxido de carbono e impurezas para ser expulsadas por el mismo conducto en el camino inverso. Esto es posible gracias al diafragma, un tejido elástico que divide los pulmones del sistema digestivo, y que se extiende al ingresar el aire, y se contrae retomando su lugar empujando hacia afuera todo lo que se mueve por los pulmones. No todos los animales realizan el mismo proceso, ya que hay insectos, anfibios, reptiles y seres marinos que respiran directamente a través de la piel.

YO: Wow, es un viaje…

SOY: El viaje universal. Si comparas, estos seres espirituales que entran por los agujeros de gusano, en ti lo hacen por los bronquios, que se disipan por bronquiolos y alvéolos, que son como los frutos o flores del árbol, los distintos mundos, donde ingresan al torrente sanguíneo como el flujo mismo de la vida, donde cambiarán de mundos, países, vidas, célula tras célula, en distintas experiencias, iluminando y purgando la densidad, devolviéndola al cosmos como experiencias, sabiduría, llamada dióxido de carbono, los registros del nivel molecular.

YO: Es el árbol de la vida… Alucinante. Los pulmones son como ese árbol de la existencia donde todos encarnamos, experimentamos, desencarnamos… Trascendemos.

SOY: Y a su vez, muchas entidades pueden también ingresar por este sistema, puede haber muchos invasores, seres compuestos de carbono que busquen nutrirse de los mundos, crear sus colonias, y crear sus propias realidades en esta dimensión que eres.

YO: ¿Quiénes son?

SOY: Virus y Bacterias. Los organismos más simples y a la vez más fascinantes del reino de la vida orgánica. Los mismos son tan pequeños que flotan en el aire. Hay millones de bacterias y virus que entran en tu cuerpo con cada respiración. El aire se ve lleno de estas criaturas que buscan un lugar donde hospedarse y reproducirse, un ambiente favorable. Por esto, el sistema respiratorio necesita un aliado incesante.

YO: ¿Cuál?

SOY: El Sistema Inmunológico.

YO: El sistema de defensa.

SOY: Es un complejo sistema, que puede ser visto desde dos puntos de vista: Condicional e Incondicional.

YO: ¿Cómo sería el Condicional?

SOY: Es aquel que se dedica a la defensa, pues su mayor condición es la vida, y la integridad del organismo que construye, por lo tanto, necesita mantener a todo el ser en armonía, limpio, puro de todo aquello que pueda intervenir en su supervivencia y estabilidad. Así, sólo permitirá vivir en el cuerpo a aquellos virus y bacterias que se atengan a la condición de la vida homeostática.

YO: ¿Eh? ¿Hay virus y bacterias que ayudan?

SOY: Sí, muchas, miles de ellas. Y esto es lo que nos da la visión Incondicional. Hay miles de bacterias que ayudan en los procesos de purga, de digestión, que consumen cosas que a nosotros nos es imposible generar. A esto le llamamos la Flora Intestinal, un conjunto bacteriano necesario para la vida en una cantidad justa, la cual se mantiene así gracias a los virus, aquellos que se comen a las bacterias. Muchos virus habitan nuestro cuerpo en una simbiosis perfecta, regulando nuestro sistema. Como el virus del resfrío, la influenza, la cual nunca se va del cuerpo, y se multiplica como un mecanismo de mejora del sistema inmune, reforzándolo año tras año.

YO: Nunca lo había visto así… Tiene sentido.

SOY: Pero a pesar de esto, hay virus, bacterias y células que no son positivas, y por ello existe un sistema Inmune, para rastrear, como la policía, los militares, asegurando la continuidad de todo el organismo, patrullando las calles de las venas y arterias, recorriendo cada rincón en búsqueda de acciones que no estén dentro de la armonía establecida. Incondicionalmente, el sistema inmune se abre a recibir virus y bacterias en el cuerpo para mejorar el sistema; en un principio, el sistema no se defiende, sino que toma lo externo para evolucionar, aprovecha todo recurso alieno para implementar mejoras en el sistema estructural. Esto es la simbiosis, la manera en que la Tierra ha desarrollado la vida, no luchando entre sí, sino aprendiendo a convivir, interactuando y sacando beneficio de cada ser que habita este mundo. No hubiéramos sobrevivido ni 2 meses como humanos si nuestros cuerpos se dedicasen a luchar contra el medio en lugar de utilizarle para mejorarse y adaptarse. Fue gracias a la utilización del sistema inmunológico que existimos, ya que éste reguló el ingreso de agentes exógenos para utilizarles, dándole un hogar a cambio de sus productos.

YO: O sea que el sistema inmune funciona como una forma de intercambio, de trueque, en realidad no es que se defienda, sino que intercambia habilidades.

SOY: Hasta que alguna de esas partes amenaza las condiciones de vida general. Allí se implementan las condiciones, y se empieza a perseguir a esas partes.

YO: Lo veo como en la sociedad en la cual, si nos hubiéramos dedicado a prohibir todo lo que creemos era malo, no habríamos tenido nunca desarrollo y viviríamos en dictaduras.

