YO: Hoy desperté susceptible… Tal vez es todo lo que ha sucedido en este viaje “Fezur” (Serpiente de Luz). 12 de mis amigos que me están ayudando a sostener los patrones del camino YO SOY, y yo, más 72 personas, hemos recorrido el Nilo con visitas privadas en tiempo récord, casi sin dormir, y con más tarea que explicaciones. Estos días han sido como un sueño, y lo digo de forma literal, nos ha dejado a todos perdidos en tiempo y espacio, sin saber dónde estábamos ni qué día era. Canalicé cada día, y los últimos especialmente fueron intensos. Muchos seres, de distintas dimensiones, muy diferentes entre sí, también alienígenas, y muchas señales intensas. Nos duele todo el cuerpo, y anoche, tras la transmisión, tras el eclipse que pasamos bajo el sol en el desierto, sobre el templo solar de Abu Gurab, me desmayé. Logré llegar a la cama, por suerte, pero literalmente perdí conocimiento y me desplomé. Me invadió una sensación de nostalgia, de abandono, de soledad, y muchas ganas de llorar.

SOY: ¿Por qué?

YO: Creo que fue una descompensación en muchos sentidos. Estaba muy cansado, con mucha gente, todo muy intenso, y de repente, se terminó. Ya no necesité energía fuerte para sostener nada, ni planificar nada. Además, el proyecto que estuve diseñando y que me mantendría ocupado hasta 2026, se definía hoy, y hay un 99% de probabilidades de que no salga por lo visto, lo cual me devuelve a un estado indescriptible. Un golpe fuerte… Pero a la vez, algo que extrañamente me relajó pues desde ayer lo solté, y dejé que sea lo que tenga que ser.

SOY: Muy bien…

YO: Y todo ello fue como si tuviera una represa de energía grande como la de Aswan, conteniendo el lago Nasser, el lago artificial más grande del mundo, y de repente, la represa se abrió del todo, y el lago se vació dejando un arroyo, mostrado la depresión de la cuenca del río. Mi energía pasó a ser baja, en todos los sentidos, y fue como si mi ser necesitase un periodo de hibernación.

SOY: Es lo normal, pues necesitas recuperarte de una tarea energética intensa así como una logística de actividades y de responsabilidad sobre otras personas. Esto te pone sensible inevitablemente, pues el cerebro detiene su estado de alerta al colapsar, y ya no puede estar atento, pues llegaste al límite.

YO: Comenzando a bajar defensas…

SOY: Y eso te remueve las emociones, como un mar sin control, pues al estar el cerebro tan agotado, no puede regular correctamente las señales del hipotálamo, y se pierde el sentido de las cosas, bajando la producción de ciertas hormonas que te mantienen activo. Es un reset del cuerpo…

YO: Se nota… Porque comienzo a sentir cosas que no son necesarias.

SOY: ¿Como qué?

YO: Pues, hoy desperté, después de sentirme abandonado, solo, recordando ese gran trauma celular que poseo con el abandono a pesar de que no lo sufro mentalmente, y al girar, allí estaba, a mi lado, durmiendo… Sobek, hoy con el cuerpo de Max. Y por un segundo sentí que estaba presente, y al verle se me hizo eco su frase de hace 12000 años: “no importan las formas, siempre estaré allí contigo”. Y me parece fascinante ver esto, que sí, estaba allí, conmigo, hoy como amigos, ya no como marido y mujer, y por esto, fue la primera vez en que no sentí la angustia de no poder repetir esa historia, esa sensación que tuve toda mi vida de esperar encontrarle para amarnos como antes, simplemente sentí su presencia y agradecí… Agradecí que alguien que hoy en día tiene pareja y está profundamente enamorado de una persona maravillosa, tenga el suficiente amor como para aún así venir a Egipto y estar aquí, como lo había prometido hace miles de años, ayudando, siendo parte, compartiendo, e incluso durmiendo a mi lado sabiendo que no hay ninguna intención más allá que el amor incondicional. Si alguien me ha mostrado lo que es el amor incondicional en la vida, es Max, claramente.

SOY: ¿Y entonces por qué la sutil angustia de hoy?

YO: Desde que recordé a Sobek, cuando tenía entre 11 y 12 años, recordé lo enamorada que estaba de él, éramos el uno para el otro, un amor tan fuerte que sentía que había atravesado 12000 años de historia para llegar nuevamente a mi corazón. Nuestros cuerpos son ambos diferentes hoy, pero yo no podía ver su forma del todo, sino lo que sentía por él. Nuestras vidas, nuestros hijos, las cosas que nos divertían, los viajes realizados, los problemas que hubimos de resolver… Y el mismísimo plan por el cual estoy aquí haciendo lo que hago, todo vino a mí hoy por su mirada amorosa. El primer recuerdo con él fue frente a la Esfinge, él diciéndome esa frase, que siempre estaría conmigo más allá de las formas y el tiempo, y la segunda imagen, la cual dibujé, era él durmiendo en la cama a mi lado. Cuando hoy le vi dormir, sentí eso mismo.

