SOY: ¿Estás seguro del camino que has elegido?

YO: ¿Qué camino?

SOY: El que sigues en tu vida. ¿Crees que es el camino correcto?

YO: ¿Acaso existe un camino correcto?

SOY: No. Pero los caminos son correctos cuando los has elegido tú.

YO: ¿Lo elegí yo?

SOY: Aha! ¿Crees que alguien más eligió este camino por ti?

YO: Creo que no tuve opción… Que lo que hago va más allá de mi elección, porque estoy fluyendo en él, sorprendiéndome, descubriendo lo que supuestamente elegí.

SOY: Entonces, ¿cuál es tu respuesta?

YO: Podría decirte que sí, que este es el camino correcto, y sin embargo, te estaría mintiendo.

SOY: Dudas, ¿verdad?

YO: Sí… Dudo… Me siento como el libro que escribí de aquella realidad paralela en que muero a mis 87 años de edad sintiendo que fracasé en la vida por no elegir el camino correcto. Supuestamente, lo que estoy viviendo ahora es el camino correcto para cumplir mi misión, pero aún así, no estoy seguro.

SOY: En primer lugar… ¿Qué es para ti el Camino?

YO: Mi apellido paterno significa Camino en euskera (“Bide”, bidea= el camino), y para mí creo que, desde que supe esto, definió mi vida como el Camino. Para mí, el camino es la vida, paso a paso, es construirse en el descubrimiento, en el viaje.

SOY: Justamente Camino proviene del celta “cammin” (Cam= paso), es decir: lugar donde se dan los pasos. Lo mismo sucede para el inglés “Path”, proveniente del indoeuropeo “pent”= paso. Cada paso construye un camino, pero el mismo tiene muchas bifurcaciones, que nos llevan a destinos impensados. Y cada sendero surge de un camino mayor. Puedes ver a los caminos como los arroyos que van a parar a un río, o como un río que se abre en muchos arroyos en un delta yendo a parar al mar. Cada arroyo tiene un nombre, recorre un territorio único, vive una experiencia personal, pero sus aguas son las mismas que la de los otros arroyos y ríos, provienen del mismo lugar. Así, los cambios que se producen en dicho trecho, son relativos a su vida y experiencia, pero lo que impulsa el flujo, viene de mucho más atrás, afectando a todos por igual.

YO: Como si cada paso que da el río mayor afecta a los ríos lindantes o arroyos emergentes… 

SOY: Y viceversa, en que todos los arroyos en su individualidad pueden modificar al río. Entonces… El camino va más allá de tus propios pasos.

YO: El Camino es Todo…

SOY: Los pasos de cada individuo, las elecciones, decisiones, actitudes, emociones, traumas, intenciones de cada persona en la historia y en tu árbol genealógico, marcan el pulso y flujo de las aguas que diseñan tu camino. Pero cuando llegan a ti, eres tú quien decide en qué dirección moverás esa fuerza, es tu recorrido, tu propia intención que encauza la corriente general.

YO: Como las ramas de un árbol buscando la luz.

SOY: Cuando miras un árbol, es el claro ejemplo de los caminos que trazan tu existencia. Por ello, llaman a las generaciones como Árbol Genealógico, es decir, un árbol relativo a los orígenes (gen). Contemplemos, pues, las dos visiones de este árbol. En el Principio, todo es una sola realidad, la Unidad, encarnada en el Tronco del Árbol. De ésta surge la dualidad positiva y negativa, el Tiempo y el Espacio, abriéndose en 2 ramas primigenias. Las mismas vuelven a partirse en 2 o 3 según corresponda, y el circuito continúa, haciendo que un único ser se expanda en millones hacia el infinito. El objetivo de la ramificación está claro: encontrar mayor cantidad de luz. A mayor ramificación, más opciones de obtener luz en diferentes momentos, desde el amanecer al atardecer pasando por todos los estadios. La ramificación es un camino de iluminación, en que a mayor cantidad de partículas, de diversidad, de individuos viviendo diferentes realidades en diferentes puntos de vista, mayores oportunidades tendrá el Árbol de generar energía y por lo tanto nutrirse para crear frutos y así distribuir nuevas semillas. 