SOY: Para que un buen sistema inmune funcione, todo debe estar permitido, hasta que las mismas células se vean comprometidas.

YO: Pero, por ejemplo, uno de los grandes conflictos que hay hoy es la droga y sus mafias. ¿Quieres decir que hay que permitir las drogas?

SOY: La droga no hace el mismo daño que hace la mafia que mueve la droga. Los drogadictos lo seguirán siendo de forma legal o ilegal. Incluso si las drogas fueran legales, habría menor consumo, pues sería más regulado por los sistemas de salud y psicología. Dejaría de haber mafias, muertes, decadencia, y gente fuera del sistema arriesgando sus vidas sin tener contención. Así funciona el sistema inmune, no lucha, busca la forma de decantar el verdadero problema, que no es la droga, sino la mafia.

YO: Entiendo…

SOY: En el mundo de los virus, también existen las mafias que acaparan todo, y también existen las células que buscan controlarlo todo, al punto en que interpretan que incluso las mismas células sanas pueden ser dañinas.

YO: Como cuando vemos la policía o militares atacar al propio pueblo.

SOY: Así es.

YO: ¿Cómo entendemos el sistema inmune?

SOY: Inmune viene de la palabra latina “in” (dentro) y “muno” (construir), el sentido proviene de “levantar una fortaleza interior”. Este sistema es estructural, es decir, que abarca un gran espectro del cuerpo, y no se encuentra específicamente a cargo de un órgano, sino que son células producidas por varios de ellos. A pesar de esto, en los primeros años de vida, será el Timo quien se encargue de fortalecer los glóbulos blancos generados en la médula ósea, para que puedan defender el cuerpo. Pero el surgimiento del sistema de defensa, es creado en distintos sitios y distribuido por otros sistemas.

YO: ¿Cuáles son?

SOY: El sistema se compone de elementos y reacciones químicas producidas en órganos que son solubles en líquido para ser fáciles de distribuir a través del sistema circulatorio y linfático. Principalmente estas reacciones son generadas en la médula ósea (en la columna vertebral), el timo (sobre el corazón), el bazo (al lado izquierdo del estómago), los ganglios linfáticos (distribuidos por diferentes partes del cuerpo) y los tejidos mucosos. Mencionando esto, recuerda que en las puertas del sistema respiratorio se produce el moco, la mucosidad es un conjunto de células muertas lleno de células del sistema inmune, que cumplen una función de cárcel para todos los agentes externos que puedan ingresar, adhiriéndolos debido a la viscosidad. El moco es el primer escudo en la batalla biológica.

YO: Me da asco, pero es verdad…

SOY:  En la médula se generan leucocitos (glóbulos blancos), además de otras como neutrófilos, linfocitos, macrófagos, monocitos entre otras. Estos compuestos viajan por la sangre buscando agentes patógenos internos (en el caso de células que funcionan mal, como en el cáncer), o agentes patógenos externos (como virus dañinos o bacterias y parásitos). Lo que hacen es identificarlos y se adhieren a ellos rodeándolos y disolviéndolos. Una vez que lo han hecho, descomponen el ADN de este patógeno, eliminando su funcionalidad de reproducción, y se integran a las células, donde incorporarán este ADN como registro, que le permitirá identificar a los próximos que aparezcan con mayor facilidad, lo que volverá al sistema más fuerte e inmune, produciendo “memoria inmunitaria”.

YO: Y si el cuerpo no es capaz de hacerlo por sí mismo, ¿qué pasa?

SOY: A lo largo de la historia, los humanos fueron viendo cómo ciertas plantas y elementos de la naturaleza tenían cualidades que fortalecían el mecanismo de defensa. Así apareció la medicina natural, utilizando flores, plantas, raíces, hongos y a veces también partes de animales e insectos, que ayudaban a fortalecer el cuerpo, y establecieron las cantidades creando pociones. Pero a veces no era suficiente. Una cosa es prevenir, otra cosa es curar. El sistema inmune necesita crear anticuerpos, es decir, elementos químicos internos que reconozcan al virus, parásito o bacteria. Imagina esto: en un primer caso, una enfermedad viral aparece de repente afectando a gran cantidad de personas, las cuales nunca se habían enfrentado a este virus, y por ello, sus cuerpos necesitan tiempo para reconocer este nuevo microbio. En el proceso, el virus coloniza el cuerpo, y el mismo falla y muere. Pero en un segundo caso, imagina que la población sabe que viene un virus, entonces algunos toman este virus en un laboratorio, lo descomponen al punto de destruirle, matarlo, y dejando sólo sus compuestos de ADN disueltos. Entonces, con esto, realizan un paso previo que el cuerpo no tendrá que realizar, que es la indagación y ataque. Colocan este virus muerto dentro del cuerpo, y el cuerpo reacciona a esto nuevo que sucede. El mismo organismo sube la temperatura corporal (ya que a más de 37 grados los virus y bacterias pueden morir), pero de repente les es más fácil encontrarles, pues no se desplazan ni reproducen. Esto le da mucha más agilidad al cuerpo para identificar el invasor y prepararse para los nuevos que vengan, el virus vivo. Así, cuando llegue al cuerpo, tendrán ya el conocimiento de cómo actuar sobre el mismo.

