YO: Y en mi respiración, nutro al cuerpo… Pero, ¿cómo llegan esos nutrientes específicamente a cada parte de mi ser físico?

SOY: No sólo los nutrientes, sino muchas cosas más, como metabolitos, oxígeno, dióxido de carbono, hormonas; entre otras sustancias como proteínas y minerales que son distribuidos a cada rincón de tu cuerpo por el Sistema Circulatorio. El mismo incorpora en sí a otro sistema más que llamas Linfático, y son los dos de los que hablaremos hoy. Si ayer explicamos que el sistema Respiratorio es como la expansión e implosión universal en el plano de los espíritus, podremos entender pues que el Circulatorio es el sistema que distribuye a los seres vivos su energía, es decir, son los millones de canales por los cuales las almas se manifiestan en los cuerpos.

YO: Oh, es como si este sistema fuera el que conecta los caminos de cada individuo a través del tiempo y el espacio, la circulación de todos los datos del universo, de todas las historias que cada ser vive…

SOY: Entendamos pues estos canales que los seres utilizamos para la experimentación universal. El Sistema Circulatorio, precisamente, se dedica a generar la circulación de todo lo que se encuentra suelto en el interior del cuerpo, y lo hace gracias a un complejo sistema de vías y carreteras. Desde luego que la parte más reconocida por todos de este sistema es el Corazón. El corazón es un músculo, compuesto por células especiales y neuronas, que reciben y envían pulsos eléctricos que contraen y distienden las células del órgano, provocando contracciones que nosotros recibimos como latidos.

YO: Espera, ¿el corazón tiene neuronas?

SOY: Sí, igual que los intestinos.

YO: ¿¡Qué!?

SOY: Así es. Puede parecer raro, pues consideramos comúnmente que el cerebro es el órgano compuesto de neuronas, sin embargo, cada tipo de neuronas tiene una función específica. Las mismas son células que reciben y envían información, y por ello, estos otros dos centros esenciales para la vida necesitan saber tomar sus propias decisiones sin depender al 100% del cerebro.

YO: Claro… Tiene lógica.

SOY: Así, puedes comprender que el corazón siente, y piensa. Este órgano se encuentra ubicado en la cavidad pectoral, en el pecho, levemente colocado hacia la izquierda, contenido por el pulmón izquierdo, razón por la cual es más pequeño, aunque ambos pulmones le rodean. Cubierto por el Timo, se encuentra protegido por las costillas y el esternón, por ser una de las principales fuentes de vida del cuerpo. El Corazón es el motor que permite la circulación de todos los fluidos y nutrientes que alimentan al cuerpo y dan energía. Sin él, nada llegaría a su destino.

YO: ¿Cómo lo hace?

SOY: El Corazón recibe las señales eléctricas de sus propias neuronas, de un sector en la aurícula derecha llamada “nodo sinusal”, que es como un marcapasos, y mantiene el ritmo del latido. Además, estas neuronas están conectadas al cerebro que regula las funciones generales. El corazón se conecta principalmente con los pulmones, fuentes de oxigenación, base necesaria a ser transportada en cada instante a cada célula. Vamos por partes. La razón de existir de todo este sistema es la Sangre. A pesar de que la sangre sea considerada uno de los 4 humores grecorromanos, líquidos internos, en realidad, la sangre debería considerarse más un tejido orgánico que se comporta en forma líquida y en forma sólida. El tejido líquido es llamado “plasma”, y permite la conjunción compleja de todas las formas sólidas que se mueven en su interior: eritrocitos (llamados comúnmente glóbulos rojos) y los leucocitos (llamados glóbulos blancos), además de los trombocitos (conocidos como plaquetas). Los eritrocitos transportan el oxígeno a lo largo y ancho del cuerpo, y adhieren a sí el dióxido de carbono para ser liberado del cuerpo. Los mismos surgen de las células madres, generados en el sistema óseo. Los leucocitos se originan en la médula ósea, y tienen como función principal identificar agentes patógenos en el torrente sanguíneo, es decir, que forman parte del sistema de defensa de la sangre. Mientras que los trombocitos son residuos de células utilizados para corregir rupturas, heridas, cubriendo y regenerando los tejidos dañados, útiles en la hemostasis (detención de la sangre), para impedir la hemorragia. Junto a estas tres, viajan minerales, bacterias, virus, proteínas y hormonas, que se distribuyen por todo el cuerpo. Así, la sangre funciona como una suerte de canal de irrigación, ríos que descienden de las montañas llenando los valles de arroyos, riachuelos, canales, acequias, y todo tipo de sistemas de riego; llevando los minerales y nutrientes de las montañas hacia los campos para dar vida a cada planta y animal en su camino, los cuales en nuestro cuerpo llamaremos células.