YO: Las ramas se convierten en leyes, en dimensiones, en galaxias, mundos, especies… individuos… Siendo que cada ínfima ramita es un elemento químico de la tabla periódica, y más… Incluso partículas.

SOY: El Árbol de la Vida. Y entonces, desde esos individuos, comienza el camino inverso hacia la integración del fractal. Millones de individuos que se van uniendo en parejas creando uno nuevo, que se une a otro para tener un nuevo bebé, y así constantemente hasta llegar a las 4 ramas de tus abuelos, las 2 ramas de tus padres, y al tronco que eres tú.

YO: …de regreso a la unidad…

SOY: Aunque, tú serás la rama de un nuevo árbol. Tu camino es sólo un paso en el gran Camino.

YO: Entonces, no puedo decir que yo elegí mi camino…

SOY: Puedes decir que tú decides de qué manera llevar a cabo el flujo que recibes de algo mucho más grande. El Árbol es uno solo, por más que puedas nombrar a sus ramas y flores, sus frutos y semillas o raíces, todos son parte de un mismo ser, de igual manera que puedes nombrar a las partes de tu cuerpo, y aún así todas conformarán al ser que se llama Matías. Tú eres una rama con un nombre y apellido, una rama que no se separa del conjunto, que es parte natural de un todo, y que por su interior viaja la savia, la glucosa, los azúcares, el agua que atraviesa toda la planta, pero esta rama elige la forma, la dirección en la cual llevará este potencial.

YO: Es decir, que el Yo en realidad nunca elige el Camino, pero sí puede trazar senderos dentro del mismo para que la información general le atraviese y flexibilice el flujo.

SOY: Exacto. Así es como las partes constituyen al Uno. Ahora, sabiendo esto, podrás comprender que todo eso que llevas en tu camino es inconsciente para ti.

YO: ¿Qué cosas?

SOY: El amor, la sabiduría, la voluntad, las relaciones, las intenciones, la búsqueda, los anhelos, deseos, placeres, dolores, miedos, dones, todo ello proviene de la savia de la planta, el producto interior generado por cada individuo en el Árbol a través de su propia búsqueda de la luz. Todo resguardado en las memorias internas del Inconsciente. Lo que lleva al ser a actuar de una u otra forma, a seguir la corriente que fluye por las ramas del árbol.

YO: O sea que, en la mayoría de los casos, yo no soy dueño de lo que hago, de lo que siento, de lo que produzco…

SOY: Aham… Pues el “Yo” no es más que una pequeña fracción de un Yo mucho mayor. Pero sí puedes decidir hacia dónde dirigirte con ello, qué hacer con lo que has heredado. El problema humano es considerarse un individuo solo y separado del resto, como si sus decisiones y actitudes no tuvieran ninguna relación con los demás humanos. Esto les da una sensación de Libertad y de falsa apariencia de Libre Albedrío, como si no tuvieran nada que ver con lo que les precede y lo que les procede. Esto los vuelve individualistas, eliminando toda capacidad de reacción ante las circunstancias de la vida.

YO: Claro… Todo lo que hacemos es una consecuencia…

SOY: Y la separación convierte a esas consecuencias en actitudes Inconscientes. Las cosas que crees elegir, que crees que te gustan, que piensas haber determinado por ti mismo desde la total libertad, no suelen ser libres, sino condicionadas por el flujo del Árbol. Por ello te pregunto: ¿Estás seguro del Camino que has elegido?

YO: A veces no. A veces creo que el camino que tomé no es más que un condicionamiento de mi pasado para terminar historias que tal vez yo hubiera hecho diferente. Pero luego veo cuán perfecto se desarrollan, y me digo a mí mismo: bueno, tal vez el universo realmente quiere que yo haga esto…

SOY: ¿Cuál crees que es tu camino?

YO: Sinceramente… No lo sé. Llegando al final del Camino de Consciencia que he decidido transitar este año, tengo menos idea de mi camino que cuando lo comencé.

SOY: ¿Por qué crees eso?

YO: Porque fui descubriendo muchas cosas de mí, me fui transformando, y me di cuenta que los caminos que estoy trazando en mi vida no son los míos… Me está pasando lo que acabas de explicar, puedo ver cómo el Inconsciente me lleva a realizar un camino que tal vez como individuo no quiero.