YO: Esto es lo que muchas veces no entendemos de las vacunas. Hoy con el Coronavirus hay una especie de lucha contra la vacuna. Yo no estoy en contra de las vacunas, pero sí estoy a favor de que el cuerpo sea quien aprenda y desarrolle naturalmente la inmunidad, pues, a pesar del riesgo que supone en medio de una pandemia, también las vacunas pueden estar mal, y necesitar más tiempo de preparación. En sí, sé que las vacunas son básicamente un simple paso previo que se le ahorra al sistema inmunitario, pero, ¿a qué precio?

SOY: La vacuna se llama así por el primer experimento de inoculación de un virus, llamado “Viruela Bovina”. A fines del 1700, la viruela se extendía por Europa, matando a miles de personas. El médico rural inglés Edward Jenner notó cómo las personas dedicadas a trabajar con vacas que habían tenido la suave viruela bovina, no se enfermaban de la viruela humana. Esto recordó cómo otras culturas solían inocularse mucosas de ciertas enfermedades para contrarrestar su propia recaída. Por esto, este médico utilizó el mismo sistema, inyectando a unas personas el virus de la viruela bovina, y 40 días después, el virus de la viruela humana, el cual no le afectó en lo más mínimo. Esto produjo la extensión de la inyección contra la viruela utilizando la enfermedad de las vacas como forma de preparar al sistema inmune. De allí, en honor a este descubrimiento, tenemos la palabra “vacuna”, que proviene de vaca (vacca, en latín).

YO: Nunca lo hubiera imaginado que vacuna viene de vaca. Entonces, ¿qué posición hay respecto a esto?

SOY: Que las vacunas no son negativas, sino que han mejorado el desarrollo de la vida humana, volviéndonos inmunes a lo largo de la historia. Esto no quita que la experimentación con las vacunas puedan traer sus problemas. El mal desarrollo de una vacuna, la falta de pruebas y los químicos o metales que puedan llegar a ponerse como pruebas, pueden terminar siendo contraproducentes al cuerpo, al fin y al cabo, recuerda que están inoculando bichos muertos en el cuerpo, a los que, si el cuerpo no reacciona, se enfermará. Es un riesgo, sí, para muchos lo es, de igual forma que para muchos otros es la salvación. Cada humano posee un sistema inmunitario especial, y no todos reaccionarán de la misma forma. No hace esto que la vacuna esté mal, sino que cada individuo se adapta diferente. Siempre, la mejor opción será permitir que el cuerpo se fortalezca para aprender a luchar por sí mismo, aprender a adaptarse.

YO: Entonces… En tema Covid 19… ¿Nos vacunamos o no?

SOY: Es muy reciente. Una vacuna necesita un desarrollo de al menos 5 años para que funcione, y no han pasado ni dos. Lo que se está haciendo ahora es una intención de acelerar la normalidad, que en muchos puede funcionar, pero en muchos otros puede traer problemas. No es mi decisión decir a otros que se vacunen o no, pues depende de su propia biología, y no de una filosofía.

YO: Entiendo… A veces las creencias pueden hacernos daño.

SOY: En el siglo XVIII y XIX, muchos médicos cristianos lucharon contra las vacunas, por considerarlas enemigas de la voluntad de Dios. Sin embargo, las vacunas salvaron miles de vidas, cuando Dios salvó unas pocas. Esto llevó a pensar que la fe, las creencias, muchas veces detienen el desarrollo, pues en el afán de sobrevivir, los errores de la ciencia son vistos como la mano del diablo, hasta que descubren la forma, y se vuelven salvadores. Todo es cuestión de un proceso. Hoy el mundo atraviesa una pandemia que pone en riesgo al sistema inmunitario de millones de humanos. La mayoría puede atravesar el virus sin necesidad de vacunas, pues la mayoría de los humanos tienen un sistema capaz de gestionar esta amenaza, pero muchos otros no, y necesitarán de una vacuna, aunque, como he dicho, es demasiado poco el tiempo de desarrollo… Y lo que se apresura, no dura.

YO: Entiendo.

SOY: Este virus afecta a la respiración, es una prueba dolorosa de nuestra propia resistencia al mundo espiritual, un llamado de atención a conectarnos con la purga de este mundo. Estamos envenenando la Tierra, su aire, y por ello, la Tierra nos lo recuerda. La humanidad debe aprender a respirar otra vez, y por ello debe luchar contra sus propias incoherencias.

YO: Respirar para volver a la coherencia de mi ser.

SOY: Inspira…

YO: Inspiro…

SOY: Sostén…

YO: Sostengo…

SOY: Exhala…

YO: Exhalo…