YO: Fuente de vida… Energía vital…

SOY: La principal fuente de generación de energía es mediante la respiración y la alimentación. En estos dos sistemas, el respiratorio y el digestivo, el cuerpo recibe todas las bases químicas necesarias, las cuales son filtradas por los alvéolos en los pulmones, y por los filamentos del intestino delgado, pasando directamente al torrente sanguíneo mediante los capilares.

YO: O sea que no es que pasan primero todos por el corazón, sino que ingresan al sistema de circulación por cada capilar sanguíneo que se conecta a todo el cuerpo…

SOY: Los capilares se llaman así por ser finos como cabellos, y en una cantidad semejante, tan ínfimos algunos que parecen invisibles; ellos rodean cada tejido de cada órgano. Esto permite que el oxígeno llegue a cada rincón del cuerpo, y el dióxido de carbono pueda ser limpiado de cada parte del sistema, así como ayuda a que las hormonas y proteínas lleguen a cada célula del cuerpo. Las hormonas provocarán reacciones químicas en el contacto con las células, mientras que las proteínas realizarán múltiples funciones, como transportación de nutrientes (lípidos, vitaminas, minerales) o como enzimas que faciliten reacciones químicas para que las células puedan procesar mejor la energía. El sistema de irrigación, pues, surge de esta diminuta y cuantitativa red de capilares que llegan a cada esquina del cuerpo, las cuales se unen unas a otras en los órganos principales, unos de ellos dando oxígeno, y los otros recibiendo dióxido de carbono. Estos millares de capilares se van uniendo a capilares mayores, hasta conformar conductos que llamamos venas y arterias, las cuales transportan la mayor cantidad de sangre, como carreteras estatales recibiendo o distribuyendo el tránsito de las carreteras regionales y caminos aledaños hasta las calles de los suburbios celulares o caminos de tierra por bosques y montañas. Pero a su vez, las mismas se unen a las autopistas nacionales, llamadas Aorta y Cava, conectadas al centro de la ciudad: el Corazón.

YO: Wow. ¿Cuál es la diferencia entre Vena y Arteria?

SOY: En pocas palabras por las Venas se recibe y por las Arterias se da. Las venas son las encargadas de recibir desde los órganos todos los desechos, principalmente el dióxido de carbono, el cual será excretado en la exhalación, así como varios desechos mediante la transpiración. Las arterias son las encargadas de distribuir el oxígeno a cada órgano. Por lo tanto, las Arterias son las vías de ingreso y distribución, mientras que las Venas son las vías de salida y recolección. Verás a las arterias de color rojo, igual que los eritrocitos, debido a que su pigmentación se debe a la oxidación por la carga de oxígeno, mientras que las venas se tornarán de color azulado debido a la falta de oxígeno y la presencia del dióxido de carbono.

YO: Oh, ok… Lo comprendo ahora. Entonces… ¿Cuál es el rol del corazón precisamente?

SOY: Impulsar este flujo, como la válvula o bomba de extraer agua de un pozo. El Corazón es un órgano dividido en 4 partes o cavidades, de las cuales las dos superiores son llamadas “aurículas” (pequeñas orejas, en latín), y las dos inferiores “ventrículos” (pequeños vientres, en latín), debido a que sus formas se asemejan a estas partes del cuerpo. El corazón es como el centro de una gran ciudad, donde las principales autopistas se encuentran creando gigantescas curvas e intersecciones. Aquí hay que prestar especial atención.

YO: De acuerdo. Es casi como recibir indicaciones para entrar a una mega capital sin tener GPS.

SOY: Algo así, lo bueno es que no puedes equivocarte, sino que sólo debes seguir el flujo del tránsito. Todos los desechos, la gran cantidad de dióxido de carbono, es recibida en el corazón mediante la Vena Cava superior y la inferior, llenando la aurícula derecha, la cual por presión del plasma abre la válvula tricúspide (tres membranas en forma de portal), que habilitan el ingreso de la sangre desoxigenada hacia el ventrículo derecho, el cual al contraerse empuja el plasma a la Arteria pulmonar que se fragmenta en dos, hacia el pulmón derecho y al izquierdo. Esta arteria cual recibe el dióxido de carbono para ser expulsado del sistema. Al mismo tiempo, el oxígeno de los pulmones es recibido por las Venas Pulmonares superiores e inferiores hacia la Aurícula Izquierda, la cual al llenarse impulsa a abrirse la válvula mitral (llamada así por su semejanza a la mitra, el gorro papal), dando paso al plasma oxigenado al ventrículo izquierdo, el cual al contraerse en el latido, llevará la sangre a través de la Aorta. Esta tendrá tres salidas hacia arriba (al tronco braquiocefálico que se dirige a la cabeza, a la carótida por el cuello hacia el cerebro, y la subclavia que conecta con los laterales del cuerpo como los brazos), mientras que la misma aorta se dobla a sí misma como una enorme curva que dirige hacia abajo, irrigando a todos los órganos principales. La presión del latido es la que permite que la sangre constantemente se encuentre en movimiento y circulación, irrigando cada célula en cada órgano, en cada rincón.