YO: Hablando de la Expresividad, me recuerda a lo que sucede con una canalización. Cuando canalizo, la sensación que siento es como si algo muy dentro de mí quisiera salir, y no puedo controlarlo; como si cada célula de mi cuerpo dijese: “necesito vivir esto”. Y ahí sucede. Una fuerza interna, que soy yo pero a la vez no es parte de mi personalidad, toma control de mi cuerpo, siendo algo que no soy, y sin embargo se siente como propio. Lo que quiero decir con esto, es que a veces canalizar se siente como una obra de teatro, como el actor que se ve poseído por el espíritu del personaje, y eso le hace interpretarlo con mayor afinidad y asertividad. Crea un vínculo con el personaje, integrándolo como su propia vida, parte de su ser. Eso es expresar… Canalizar es una forma de expresividad…

SOY: En las primeras culturas humanas, había historias, leyendas, que hablaban de hombres pájaro, de hombres lobo, y hombres árboles, y muchos hombres que se convertían en animales o vegetales, o minerales. Esto se debe a que los primeros chamanes, aprendían y despertaban su sabiduría interior cuando se permitían ser el objeto de estudio. Para encontrar el poder, actuaban como león o tigre, para aprender equilibrio, actuaban como garza, para aprender paciencia, actuaban como un árbol. La actuación, el atributo de moverse como otra cosa, permitía que las células, la mente, se vieran reflejadas en ello, y no sólo actuasen como ello, sino que tomasen sus características. Por ello, se vestían de los colores de dichas criaturas, o vestían con sus pieles o plumas, realizando danzas en que imitaban sus sonidos o movimientos. La teatralización de un objeto o sujeto, permite la plasmación de su potencial dentro de uno mismo.

YO: Eso es algo que escuché hablar a gente de PNL (Programación Neuro Lingüística), quienes aseguran poder despertar atributos de otros o corregir conflictos sólo con modificar las actitudes físicas. Como por ejemplo, recuperar valor y seguridad caminando más erguido, o demostrar confianza dejando de cruzar los brazos en una conversación.

SOY: Así es, el cuerpo es un entramado de datos que reaccionan en función de las experiencias previas, y actúa en función de las expectativas de vivir un mismo desenlace. Pero si conscientemente uno modifica la acción desde lo físico en una situación en la que normalmente actuaría diferente, entonces el cerebro no tiene más opción que reconfigurar ese dato, y así, cambiar la actitud, lo que generaría una transformación de base, que te daría un nuevo atributo.

YO: Wow… Me parece fascinante.

SOY: Lo es. Es Reprogramación. La Canalización es otro tipo de Reprogramación, en que permites que datos de la red externa te impulsen a actuar de una manera que abre tu espectro de información, y allí obtienes atributos que de otra manera nunca habrías podido tener. 

YO: Pero esto puede hacernos ver locos…

SOY: ¿Qué es la locura?

YO: Bueno… Es no tener control sobre uno mismo. Es perder las riendas del plano mental, emocional, y físico. ¿Cómo saber hasta dónde estoy expresando y canalizando, y cuándo en realidad es un delirio, o síndrome de desorden de personalidad, bipolaridad o esquizofrenia?

SOY: Veamos, pues. Lo que impone la cordura en un ser humano, es la educación cultural. Si en tu ciudad de Argentina, en medio de la calle, transitada por gente, o en un centro comercial, pones una alfombra y empiezas a inclinarte como adorando, hablando solo, inclinándote y apoyando tu cabeza en el suelo con las palmas hacia el cielo, ¿qué crees que dirían?

YO: Que estoy loco.

SOY: Y sin embargo, eso en Egipto es lo normal 5 veces al día, empezando a las 4 am y terminando la última a las 7 pm. Si alguien, un hombre por ejemplo, se pone a bailar ballet en medio de la calle en el Cairo, ¿qué pensarán?

YO: Que ese hombre está loco.

SOY: Lo cual no sucedería si lo hace en una calle de Alemania, donde lo verían como arte. En primer lugar, pues, debes comprender que la locura es subjetiva a la cultura. Lo que nos hace parecer cuerdos, es simplemente una perspectiva de tradición y costumbre, de una educación ligada a un grupo específico. En segundo lugar, cualquier expresión fuera de esa cultura, se verá como una locura, o en un caso especial, como genialidad, si el entorno reconoce la originalidad de la acción. Cuando un músico se inspira, está canalizando, cuando un artesano esculpe, está canalizando, cuando un poeta escribe, está canalizando. La inspiración basada en la originalidad de un individuo, es una canalización, proveniente de Canal, es decir, ser un medio por el cual algo intangible se vuelve tangible. La palabra viene del griego “kanon”, significando vara o regla para medir las cosas, y de allí caño o caña, tubos por los que se miden o pasan cosas. El canon artístico, es un término utilizado para demostrar las reglas de un arte específico, pero todos se fundamentan en la inspiración de pasar algo de un lado a otro, de la idea a la manifestación. En pocas palabras: Canalizar, es actuar la idea que está dentro. Y ahora sumemos a ello lo que sucede cuando una persona se reconoce como multidimensional, sabiendo que nada está separado…

YO: Que ese adentro del que hablas, está en el interior de todas las dimensiones… Y por lo tanto, podrá canalizarse a sí mismo desde diferentes realidades.