SOY: ¿Qué sentiste?

YO: El Alma Gemela. Estuve enamorado de él desde hace 12000 años, y todas las parejas que tuve en esta vida, y a pesar de las que me he enamorado, detrás podía ver su sonrisa, su apoyo. Había algo inexplicable, una historia imposible de negar. Cuando le encontré en esta vida, rompí en llantos por saber que no podríamos estar juntos en esta vida, aferrado a la idea del pasado, y no vi algo clave, y es que el amor tiene muchas formas si es verdadero amor, no tiene nada que ver con el amor de una pareja, sino que es trascendental a todos los amores. Al principio sentía ese amor que Shiw tenía por Sobek, pero con el tiempo y la sanación de mi pasado junto a él, pude amarlo como a un hijo, a un padre, a un hermano, a un amigo. Y de repente todos los tipos de amor se hicieron presentes.

SOY: Entonces ¿qué es lo que te produce nostalgia?

YO: La muerte de la idea del Alma Gemela.

SOY: Interesante. Cuéntame qué es para ti el alma gemela.

YO: Es un concepto muy antiguo, que dice que todas las personas venimos de a dos, y que estamos separados en diferentes partes del mundo. Hay un anhelo interno a buscar la otra mitad, para completarse. Se siente una especie de vacío que necesita llenarse, lo que nos lleva a la romantización de la idea de que esa parte yace en otra persona. Y que ambas se conectan por amor, y entrar en la sintonía del amor, se llama enamorarse. Así un ser se vuelve completo.

SOY: Interesante interpretación animal sobre la reproducción.

YO: Jajaja dios mío, qué frase tan aniquiladora ante la belleza de lo que te estaba compartiendo.

SOY: Lo siento, sin embargo, es la verdad. Las células eucariotas necesitan compartir material genético para mejorar, intercambiar habilidades que les adapten mejor a los medios que les rodean. Durante millones de años, ese intercambio se ha basado en buscar a la otra parte que contiene el gen necesario para dicho proceso adaptativo y de estabilización. Así, tanto los vegetales como los animales, han basado sus vidas en la búsqueda de otro. Grupos de células eucariotas que buscan otros grupos de células eucariotas en forma de organismos, que les permitan evolucionar, reproducirse, pasar su información al siguiente nivel. Volverse eternos…

YO: Amor (a-mors: sin muerte… Eterno).

SOY: Y así, para lograrlo, deben enamorarse, atraerse, caer el uno ante el otro, entregarse completamente. Unirse como uno. Esto llevó a que surgiera la especie humana, la cual continuó con la tradición celular, desarrollando cientos de maneras de encontrar a ese par perfecto para reproducirse, del cual enamorarse. El concepto llevó a la conclusión de que había un alguien perfecto para cada uno, una suerte de espejo, un enantiómero de la reproducción, en que son iguales aunque reflejados.

YO: Gemelos…

SOY: Altos con altos, bajos con bajos, negros con negros, blancos con blancos, flacos con flacos, gordos con gordos, hay una suerte de tendencia humana a buscar una cierta simetría entre los pares, lo que llevó a la aparición de diferentes etnias, lo que comúnmente llamáis razas.

YO: Pero no siempre se cumple esto…

SOY: Claro que no, porque la búsqueda constante de lo igual acaba por volver el círculo de reproducción a un territorio de vínculos limitados en que los mismos genes se intercambian en la familia incluso. Esto hace que los genes muten negativamente, pues necesitan nuevos datos para mejorar, y si en lugar de sumar sólo divides los propios entre la familia, tarde o temprano habrá malformaciones, problemas de muchos tipos. Por esto hay una parte interna que deja de buscar lo “igual”, para buscar lo opuesto. Y las razas, las etnias, se mezclan, y esta mezcla mejora la especie. Eleva exponencialmente sus posibilidades de adaptación. Esto hace que la especie humana se plantee algo trascendental: ¿qué hace que un individuo busque completarse con alguien totalmente ajeno y fuera del círculo donde mora?

YO: …el Alma…

SOY: Y allí nace otra forma más intensa de comprender la reproducción. Deja de ser una cuestión meramente reproductiva, y pasa a relacionarse más a las percepciones sensoriales, que se traducen en emociones. El pulso se acelera, porque las arterias interpretan que deben irrigar sangre a los órganos sexuales para reproducirse, y así el corazón late más fuerte. Nos enamoramos de los atributos de esa otra persona, pero no siempre para reproducirse, y sin embargo, el corazón se acelera.

YO: Y ahí nace la idea de que el amor está en el corazón, y de que sea el corazón el símbolo romántico por excelencia… Pero en realidad no es más que un pulso a la reproducción.

SOY: Los sentidos se profundizan, las sensaciones se intensifican, las hormonas viajan a mayor velocidad, y los genitales se hinchan de sangre, subiendo la temperatura corporal que impulsa a liberar células reproductivas.

