SOY: Uno de los pilares fundamentales de la sociedad es la comunión. La misma se ha conformado a través de las apariencias, y por ello suelen fracasar como sociedades libres. El gran reto es encontrar la verdadera Comunión.

YO: ¿Qué es la Comunión?

SOY: Es un constructo lingüístico formado por las palabras “común” y “unión”. Define a una Unión común, es decir, la unidad equitativa entre diversos y diferentes individuos.

YO: Siempre que he oído la palabra comunión me remite a la Iglesia.

SOY: Porque has nacido en una sociedad católica a pesar de que nunca hayas sido practicante.

YO: Mis vecinos eran muy católicos, y su tía, Estela, incluso era catequista y participaba en el coro de la Iglesia. La única vez que fui a misa en mi vida fue a mis 10 años invitado por ella. Fui porque iban mis amigos. Creo que así es como la mayoría entra en una religión, por amigos y familia.

SOY: Encajar en el grupo.

YO: Yo me vi curioso, aunque mientras estuve allí no entendí nada, y salí a jugar afuera con las plantas. No me resonaba nada de lo que pasaba. Pero mis amigos estaban muy entusiasmados con la palabra “Comunión”.

SOY: ¿Por qué crees que se entusiasmaban?

YO: Por los regalos. Era conocido entre los niños cristianos que al hacer la comunión era casi como un cumpleaños, donde te vestían de blanco y te daban dinero o regalos como en navidad. De mayor comprendí realmente lo que era la Comunión.

SOY: Un voto de unión al Cristo.

YO: Formar parte activa de la comunidad cristiana. Mi hermano Juan, por parte de mi padre, también hizo la comunión poco después de que nos conociéramos. A mí me encanta dar regalos, pero no en esa ocasión. Yo sabía bien que él lo hacía por los regalos y el dinero, y él sabía bien que yo regalaba cosas buenas, así que al hacer la comunión esperaba con ansias mi regalo. El cual nunca llegó. Sólo le estreché la mano, y él me dijo: “¿y el regalo?”, a lo que le respondí susurrando: “El mayor de tus regalos hoy es el Amor de Cristo”. Creo que ese día entendió lo que significaba la comunión, cosa que claramente nunca practicó. Lo hacían por su abuela, y me parece genial, es una forma de compartir amor, mediante la tradición.

SOY: …Sin embargo…

YO: …Bueno… Sin embargo me molesta un poco. Es algo que no comprendo, porque fuerzan a niños que aún no saben quiénes son, a realizar actos que les son incoherentes, sobornados por objetos materiales.

SOY: En un principio, el bautismo y la comunión, así como el matrimonio, eran votos cristianos elegidos por la propia persona a una edad adulta. Un individuo tenía que sentir el llamado de Dios y pedir a los otros que le ayudasen a formar parte de su comunidad cristiana. Así, se debe renacer en la fe cristiana, limpiando todos los caminos anteriores, para comenzar una nueva vida, y para hacerlo se da el Baño de Fe.

YO: El bautismo…

SOY: Llamado así sólo porque Juan Bautista realizó este acto a Jesús, aunque esta tradición Esenia era muy anterior, relacionando a Dios con las aguas. Una vez que toda su historia fuera purgada para renacer de entre las aguas divinas a una nueva vida, la comunidad te recibía con los brazos abiertos, entregándote de su pan y su vino, un simbolismo de dar los fundamentos de la vida y la celebración en comunidad, el compartir entre hermanos. Así nace la fraternidad, la comunidad de hermanos y hermanas del cristianismo.

YO: Ah, por ello los curas y monjas se llaman así… “Hermano”, “hermana”.

SOY: Aunque aquellos que no han tomado un voto directo de dedicar su vida a Dios, deben llamarles “padre” y “madre”, pues los mismos tomaron el tercer sacramento, el matrimonio, no con otra persona sino con el mismísimo Dios, teniendo así a los demás por sus hijos e hijas. De esta manera, los conceptos culturales del clan se tradujeron en lingüística religiosa. Los antiguos convertían en hermanos y hermanas a aquellos que se unían a sus costumbres. Todas las religiones tienen sus ceremonias de ingreso a la religión, como el Bar Mitzbah para los judíos, la unción en el Islam, y todas las pruebas de diversas culturas a sus jóvenes, como caminatas en el Outback australiano, la prueba de las hormigas en ciertas tribus amazónicas, los rituales védicos, la pérdida de la virginidad en los ritos celtas antiguos.

YO: ¿De qué sirve realmente este timop de ceremonias?