SOY: ¿Qué camino?

YO: El Camino Espiritual y el Camino de la Política. Ambos son caminos que deseo realizar por los demás, no por mí. Ambos son caminos de servicio al otro, en que, por más que yo me transforme al recorrerle, evidentemente, no dejan de ser proyectos y caminos dedicados a los demás.

SOY: Cuéntame de tu camino Espiritual.

YO: Mi familia italiana era católica, pero no practicante. Mi abuelo y era agnóstico, como otros de sus hermanos, y algunos eran religiosos, pero detestaban la iglesia. Nunca tuve un vínculo familiar con lo espiritual, fue algo propio. Sin embargo, lo que noto cada día es que me avergüenza ser espiritual.

SOY: Aha, ¿por qué?

YO: Siento que al hacer lo que hago es como ir en contra de todo mi clan… Ateos, agnósticos, no practicantes, lectores de ciencia. A veces me siento como avergonzado de considerarme espiritual, y por ello trato de cubrir mi naturaleza con ciencia.

SOY: Ni lo espiritual ni lo científico son verdades absolutas, ambas se transforman y nutren entre sí, son ramas en un mismo árbol. No menosprecies la búsqueda de lo espiritual mediante la ciencia. Sin embargo, es bueno que reconozcas que no lo haces por voluntad propia, sino por temor a ser rechazado por el clan.

YO: Sí… Esto es como algo muy fuerte de lo que acabo de darme cuenta.

SOY: ¿Y tu camino Político?

YO: Bueno… En mi familia había frases muy aniquiladoras al respecto. Todos decían: “No somos nada” y seguido a esto “Qué país de mierda”. En mi familia argentina, no se hablaba de política. Mi abuelo detestaba la política, y jamás escuché hablar de nada. Me contaba mi abuela que alguno de los hermanos de mi abuelo eran Peronistas, pero por conveniencia, y el resto no tenía una ideología específica, o nunca entendí realmente. A pesar de que los pensamientos de mi abuelo eran muy de derechas, casi fascistas, jamás hablaba de eso en casa, jamás mencionaba estas ideas. Yo crecí en un ambiente sin política y sin espiritualidad.

SOY: Y son los dos caminos que viniste a realizar… 

YO: Y dos caminos que niego rotundamente. Puedo comprender que mi rama busca realizar un cambio en la forma de recibir la luz y llevar claridad al árbol, extendiéndose a un espacio que antes no había recorrido, y sin embargo, en mi inconsciente, radica la negación a estos temas.

SOY: No siempre todo es tan lineal. No siempre el pulso es idéntico, es decir, que si en tu familia eran vendedores tú serás vendedor. A veces vives algo totalmente contrario, pero la esencia inconsciente es la misma, y no puedes entender por qué encuentras conflictos en tu camino si has “trascendido” al de tu familia. Está oculto, fuera de la vista del consciente, determinando cómo te sientes en tus pasos, y lo que eliges en él.

YO: ¿He de liberarme de esto?

SOY: ¿Quieres liberarte?

YO: No lo sé…

SOY: Una rama puede romperse, caer, y crear un nuevo árbol, pero eso implica un “gran quiebre”, una crisis terrible en que se exige mucho esfuerzo para iniciar nuevas vías de desarrollo, echar nuevas raíces. Lleva tiempo, implica mucha sanación y riesgos. Pero es posible. Todo depende de si es lo que deseas. Pero también puedes verlo de la manera más natural… Es decir, sabiendo que todo lo que heredas no es malo, sino combustible, es la savia que te nutre, y que si la usas con consciencia, puede llevarte a crear nuevos y poderosos frutos trascendentales a los de generaciones anteriores.

YO: Buscar una nueva forma de llevar esto a la luz…

SOY: El árbol es muy grande… Y traes muchas historias desde hace miles de años. Tus vidas pasadas, son parte de tu árbol histórico. Los condicionamientos de aquellas vidas, han trazado los mapas de tus caminos. Y lo eliges una y otra vez. ¿Lo haces, pues, desde la libertad o desde el peso de la herencia?