SOY: En función de la resonancia en que se encuentre, pasará lo que ese canal esté dispuesto a traspasar, ya sea agua pura, o las cloacas. Cuando una persona vibra bajo, las cloacas obstaculizan los canales cuánticos del ser, una suerte de colesterol malo a nivel etérico que condiciona el flujo energético del cuerpo, obstruyendo los canales. Esto lleva a que la información no circule con naturalidad, provocando trastornos de percepción, que derivan en un mal funcionamiento neuronal, que termina por llevar a bipolaridad, y esquizofrenia, como muchas otras. Lo único que diferencia, pues, a una enfermedad mental de una canalización artística o informativa, es el estado vibracional de la persona, que hace de esos canales puros o impuros, lo que traduciríamos en “estado emocional”. Una mala gestión de la emoción, es lo que lleva a una persona sin manejo de su consciencia a ser víctima de su inconsciencia.

YO: ¿Cómo sería un correcto manejo del emocional?

SOY: Reconocer que toda emoción es propia, y que nadie de afuera puede determinar mi emoción, sólo yo soy quien permite que me afecten las cosas. Una mala gestión emocional es quien no reconoce los diferentes agentes sociales, individuos que le rodean, y mezcla su mundo interno con el mundo externo, olvidando el libre albedrío de los demás, involucrando a otros en sus historias de manera invasiva y controladora, y sobre todo, dañándose a sí mismo, llegando a dañar a los demás.

YO: Entiendo.

SOY: Es por esta visión que tenemos sobre “los locos”, que las personas tienen miedo de expresarse, de mostrarse, de canalizar, creyendo que al hacerlo, perderían el control de las cosas, cuando no es el expresarse el problema, sino la mala gestión de las emociones con las que se expresa. La constante represión tras años de imposición cultural, hace que muchas emociones se hayan estancado, como la vergüenza, la ira, el rencor, la lujuria, y varias otras, que en el momento de expresar el potencial interior, buscan un escape, decorando, manchando, embadurnando ese poder interno de estas emociones sucias que por no haber sido drenadas con sabiduría a lo largo de los años, emergen juntas de manera violenta y caótica.

YO: ¿Cómo expresar con sabiduría?

SOY: Mediante la Experimentación, obviamente. El segundo de los pilares o fundamentos de la existencia universal, es la capacidad de probar, de jugar con la realidad, de permitirse sentirlo todo, vivir lo todo, sin reprimir nada. Experimento viene de las palabras “Ex” (desde un lugar hacia otro), “periri” (probar, intentar, tratar) y “mento” (herramienta, medio). La experimentación es la acción de intentar algo fuera de lo establecido.

YO: Solemos relacionar la experimentación con el experimento científico.

SOY: Empirismo. En el siglo XVI hacia el XVII, los filósofos comenzaron a volcarse hacia las ciencias, como matemática, geometría, física y astronomía, lo cual generó una revolución científica en la vida humana que llamamos el “racionalismo”, por el cual todas las cosas deben ser basadas en aspectos meramente racionales y tangibles. Esto marca un quiebre entre las sustancias alma y cuerpo, en que, hasta entonces, el mundo espiritual había guiado las realidades. Por aquella época, René Descartes, dijo su frase “Pienso, luego existo”, dando por sentado que el pensamiento es la base de toda existencia. Y lo que existe, sólo puede ser percibido por la mente mediante la experimentación. Esto le convirtió el el padre del “Método Científico”, el cual marca un antes y un después de las ciencias, que comienzan a fundamentarse en la experimentación como única vía de obtener resultados correctos y creíbles, razonables. La fe ya no es suficiente, pues creer no es una certeza, pues en la fe no hay empirismo. Por lo tanto, todo conocimiento sólo puede provenir de la experiencia empírica, una redundancia si se quiere, ya que ambas provienen de la palabra “periri” en latín o “peiran” en griego (empírico= estar probando algo; experimento= medio por el cual se prueba algo). La misma puede ser de experimentación interna o externa, pero para que haya conocimiento o sabiduría, tiene que haberse pasado por la prueba de ello.

YO: Bueno, es claro que alguien sabio sólo puede serlo si es ejemplo por su experiencia.