SOY: Formar parte. Son ritos iniciáticos que marcan ciertos límites en la pertenencia. Desde las primeras familias, clanes, mejor dicho: manadas, formar parte del clan es fundamental para sobrevivir, pero el clan no puede sostener individuos que no aporten nada, deben mostrarse aptos y con la voluntad de ser y colaborar con los demás. Cuando los clanes se agrandan y las familias empiezan a ser extensas, es necesario que existan ciertos códigos de pertenencia: símbolos, tradiciones, palabras, colores, ideas, ropajes… Este tipo de herramientas son útiles para identificar a las partes de un grupo. Estas cualidades compartidas conforman lo que llamamos “cualidad común” o “atributos de modo”, que en latín se resume en “comunidad”. Esto agrupa a los individuos, y conformar comunidades da estabilidad y seguridad.

YO: “La unión hace a la Fuerza”.

SOY: Hay una fuerte tendencia del humano de querer formar parte, e inmediatamente, al ver un símbolo, lo identifican con sus patrones.

YO: Como cuando uno comienza a utilizar una medallita o colgante de algo y varios lo llevan por su significado, los otros piensan que ya es una religión.

SOY: Exacto.

YO: Me pasó también que me llegaron comentarios de la necesidad de pertenecer a mi círculo cercano de amigos. Este último mes publiqué muchas cosas con ellos, llamándoles “Idilien” (los Elementales, en lengua saytu de hace 12000 años), y el hecho de que estuviéramos siempre juntos, a veces generó ese sentido de ser parte, de ponerse un nombre también, de cómo pertenecer. Para mí es un nombre común, fácil de llamarnos entre nosotros, y tarde o temprano dejaremos de usarlo cuando ya no sea necesaria esta tarea. Comenté una vez que en el año 2012, cuando realicé el Camino Harwitum, empezaron a crearse muchísimos grupos Harwitum con el nombre de cada ciudad o región. La intención era reunirse, debatir, compartir… Y en muchos casos sólo generó más peleas de territorialidad, de egos. Cuando en 2013 terminó Harwitum, yo cambié todo, y el nombre desapareció para la siguiente tarea, esto hizo que muchos se enfadaran e incluso dejaran de seguirme, porque consideraron que era una falta de respeto a todo lo que habían hecho por mí sosteniendo ese nombre y lo que habían construido como grupos. Vi una enorme necesidad de pertenecer, y por ello mismo traté de que cada vez más mis actividades sean más erráticas, imposibles de seguir linealmente, imposibles de identificar con sólo un símbolo o línea filosófica.

SOY: La necesidad de pertenecer a una comunidad es la búsqueda de seguridad. Muchos se han sentido desplazados, perdidos, abandonados y solos en los caminos culturales, familiares, religiosos. En sus momentos de despertar, no han tenido en quiénes apoyarse, y esto lleva a buscar espacios de contención.

YO: Por ello hay mucha gente que recae en religiones como el Evangelismo, por ejemplo, ya que tienen una gran fuerza contenedora y de gran valor social, pues muchas personas dañadas son contenidas por los evangelistas, cosa que otras religiones no hacen, y por ello tienen cada vez más adeptos, por la cantidad de personas dañadas que buscan seguridad, y los manuales evangélicos son fáciles de seguir, punto por punto.

SOY: La Fe es algo que debe despertar en el propio corazón, y la misma nace de la confianza en el otro, en lo invisible, en la esperanza de encontrar paz y amor. Los terrenos inestables como el tuyo no son espacios para ello, y por eso siempre fracasarán como religión o comunidades.

YO: Esto me lleva a pensar en el camino que estamos transitando ahora, es el camino en que más conectado en un mismo símbolo me he encontrado, jamás me había pasado por tanto tiempo, y sin embargo, es un camino para que luego cada uno pueda hacer el propio… Me pregunto pues, ¿cómo mantener la unidad sin ser parte?

SOY: Sabiendo lo que cada uno aporta sin depender del otro.

YO: Volvemos a la Ontocracia.

SOY: Allí radica el individuo que, en lugar de depositar sus fuerzas en una comunidad, se entrega al mundo de manera libre, sin dependencia de símbolos ni manuales. Esto no significa que tenerlos esté mal, todo lo contrario, pues ayudan a una guía, el problema es cuando se vuelven lo único a seguir. Para que haya ontocracia, no puede haber manual filosófico, sino manual pragmático.

YO: ¿Cuál sería la diferencia?

SOY: En una comunidad vista como en los tiempos antiguos, lo que lleva a las personas a unirse es la misma visión filosófica, y es por ello que las Comunidades no prosperan. El manual pragmático es el que propone desarrollo, trabajo, y no filosofía, y así sí prospera.