YO: Es… Una herencia, de culpabilidad, de responsabilidad… Siento un mandato sobre mí que “yo mismo” me he impuesto con diferentes cuerpos, en diferentes ramas de la historia. Miro hacia delante y me gustaría ser libre de ello, pero sin embargo, tengo miedo a la libertad.

SOY: Oh, buen punto. ¿Por qué temes a la libertad?

YO: Porque la libertad me separa de todos, me deja solo.

SOY: La libertad nos libera de las cadenas, de las sogas, y las primeras cadenas que nos construyen son las del ADN. Liberarse, pues, es romper con la conexión de aquellos que nos construyen, de nuestros ancestros. Es terminar con la herencia que nos hizo ser lo que somos. Cortar la libertad nos aparta del clan, y nos deja indefensos. Buscar la libertad nos impide tener cualquier tipo de relación o vínculo, pues en el intercambio existe una dependencia inevitable, mental, emocional o física. El humano busca la libertad, sin embargo le teme con cada una de sus células, pues la libertad real sólo se encuentra en la muerte. Libre, proviene de “leudh” que significa “crecer”, “expandirse”. En inglés, “Free”, proviene de “pri”, significando amor, dulzura, algo deseable. Todo humano busca crecer y expandirse en amor, en cumplir sus deseos, sin embargo, muchas veces esos deseos y expansión van en contra de lo que la familia y la cultura establecen. Por ello tememos a la libertad real, por quedarnos solos, exiliados de aquellos que amamos, y por esto, convertimos al amor y al crecer en una prisión repleta de vínculos, de ramas unidas unas a las otras, dependiendo entre sí.

YO: No hay escapatoria, pues…

SOY: Bueno… Puedes pensar que no hay, y sufrir el hecho de estar conectado a los demás, o transformar esta idea diciendo que eres uno con los demás, y gozar de expandir lo que entre todos producen. Tal vez la misión de cada uno sea como la de una rama, extenderse, crecer por amor a la luz, por inspirarla para producir el mejor alimento para el Árbol, liberándolo de las sombras.

YO: O sea que, siendo parte de esta conectividad vinculada, aún así puedo expandirme y llegar muy lejos…

SOY: Las otras ramas no hacen más que sostenerte para que no te quiebres en la búsqueda de la luz. Esas ramas que piensas que te retienen, no hacen más que ser firmes pilares que impiden que caigas y debas comenzar de cero por ti mismo, poniendo un esfuerzo que otros ya hicieron por ti. ¿Entiendes? 

YO: Oh, ahora lo veo… Esa búsqueda de la libertad, de ser por nosotros mismos, es la que nos impide ver que justamente las cosas que heredamos de los demás son las que nos sostienen para que podamos nosotros expandir nuestro amor y así llevárselo a ellos… Si yo me expando hacia la luz, el amor que yo viva será el que nutra a todo el Árbol a través de cada rama…

SOY: Pues tú eres uno con ellos. Eres el árbol.

YO: Honro, pues, a mis ancestros. Honro a mi madre por sobreprotegerme, pues sólo así he llegado tan lejos. Honro a mi padre por abandonarme, pues sólo así he logrado lo que hice en mi vida. Honro a mi abuela por entregarme su rectitud, pues me ha dado la fuerza. Honro a mi abuelo por sus silencios y vacíos que me dieron libertad de pensamiento. Honro al clan De Stefano – Destéfano por entregarme su lejanía en política y religión, para que yo pueda construir libre una nueva sociedad y espiritualidad. Honro al clan Bide por no haber estado en mi vida, y así dejarme espacio para crecer más alto hacia la luz. Honro a la Inconsciencia que me ha llevado a realizar este Camino de Consciencia.

SOY: Eres libre cuando reconoces que las ramas de las que provienes no te retienen al árbol, sino que te sostienen para que te expandas hacia la luz. Ama, pues, a cada vínculo.

YO: Yo Soy quien Vibra en cada una de las Conexiones.

SOY: ¿Has elegido bien tu Camino?

YO: No… Yo no lo he elegido. Pues Yo Soy el Camino.

SOY: Camina, pues… Extiende tus brazos, tus ramas, sostenido por los otros, sosteniendo a los que vendrán… Paso a paso hacia la luz.