SOY: Y de aquí viene la idea de ser experimentado, tener experiencia en algo nos da el aval, la justificación y garantía de poder hacer lo que hacemos. Ahora bien, para tener experiencia, hay que vivir la experiencia. Y en la mayoría de los casos, experimentar implica salir de la zona de comodidad, para ingresar en un terreno desconocido, con resultados inesperados. Esto produce inseguridad en la mayoría de los seres culturales, aferrados a una forma de ver las cosas. Se priva de experiencia aquel que no viaja, que no come otras cosas, que no habla con desconocidos, que no se abre a conocer otra cultura, aquel que no lee un libro o mira una película, se priva de experiencia quien espera que las cosas se den en lugar de moverse para que sucedan. El miedo a perder, al ridículo, al juicio, al no saber, al ser rechazado, bloquea a la mayoría a realizar su proceso de experimentación, y por lo tanto, coartando su camino hacia la sabiduría. La etapa de la juventud, desde la pubertad hacia el final de la adolescencia, es el periodo más importante para el desarrollo de la experimentación.

YO: Y se nos bloquea poniéndonos en una escuela donde en lugar de experimentar, lo único que hacemos en devorar libros y contenidos que no podemos probar.

SOY: El método científico se consumió a sí mismo mediante el iluminismo educativo del siglo XVIII, en que se dieron más opciones de desarrollo experimental, y al mismo tiempo, se bloqueaba la capacidad de los niños de vivir esas experimentaciones llenándolos de resultados de aquellos que tuvieron las posibilidades de experimentar. Esto sólo genera conocimientos, datos, pero no educación y mucho menos sabiduría. La experimentación no se trata de compartir resultados, sino de posibilitar el empirismo.

YO: Me parece raro que un espíritu me fundamente que la clave espiritual es el experimento científico.

SOY: Porque es la única manera que alguien en la Tercera Dimensión puede relacionarse al mundo de las Ideas, y es la única forma en que el espíritu puede gozar su propia creación.

YO: Pero, me has hablado de lo científico… ¿Cómo se practica la experimentación en la vida normal?

SOY: La palabra Ciencia proviene del indoeuropeo “skei” que significa cortar, rajar algo. Partirlo en fragmentos. De allí surge el verbo “scire”, que significa “saber”, es decir, tener conocimiento de las partes”. La palabra “sciente” une “scire” y “ent” (entidad, sujeto), es decir, el sujeto o la entidad que piensa sobre las partes. Es interesante y gracioso que la palabra esquizofrenia tenga el mismo origen que ciencia (esquizofrenia= “scire” /skhire/: rasgar, partir, y “frén”, siendo entrañas, interior, alma, o sea: aquello que rasga y parte el alma). Ciencia hace referencia, pues, a aquello que disemina, disecciona las cosas para poder conocer las partes que le componen. Tenéis en la mente una idea de la ciencia como una institución intocable, lejos del humano común, cuando en realidad, la ciencia es el arte de comprender las partes de las cosas, y experimentar con ellas.

YO: O sea que podríamos comprender que en nuestra vida natural, humana y cotidiana, tenemos la oportunidad de realizar nuestras propias experimentaciones científicas.

SOY: Y es muy fácil, lo único que debes hacer es ponerte a realizar una actividad que nunca antes has hecho.

YO: ¿Como qué? 

SOY: Probar cosas que no conoces. Si nunca has pintado, pues pinta. Si nunca has tocado un instrumento musical, pues toca uno. Si nunca has cocinado, cocina. Si nunca has hecho matemáticas, haz matemáticas. Si nunca has jugado a un juego, juega. SI nunca viste una serie, mira una. Si nunca has limpiado una casa, límpiala. Si nunca has leído un libro, lee. Si nunca has hecho jardinería, arregla el jardín. La experimentación no tiene que ser en un laboratorio, los experimentos científicos no tienen que ser aprobados por una entidad internacional, la experimentación es la acción de ponerse a prueba en cosas que nos sacan de la cotidianeidad, de la rutina, de la comodidad, y que nos entregan algo nuevo, una información novedosa, que despierta en nosotros sabiduría.

YO: Puedo ver por dónde va la propuesta de hoy…

SOY: Me imagino. Hoy, en relación al corazón, pondrás la intención de hacer algo que nunca has hecho, realizar alguna actividad por mínima que sea en un espacio diferente al que estás habituado, pero que te entregue algo totalmente nuevo y diverso. Hacer algo nuevo, diferente, único, que por simple que sea no es menos importante. Aquel que se cierra a la experimentación, es un ser estancado en la inconsciencia, negado a la evolución de su ser y su especie. Cada nueva acción despertará un impulso que despertará una nueva emoción, y esa emoción será la clave de tu sabiduría. Pues es la emoción la que registra la experiencia, y es la misma emoción que te permite volverte maestro de aquellos que buscan.

YO: De esta forma es que diseño mi emoción, experimentando para obtener sabiduría, y compartirla al mundo.

SOY: Vive el empirismo, el pensamiento pone la intención de aquello que eres, y lo que eres será comprendido por el pensamiento, todo ello mediante la experiencia en acción.

YO: Prueba y error… Es la forma real de aprender.

SOY: En el empirismo racional no existe el pecado, no existe el juicio al error, sino el camino hacia la evolución tras prueba y error. Así que, este es mi consejo para aquello que decidas emprender como experiencia el día de hoy: no temas a equivocarte. Los errores son la clave del aprendizaje.

YO: Que se haga la magia.

SOY: Esencia de la praxis.