YO: Me recuerda esto a la idea de las Comunidades que he visitado. He ido a algunas y hablado con varios directores y directoras de Comunidades que se han unido por una misma idea a fundar espacios de autoabastecimiento. Pero todas concuerdan en lo mismo: no hay avance. Las personas son siempre las mismas, y en muchos casos comparten la filosofía, pero no poseen practicidad, y unos pocos trabajan para unos muchos. La pérdida del sentido del mérito propio, en una visión más de comunismo, hace que exista desigualdad en el ser, pues la única igualdad lograda es la de las apariencias.

SOY: En apariencia todos viven iguales y tienen las mismas cosas, pero internamente no logran tener desarrollos equilibrados ni voluntades o disposiciones equitativas. Ese es el gran fallo comunal. Las comunidades hacen fuerte a las ideas, pero debilitan al individuo. El comunismo empodera una filosofía, pero quita el poder a los actores sociales. Las comunidades fortalecen los vínculos entre los sujetos, pero les alejan de la realidad y el desarrollo en redes.

YO: Por ello en su mayoría fracasan como acciones sociales transformadoras, y se quedan en experiencias de grupos que acaban por ser familias.

SOY: Esto no significa que no sirvan, son útiles para muchos casos y para personalidades específicas, aunque no son prácticas para una sociedad globalizada. La interacción de Comunidades con otras comunidades y la sociedad tecnologizada es fundamental si las mismas no quieren estar destinadas al olvido.

YO: Muchos me han preguntado cuándo crearé una comunidad para practicar la Ontocracia… ¿Debo hacerlo?

SOY: No. No es tu misión. Tu misión es el desarrollo de redes y comunicación de individuos y la educación de los mismos desde el Ser. Las comunidades son tareas de otros, surgidas a partir de lo que desarrolles. Tu misión no está en crear comunidades, sino en entregar herramientas a los pueblos ya existentes, y hacer que aquellos que poseen conocimientos de comunidades, se pongan al servicio de dichos pueblos. Crear una comunidad hoy es crear un nuevo problema. Tomar las existentes y buscar la manera de articularlas es el reto real. Las comunidades suelen terminar convirtiéndose en espacios donde individuos rotos se agrupan para escaparse de la realidad creando una nueva y en muchos casos ficticia que acaba por volverse paternalista, ya sea patriarcal o matriarcal.

YO: Entonces los espacios que genere deben ser flexibles, donde los individuos vengan y vayan, preparándose para preparar a sus propios pueblos y comunidades, colaborando en redes.

SOY: Las ideas de comunidades surgieron en la era de Aries (hace 4000 años hasta hace 2000 años), donde los grupos minoritarios creaban una propia identidad tratando de sobreponerse a otras. La era de Piscis entregó otra visión a las comunidades, que fue más allá de la búsqueda de supervivencia del ego, a la trascendencia hacia lo divino. Las comunidades se volvieron una especie de paraíso de contención y sueños donde los individuos pudieran sentirse amados con la esperanza de llegar juntos a un Cielo compartido. Pero esta era terminó, y por más que muchos sigan intentando lograr esas comunidades ariano-piscianas, la energía de la era de Acuario nos invita a trascender las comunidades de clanes y filosofías, para ir a la practicidad de la innovación en redes, donde las comunidades se entrelazan virtualmente, compartiendo herramientas, no ideas, compartiendo en comunidades online, fuera de un espacio físico concreto. Redes en las que los individuos aportan, y no los grupos. Donde las naciones son conceptos del pasado, donde los símbolos son meras decoraciones, y el sentido de pertenencia se trasciende a la pertenencia de un sentido.

YO: Me gustó eso… “Pasar del sentido de pertenencia a la pertenencia de un sentido”.

SOY: Este año has hecho crecer una enorme comunidad online que se hace llamar “Yo Soy”, sólo queda ver si han logrado todos entender que cuando dicen “Yo Soy” realmente están hablando de ellos mismos, o si lo hacen hablando de ti y de mí. Allí radicará la gran diferencia. En el momento en que comiences tu camino real, ¿lo harán a su vez todos los demás?

YO: El gran reto…

SOY: La Manifestación de una gran comunidad en red, la Red de Redes, trasciende el contenido de tu misión y filosofía, va más allá de lo que comparten como conjunto.

YO: Pongo mi energía en pro de manifestar una red de redes basada en el potencial de cada “yo soy”.

SOY: Y para ello, os invito a realizar la mayor de las Comuniones.

YO: ¿Cuál?

SOY: Aquella entre el Ego y la Esencia. Entre la personalidad y la divinidad. Entre el Yo y el Soy. Esa es la mayor Comunión, y en tanto la logren, se convertirán en pilares que sostengan la gran Comunidad Planetaria.

YO: Acepto esta Comunión en mí. Yo Soy la Común Unión del Universo, la unidad entre Tiempo y Espacio, Femenino y Masculino, Aquí y Ahora.

SOY: Y en aceptarlo, podrás crear la verdadera Comunidad.