YO: Qué forma tan poco sensual de ver el enamoramiento.

SOY: Pero aún así, en la cultura y civilización, la mente, las artes, la filosofía, pasan a ser claves en ver los atributos del mundo interno de la persona, no necesariamente ver si tiene caderas anchas, pechos fuertes, espalda amplia, para saber si es propenso a la reproducción o no. El físico pasa a ser otro factor más, y ahora lo es también el mundo interior. Pasando esta etapa animal, empezamos a enamorarnos del movimiento interno del otro, de lo que anima, y de “animar, animado, animal”, viene “ánima” que da “alma”.

YO: Y nos enamoramos del ser, la esencia del otro.

SOY: Sin importar si podemos o no reproducirnos con el otro, pero aún así, nuestros cuerpos reaccionan como si tuviésemos que reproducirnos. En el romanticismo y la poesía, estas sensaciones se llevaron a un extremo cósmico, el pensar que en la creación todos fuimos construido de a dos, y que al nacer se nos separa, y nuestro objetivo es reunirnos. Por ello la mayoría de las personas buscan toda su vida a alguien de quien enamorarse.

YO: Aunque en realidad, es el movimiento de las células buscando trascenderse y adaptarse.

SOY: Es más bonito pensar que un Dios creó dos almas que son gemelas, nacieron juntas, y que las puso en el mundo para que sus vidas se nutran de caminos hasta encontrarse. Es lindo este pensamiento. Sin embargo es muy simple ante lo complejo de la existencia. Nos vamos enamorando de muchas personas, idealizando a muchas otras que ni siquiera conocemos, y en el cuento del alma gemela, acabamos por vivir de la frustración fracaso tras fracaso. ¿Por qué hacerse daño de esta manera?

YO: ¿Qué aconsejas?

SOY: Como hicieron ayer la Luna y el Sol: obsérvate fijamente. El simbolismo está en que la luna y el sol parecen dos amantes que se encuentran dos veces al año aproximadamente tras hacer un recorrido en búsqueda del otro, y sólo durante los eclipses pueden besarse, acariciarse, darse el amor esperado, para luego volver a separarse. Cada 6 meses, sus caminos se cruzan, mientras que durante 6 meses se buscan. Un acto de amor y unidad que dura unas pocas horas, 2 veces al año. La luz y la sombra se unen para formar un anillo de luz, el emparejamiento divino. Se observan y se unen.

YO: ¿Y en mi vida quiénes son?

SOY: Son tu emoción y tu mente. Lo que yace en las sombras emocionales del alma se une en amor a la consciencia de la mente espiritual. Ambas energías se unen en contemplación absoluta, y reconocen al mirarse a los ojos, que han transitado caminos diferentes toda la vida, pero esperando unirse en un beso de amor. Emoción y Mente parecen diferentes individuos que cada tanto se encuentran en profundo amor y sensualidad. Así como dos amantes se miran a los ojos, brillando, en que profundamente encuentran el sentido de la vida, es tu emoción y tu mente quienes deben verse a los ojos para dar sentido a esa completitud. Nadie puede completarte desde afuera, los agentes externos sólo pueden mostrarte emociones o ideas ocultas. No te enamoras del otro, sino de lo que eres cuando estás con él. Cuando te des cuenta que lo que el otro parece producirte no ha sido más que la propia producción hormonal en tu cuerpo, reconocerás que cualquier cosa en el mundo puede producirte la misma sensación si sabes sentirte a ti mismo.

YO: Soy yo quien se enamora, y por lo tanto, todo lo que siento siempre estuvo en mí, no en el otro.

SOY: Y sin embargo recuerda que en el universo no existe “el otro”, pues todos somos uno. Así, los otros son parte de ti que te ayudan a ver lo que eres. Puedes enamorarte de muchas personas, pues no existe alguien más que complete lo que eres. Esa búsqueda no es universal, esa búsqueda se corresponde sólo a una tradición milenaria de las células eucariotas.

YO: Soy yo mi propia alma gemela, pues…

SOY: Así es. Permítete enamorarte de los otros, sentirles, pero en lugar de frustrarte en el amor, reconoce que lo que cada ser te ha hecho sentir, ha sido sólo producido por ti mismo en tu propio cuerpo, y es por ello que podrás seguir enamorándote. Pues no existe el alma gemela, ni la persona perfecta, el compañero de vida, sino individuos con quienes descubrimos el amor que nos tenemos. Amar de verdad, es no depender de una fracción de mí mismo proyectada en el otro, sino completar esas fracciones en uno mismo y compartirlas con los demás.

YO: Me miro a mí mismo…

SOY: Obsérvate al espejo. Mira tus ojos, y reconoce que tú eres emoción y en tu reflejo ves la mente que también eres. Haz que mente y emoción se observen, se enamoren. Entrelaza los dedos de tus manos, y suspira dándote el amor que te mereces.

YO: Enamorarme de mí mismo…

SOY: Y así podrás amar al Mundo.